Ende Gelände es una red alemana de grupos de acción climática de base. En ella confluyen personas procedentes de los movimientos anti-nuclear y contra el carbón, de los campamentos climáticos de Renania y Lausitz y de la campaña contra el carbón del Bosque Hambach.
Parten de la convicción de que para detener el cambio climático las personas debemos actuar, y que para ello la mejor forma es la desobediencia civil no violenta. El nombre es una expresión alemana que significa «aquí y no más allá».
Sobre todo es conocida por sus protestas masivas (entre 3000 y 7000 participantes) en las minas a cielo abierto de lignito, carbón usado en Alemania para la producción energética, y que de esta forma han conseguido paralizar temporalmente. Las primeras tuvieron lugar en 2015, el año de la Cumbre de París. La movilización de tantas personas corresponde a un sentimiento calado en la sociedad de necesidad de cambio, pero también en una gran labor de movilización y acción que se extiende a lo largo del año.
Coincidiendo con la Cumbre Climática en Berlín en 2019, Ende Gelände volvió a ocupar la mina de Garzweiler. Esta mina a cielo abierto de lignito cubre una superficie de 48 km², y destaca por sus mega excavadoras rotativas, unos monstruos más pesados que la Torre Eiffel y más altos que la Estatua de la Libertad. Esta mina va creciendo su radio de acción y engulléndose a los pueblos limítrofes.
Con esta acción, Ende Gelände, llamó la atención sobre la hipocresía de su propio gobierno, que mientras organizaba la Cumbre Climática, concentra su producción energética en un combustible fósil como el lignito de gran efecto invernadero, y volvió a exigir que se abandonara su uso. Igualmente, Ende Gelände impulsa la ocupación del bosque Hambach para impedir que la mina prosiga su expansión.
Alemania ha sido el mayor productor de lignito del mundo desde el inicio de su uso energético. El lignito, tiene un valor calorífico inferior al de la hulla porque es más blando y húmedo y cuando se quema también produce más CO2. La extracción de lignito a afectado a 179.490 hectáreas de Alemania, incluyendo ecosistemas y zonas de producción agrícola, y ha destruido 313 poblaciones (desde 1924).
Uno de los distintivos de Ende Gelände es el uso de buzos blancos. Su gran capacidad de movilización y sus formas han sido inspiradoras. En Euskal Herria el más claro ejemplo fue Gipuzkoa Zutik que utilizó muchos de los elementos como los buzos y la ocupación de infraestructuras que denunciaban como responsables del cambio climático, como la incineradora de Zubieta.
Ende Gelände fue también impulsora de la red climática By 2020 We Rise Up (Hacia 2020 Nos Alzamos) que aglutinó unos 60 grupos de justicia (climática), la mayoría de Europa. Su objetivo se centraba en el año 2020 como año elegido por las instituciones (internacionales y nacionales) para implementar muchas políticas climáticas que no se materializaron y denunciarlo así. Como Ende Gelände, su actividad se centraba en la desobediencia civil y en las acciones masivas. Obviamente, sus objetivos se vieron frustrados por coincidir con el año de afección del Covid 19, que imposibilitó el activismo político. En el estado español convergió con Extinction Rebellion (y otras) conformando 2020 Rebelión por el Clima.