A Planeta / Common Dreams/ Foto: Skynet
En la segunda jornada de la cumbre mundial por el clima, lunes 1 de noviembre, activistas climáticas se manifestaron en la ostentosa y policialmente bien protegida recepción de los líderes mundiales y otros asistentes a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Glasgow, Escocia. Entre esos otros asistentes la familia real británica y ejecutivos de empresas, muchas de ellas las principales responsables de emisiones. Corearon «¡dais vergüenza!» («shame on you!») en alusión a su insuficiente respuesta a la emergencia planetaria.
Como una de las manifestantes expresó «Las consecuencias del cambio climático las afrontan personas que no están en el poder, sino que se encuentran principalmente en el Sur Global y en los lugares donde se realiza la extracción, y sin embargo los responsables se sientan en el lujo, aislados de todo ello».
«Mejor que bombardeéis nuestras islas».
El 2 de noviembre participó en la conferencia climática COP26, el presidente del archipiélago de Palaos, al sureste de Filipinas y norte de Indonesia, Surangel Whipps Jr. Éste exortó a los mayores emisores de gases de efecto invernadero del mundo que «Más vale que bombardeéis nuestras islas».
Explicó cuál es su realidad: «Vemos que el sol abrasador nos da un calor intolerable, que el mar que se calienta nos invade y que los vientos nos empujan en todas direcciones. Nuestros recursos están desapareciendo ante nuestros ojos y nos están robando el futuro». «Francamente», continuó, «no hay dignidad en una muerte lenta y dolorosa; bien podrían bombardear nuestras islas en lugar de hacernos sufrir para presenciar nuestra lenta y fatídica desaparición».
Según Whipps, existen similitudes entre la emergencia climática provocada por los combustibles fósiles y una leyenda de Palaos en la que un niño con un apetito voraz se convierte en un gigante que «no para de crecer» y al que toda la comunidad de la isla se vio obligada a alimentarlo… agotando todos los recursos naturales. Cuando el gigante intentó comérselos, los isleños «se unieron, actuaron con valentía y le prendieron fuego». En esa similitud, Whipps recordó que «los grandes emisores, con su insaciable apetito de progreso, siguen abusando de nuestro medio ambiente, amenazando nuestra propia supervivencia» e instó a la COP26 a «encender el fuego».
El presidente de Palaos añadió que los gobiernos ricos han incumplidos sus compromisos climáticos y exigió intervenciones cooperativas y transformadoras, incluyendo un aumento de la financiación verde para los países en desarrollo y sobre todo las naciones insulares «devastadas», desde los actualmente prometidos 100.000 millones de dólares al año hasta los 4 billones de dólares que el Banco Mundial dice que son necesarios para la mitigación y la adaptación.
Las previsiones de las instituciones climáticas
Esta intervención ha tenido lugar dos días después de que la Organización Meteorológica Mundial diera a conocer nuevos datos que muestran que los últimos siete años, incluido 2021, van camino de ser los siete más calurosos de los que se tiene constancia y que el aumento del nivel del mar alcanzó un nuevo máximo este año. Este mensaje se une al de hace un mes de la Agencia Internacional de la Energía que reiteró que la expansión de la extracción de combustibles fósiles es incompatible con la limitación del calentamiento global a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales para finales de siglo y que la producción de energía limpia debe incrementarse inmediatamente.
Por su parte, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) afirmó el mes pasado que la transición mundial hacia las energías renovables está muy retrasada, y que se prevé que el uso de combustibles fósiles aumente en esta década, aunque sea necesario reducir anualmente la producción de carbón, petróleo y gas para evitar las peores consecuencias de la crisis climática.
Si los países -empezando por los ricos contaminantes más responsables de exacerbar los fenómenos meteorológicos extremos- no consiguen reducir rápida y drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, advirtió el PNUMA, el planeta va camino de sufrir un calentamiento «catastrófico» de 2,7 °C este siglo.
La histórica demanda de niñ@s sobre el clima
Los abogados de la histórica demanda de niñ@s sobre el clima han cortado las conversaciones con el Departamento de Justicia de Biden ya que ésta terminó sin resolución. Esta demanda de Our Children’s Trust representando a 21 niñ@s, que ahora tienen entre 13 y 25 años, fue presentado por primera vez en 2015 en el Tribunal de Distrito de Oregón, en las bases de que el sistema energético de EEUU basado en los combustibles fósiles viola derechos constitucionales como el de la vida, la libertad y la propiedad, la confianza pública y la igualdad de protección de la ley. Ahora esperan una fecha para el juicio.
