COP21: una marcha de zapatos ante la imposibilidad de marchar

Una de las características de las COP 21 de París es que se celebró durante un estado de emergencia que en un principio impedía las movilizaciones y por tanto afectaba totalmente la expresión, la participación popular y la pequeña posibilidad que brindan las calles de expresar desacuerdo e intentar incidir en las decisiones de los gobiernos, influidos por las grandes transnacionales.

Los activistas medioambientales esperaban que 200.000 personas asistieran a las grandes marchas convocadas para el 29 de noviembre y el 12 de diciembre, día después del final de la Cumbre oficial.

Pero ese año fue un año convulso en Francia debido a que fue considerado blanco de los grupos islamistas, por su participación en la guerra contra el AlQaida, pero también por su participación en la guerra en Iraq y en Siria, y en Mali contra islamistas de 2013 a 2014. En enero 2015 ocurrió el atentado contra la revista satírica Charlie Hebdo, con 12 muertos. El 13 de noviembre 6 ataques suicidas provocaron la muerte de 131 personas. Por ello el gobierno declaró desde ese día el estado de emergencia.

Eso supuso que se prohibieran también todas las manifestaciones previstas para la cumbre climática. Al final se prohibieron las del exterior, permitiéndose sólo las actividades en el interior, lo que permitió que los miles de activistas climáticos que acudieron a París se pudieran reunir.

Los organizadores plantearon buscar formas «nuevas e imaginativas» de hacer oír su voz, como una «cumbre popular», una «zona de acción climática» en la que participarán escuelas y grupos comunitarios y una jornada de desobediencia civil al término de la cumbre.

Sin embargo, debido a la seriedad del caso y la importancia del momento, el 29 de noviembre, activistas desafiaron las medidas y se manifestaron. 4.500 manifestantes se reunieran en la Plaza de la República. La policía los disolvió con gases y 341 personas fueron detenidas.

Antes, entre 10.000 personas, según los organizadores – entre las que estaba Bizi!- se daban la mano desde la misma Plaza de la República hasta la Plaza de la Nación, el recorrido que debía seguir la marcha por el clima, anulada tras los atentados.

Horas antes, miles de zapatos tomaron la Plaza de la República, como alternativa a dicha marcha para denunciar el cambio climático. (Entre ellos se incluian zapatos del Papa, Ban Ki-moon y Vivienne Westwood).

El 6 de diciembre 6000 personas formaron una cadena humana en la playa en Ostende (Bélgica) ante la imposibilidad de manifestarse en París. (Fotografía: Eric Vidal/Reuters)

Diversas ONG, como Greenpeace, se quejaron por lo que entendieron como uso abusivo del estado de emergencia en Francia para acallar a los que querían mostrar su descontento durante la Cumbre del Clima.

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