(EUSKARA)
Brett Wilkins (Common Dreams)/ (Foto: Horacio Villalobos/Corbis vía Getty Images)
ver también: www.climaximo.pt

Los ecologistas celebraron el lunes el cierre de la última central eléctrica de carbón de Portugal -una medida que se adelantó casi nueve años al objetivo del gobierno para 2030-, al tiempo que advirtieron del peligro de convertir la instalación para que funcione con biocombustible insostenible.
Según informa Reuters, la central eléctrica de Pego, en Abrantes, que era responsable del 4% de las emisiones de carbono de Portugal, agotó sus existencias de carbón el viernes, por lo que el sábado fue el primer día en la historia del país en el que se generó electricidad sin este combustible fósil.
Al cerrar la instalación, Portugal cumplió con el compromiso que hizo junto con otros 18 países en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2017 -COP23- de eliminar gradualmente las centrales eléctricas de carbón.
«Liberarnos de nuestra mayor fuente de gases de efecto invernadero es un día trascendental para Portugal», dijo el lunes a Associated Press Francisco Ferreira, presidente del grupo de defensa del medio ambiente Zero.
Con el desmantelamiento de Pego, Portugal se convierte en el cuarto país europeo, después de Austria, Bélgica y Suecia, que se libera del carbón. Aunque esta nación de 10 millones de habitantes genera ahora hasta un 70% de su electricidad a partir de fuentes renovables, sigue dependiendo en gran medida de los combustibles fósiles importados para satisfacer todas sus necesidades energéticas.
Según la coalición End Coal, este combustible fósil es responsable de más de 800.000 muertes prematuras anuales en el mundo y de millones de enfermedades adicionales.

Al tiempo que aplaudían el hito de Portugal en materia de combustibles fósiles, los defensores del clima advertían de los peligros de convertir la planta de Pego para quemar pellets de madera, y Ferreira, de Zero, advertía de que el logro del país está «agriado por la perspectiva de que la planta se convierta para quemar bosques».
«Abandonar el carbón sólo para cambiar al siguiente peor combustible no es claramente una respuesta», subrayó.
En un comunicado, Zero dijo a Diario de Noticias que «el futuro de la central de Pego no debe pasar por la quema de biomasa, una opción ineficiente que pone en cuestión objetivos más ambiciosos para mitigar el cambio climático».
Kathrin Gutmann, directora de campañas de Europe Beyond Coal, afirmó en un comunicado que «Portugal es el ejemplo perfecto de cómo, una vez que un país se compromete a dejar el carbón, el ritmo de la eliminación se acelera inevitablemente. Los beneficios de la transición a las renovables son tan grandes que, una vez iniciada, sólo tiene sentido salir del carbón lo más rápido posible».
«El reto ahora es garantizar que las empresas de servicios públicos no cometan el error de sustituir el carbón por gas fósil o biomasa insostenible», añadió. «En lugar de eso, hay que centrarse en aumentar rápidamente nuestra capacidad de energía renovable en la eólica y la solar».