Este equipo ha explicado que «la emergencia se queda corta para describir la situación climática y su devastador impacto en estos jóvenes estadounidenses».
En mayo hubo una oportunidad de conciliación entre los abogados de los demandantes y el Departamento de Justicia de EE.UU. Ésta concedía a Biden una oportunidad sin precedentes para respaldar su compromiso de proteger el sistema climático para los jóvenes y las futuras generaciones. Pero la reunión no fue satisfactoria para los demandantes. «¿Cuándo actuará nuestro gobierno como los líderes mundiales que dicen ser y dejará que se escuche a estos jóvenes?»
Uno de los abogados explicó que «estos 21 jóvenes han sido obstaculizados, retrasados y obstruidos por su propio gobierno durante seis años, todo ello mientras dos de los tres presidentes nombrados en su caso -el presidente Obama y el presidente Biden- han proclamado su compromiso público con la protección de los derechos de los niños y la resolución de la crisis climática. Si el presidente Biden está seriamente comprometido con la resolución de la crisis climática como afirma ¿por qué su Departamento de Justicia está adoptando las mismas tácticas que el DOJ de Trump y se opone a que este caso vaya a juicio y niega estos derechos humanos?»
Esta situación se da cuando según los abogados, el gobierno de Biden está presionando para aumentar la producción de petróleo de las naciones de la OPEP.
Soluciones reales, no Zero Neto
Más de 700 organizaciones de casi 100 países se han unido para rechazar las propuestas de Zero Neto, entendida como una falsa solución que no incide en las causas de las emisiones. Al contrario, estos grupos exigen soluciones climáticas reales ya que, como explican en la carta consensuada, los planes Zero Neto son impulsados por los propios contaminadores, pretendiendo que «las compensaciones de carbono, las plantaciones de árboles, la bioenergía y las distracciones peligrosas como el hidrógeno y la captura y el almacenamiento de carbono mantendrán o eliminarán de alguna manera las emisiones del aire después de que los contaminadores hayan hecho su daño. Se imaginan tecnologías no probadas que han fracasado repetidamente, que aún no se han realizado y que siguen siendo inviables a escala, como supuestas soluciones para las emisiones continuas».
Los firmantes exigen información sobre «qué están haciendo hoy para eliminar las principales fuentes de emisiones -la producción y el uso de combustibles fósiles, la deforestación y la agricultura industrial- que no sólo están calentando el planeta, sino que también están envenenando a las comunidades de primera línea y a las de la frontera y contaminando nuestro entorno colectivo. Y queremos saber qué van a hacer a partir de ahora, mañana y todos los años venideros, para fortalecer la resiliencia, centrar la justicia y apoyar a las comunidades en una transición justa y equitativa hacia un futuro sin combustibles fósiles que garantice los derechos humanos, los medios de vida, el trabajo y un medio ambiente seguro, limpio, saludable y sostenible para las generaciones presentes y futuras.»
La carta contiene 11 demandas específicas, entre las que se encuentra el reconocimiento de «las alternativas y prácticas probadas de las que son pioneros los pequeños agricultores, las mujeres, los pueblos indígenas y las comunidades locales, y respeten y protejan sus derechos». Otra demanda aboga por el decrecimeinto frente a los «modelos económicos y de desarrollo dominantes en la actualidad» o que los países más responsables de las emisiones históricas y acumulativas cumplan con su parte equitativa y justa de financiación climática rechazando «préstamos que endeuden más a los países o el goteo de monedas de los mercados especulativos de carbono».
Esta iniciativa tan ampliamente consensuda demuestra que a nivel mundial existe una certeza de que todas estas propuestas no son más que meras estratagemas para posponer el cambio real y apuntalar las industrias contaminantes.
La decepción de Biden se transmite en Glasgow
El movimiento climático estadounidense ha recibido con decepción las palabras de Biden en la ceremonia de inauguración de la conferencia COP26 tildándolas de retóricas y
humillantes. Los activistas climáticos estadounidenses desplazados a Glasgow contrastan el llamado de acción de Biden a otros gobiernos con su poca operatividad ante la emergencia sus primeros 10 meses como presidente.
Una activista indígena ojibwe, Mary Lyons, desveló que «para las comunidades indígenas, el Presidente Biden llega a Glasgow como un rompedor de promesas. Dijo que defendería los tratados y que dejaría de arrendar tierras públicas a los contaminantes de los combustibles fósiles. En cambio, no ha conseguido detener el oleoducto de la Línea 3 y ha disparado el arrendamiento de petróleo y gas en tierras y aguas públicas».

Antes de su discurso presidente, la Casa Blanca publicó una hoja informativa detallando su estrategia para cumplir el objetivo de Biden de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de Estados Unidos a la mitad de los niveles de 2005 para 2030.
Este compromiso es entendido por las activistas del clima también como insuficiente, ya que EEUU es el mayor emisor histórico de CO2. Por esa responsbilidda histórica, recuerdan que toda la negociación a nivel internacional gozará de menor o mayor éxito según el compromiso de los EEUU para lo que exigen a Biden valentía para poner fin a la era de los combustibles fósiles. Para ello exigen que tome medidas concretas como el detener el arrendamiento de tierras públicas para la extracción de petróleo y gas, poner fin a las exportaciones de combustibles fósiles y poner en marcha un sistema energético justo y resistente. Sin embargo, como decimos, no es algo que hayan sentido en estos 10 meses.
Para el New York Times el discurso de Biden en la COP26 también fue vacíao ya que «no estableció objetivos más ambiciosos a corto plazo ni compromisos de reducción de las emisiones estadounidenses».
El movimiento ecologista también han presionado a Biden para que declare la emergencia climática, una medida que ya han tomado decenas de países de todo el mundo.
13 días de huelga de hambre climática frente a la Casa Blanca
Conocedores del peso de los EEUU en el panorama climático y de la poca altura de miras de sus direigentes, el movimiento climático estadounidense sigue presionando fuerte. Varios jóvenes pertenecientes al Sunrise Movement iniciaron una huelga de hambre fuera de la Casa Blanca. Ésta ha entrado en su decimotercer día sin comida. Recuerdan a Biden y su partido cuál fue la agenda climática que prometió en las elecciones con el fin reducir las emisiones de EEUU en más del 50% para 2030, y que como decimos, todavía se encuentra lejos de implementar.
El Sunrise Movement es un movimiento creado con el fin de detener el cambio climático y crear millones de empleos en el proceso. La huelga fue iniciada el 20 de octubre, día que Biden anunció su intención de diluir el paquete de clima y empleo de 3,5 billones de dólares por la que fue elegido. Así, las huelguistas exigen que Biden apruebe al menos su prometida Agenda Reconstruyamos Mejor de clima y empleo por 3,5 billones de dólares. Esta Agenda incluyía un sólido Programa de Pago de Energía Limpia sin inversiones en combustibles fósiles, un Cuerpo Civil del Clima y audaces inversiones en programas de justicia medioambiental. (bit.ly/hungerstrike4climate)
Una carta de un millón de firmas acusando a los líderes mundiales de «traición» al clima.
Una petición liderada por cuatro mujeres jóvenes en el Centro de Lucha por la Acción Climática ha rápidamente más de un millón de firmas.
«Esto no es un simulacro. Es un código rojo para la Tierra».
La carta abierta -dirigida por la sueca Greta Thunberg, la polaca Dominika Lasota, la ugandesa Vanessa Nakate y la filipina Mitzi Tan- calificaba de «traición» los fracasos climáticos de los gobiernos mundiales. Hasta el lunes por la tarde, más de 1,2 millones de personas de todo el mundo habían firmado el llamamiento urgente a la acción.
«Estamos catastróficamente lejos del objetivo crucial de 1,5°C y, sin embargo, los gobiernos de todo el mundo siguen acelerando la crisis, gastando miles de millones en combustibles fósiles».
«Esto no es un simulacro. Es un código rojo para la TierraMillones de personas sufrirán mientras nuestro planeta es devastado, un futuro aterrador que será creado, o evitado, por las decisiones que tomes. Tú tienes el poder de decidir. Como ciudadanos de todo el planeta, os instamos a afrontar la emergencia climática. No el año que viene. No el mes que viene. Ahora».
La carta exige a los líderes mundiales que tomen las siguientes medidas inmediatas para hacer frente a la emergencia climática
- Mantener vivo el preciado objetivo de 1,5°C con reducciones de emisiones anuales inmediatas y drásticas, como nunca se ha visto en el mundo
- Poner fin a todas las inversiones en combustibles fósiles, a las subvenciones y a los nuevos proyectos de forma inmediata, y detener las nuevas exploraciones y extracciones
- Acabar con la contabilidad creativa del carbono publicando las emisiones totales de todos los índices de consumo, las cadenas de suministro, la aviación y el transporte marítimo internacionales y la quema de biomasa
- Entregar los 100.000 millones de dólares prometidos a los países más vulnerables, con fondos adicionales para los desastres climáticos; y
Promover políticas climáticas que protejan a los trabajadores y a los más vulnerables, y que reduzcan todas las formas de desigualdad.
«Todavía podemos hacerlo», insisten los autores de la carta. «Todavía estamos a tiempo de evitar las peores consecuencias si estamos dispuestos a cambiar. Hará falta un liderazgo decidido y visionario. Y hará falta un inmenso coraje, pero sepan que cuando se levanten, miles de millones estarán detrás de ustedes».
Thunberg no fue invitado a hablar en la conferencia. Pero eso no evitó que se dirigiera a las masas y el lunes fuera de la cumbre de Glasgow explicó a la multitud: «Decimos, no más «bla, bla, bla». No más explotación de la gente, de la naturaleza y del planeta. No más de lo que sea que estén haciendo ahí dentro. Estamos hartas de eso y vamos a provocar el cambio, les guste o no».
Las nuevas normas de Biden sobre el metano «no son suficientes» para reducir el gas que calienta el planeta
Los ecologistas advirtieron el martes que las nuevas normas de la administración Biden sobre las emisiones de metano no son lo suficientemente fuertes como para frenar uno de los contribuyentes más potentes a la crisis climática mundial.
Aunque abrazan las normas propuestas por la Agencia de Protección Ambiental como una mejora significativa con respecto a las regulaciones de la era de Obama que fueron eliminadas por el ex presidente Donald Trump, dijo en un comunicado que «no van lo suficientemente lejos para abordar la contaminación de los escapes no iluminadas» -una fuente importante de emisiones de metano- «o requieren inspecciones suficientemente frecuentes de las fuentes cubiertas.»
«En un ‘código rojo’ climático declarado por Biden, su administración tiene que utilizar todo el poder de la Ley de Aire Limpio para reducir la contaminación por metano de la producción de petróleo y gas sin exenciones de la industria», dijo Lauren Pagel, directora de políticas de Earthworks. «La justicia climática durante una emergencia climática significa utilizar todas las herramientas de la caja de herramientas, incluyendo no sólo una norma más fuerte, sino también declarar una Emergencia Nacional sobre el cambio climático».
Mitch Jones, director de políticas de Food & Water Watch, argumentó que «la mejor regulación contra las emisiones de metano es prohibir la fracturación hidráulica y prohibir el uso de metano en la calefacción de edificios de nueva construcción», pasos que el presidente Joe Biden se ha negado a dar hasta ahora.
Estados Unidos es el segundo mayor emisor de metano del mundo, por detrás de Rusia, según la Agencia Internacional de la Energía. Desde hace tiempo se acusa a la industria del petróleo y el gas de Estados Unidos de infravalorar drásticamente sus emisiones de metano, que son aproximadamente 87 veces más potentes que las de dióxido de carbono en un periodo de 20 años.
El presidente boliviano advierte que el «colonialismo del carbono» no resolverá la crisis climática
El presidente de Bolivia, Luis Arce dijo en la COP26 que «La solución a la crisis climática no se va a lograr con más capitalismo verde y más mercados globales de carbono. La solución es cambiar el modelo de civilización y avanzar hacia un modelo alternativo al capitalismo, el concepto de vivir bien juntos en armonía con la Madre Tierra.» Mientras, durante las sesiones del lunes, los líderes de los países ricos impulsaron lo que los críticos llamaron falsos arreglos capitalistas a la crisis climática. Por lo que Arce dedujo que «los países desarrollados simplemente están ganando tiempo sin ningún sentido de responsabilidad con la humanidad» y «están promoviendo un nuevo proceso de recolonización mundial que podemos llamar el ‘nuevo colonialismo del carbono’, porque están tratando de imponer sus propias reglas de juego en las negociaciones sobre el clima para seguir alimentando el nuevo sistema capitalista verde, mientras empujan a las naciones en desarrollo a aceptar estas reglas de juego sin ninguna otra opción.»
Un informe de Oxfam de 2009 preveía que Bolivia sufriría una aguda inseguridad alimentaria y de agua, la desaparición de glaciares, desastres naturales más frecuentes y graves, un aumento de las enfermedades transmitidas por los mosquitos y más incendios forestales como consecuencia del cambio climático provocado por el hombre. El pasado mes de diciembre, publicó un informe de seguimiento que confirmaba muchas de las predicciones anteriores, como una crisis de agua provocada por el deshielo de los glaciares, brotes de dengue e incendios forestales históricos.
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