«Un toque de la naturaleza hace al mundo entero pariente…»
– W. Shakespeare (Troilo y Crésida)
La Guardia Nacional (GN) mexicana de AMLO ha asumido efectivamente el papel de la patrulla fronteriza estadounidense.
La sed incontrolada de beneficios del actual modo de producción ha dejado una huella indeleble en el mundo natural, dando lugar a un fenómeno global de consecuencias devastadoras y de largo alcance. Las ramificaciones se extienden mucho más allá de las fronteras, entretejidas en el tejido de la dinámica inherente al capital, creando una red de obstáculos que afecta de manera desproporcionada a las poblaciones más vulnerables, en particular a las que residen en el Sur global.
La migración forzosa es un fenómeno complejo caracterizado por el desplazamiento involuntario de personas de sus hogares, provocado por factores como la persecución, la violencia, los abusos, la guerra, el colapso económico, las amenazas, la degradación medioambiental, etc. A diferencia de la migración voluntaria, esta forma inflige un sinfín de retos a los desplazados, que a menudo se enfrentan a riesgos importantes antes, durante y después de su desplazamiento, con dificultades que pueden persistir incluso cuando han llegado a un lugar de refugio. Sobreviviendo en campamentos improvisados como El Chaparral en Tijuana, miles de desplazados se enfrentan a grupos de cárteles y a la explotación dentro de la economía informal. La ausencia de mecanismos de protección, el comportamiento xenófobo cómplice de las llamadas «fuerzas del orden» y de la población local, y las precarias condiciones de vida en estos campos dejan a los refugiados totalmente indefensos.
En apariencia, políticas como la Iniciativa Mérida, firmada entre México y Estados Unidos en 2008, pretendían combatir el «crimen organizado» transnacional. Sin embargo, la narrativa de que las rutas migratorias estaban siendo explotadas por «grupos terroristas» simplemente facilitó la expansión de la vigilancia y la presencia militar en la frontera sur, financiada por Estados Unidos. Del mismo modo, el Programa Frontera Sur de 2014 reforzó las leyes antimigración, lo que se tradujo en un aumento significativo de las tasas de detención.
Desde el inicio de la Iniciativa Mérida, el Congreso estadounidense ha destinado cerca de 2.800 millones de dólares para entrenamiento, equipamiento y disciplina táctica militar para agentes estatales mexicanos, el Instituto Nacional de Migración (INM), el Ejército y la Policía Federal. De 2013 a 2014, la tasa de detenciones aumentó un 74%.

Bajo el mandato de López Obrador, el gobierno mexicano profundizó estos acuerdos de contención a través de negociaciones con el vecino del norte. El despliegue de más de 23.000 agentes estatales en las fronteras norte y sur en 2019 demostró la militarización de facto del territorio mexicano.
Una reciente investigación1 de la Universidad Iberoamericana arrojaron luz sobre las atrocidades cometidas contra los solicitantes de asilo por operativos estatales. En 2019, Andrés Manuel López Obrador lanzó la Guardia Nacional Mexicana, contribuyendo significativamente a la vigilancia migratoria.
Cabe destacar que, antes de asumir la presidencia, AMLO abogó por el retiro de los militares de los espacios civiles. No obstante, en junio de 2019, como resultado de un acuerdo con Estados Unidos, México tomó la decisión de desplegar la recién creada Guardia Nacional de AMLO en su frontera con Guatemala. Su participación inmediata en tales asuntos no fue inicialmente prevista ni explícitamente comunicada.
El Ejército mexicano (GN) ha asumido efectivamente el papel de la patrulla fronteriza estadounidense: la Guardia Nacional emplea porras, escudos, gases lacrimógenos, piedras y palos para detener a los refugiados. Estas operaciones de contención, a menudo llevadas a cabo por la noche y ejecutadas con material antidisturbios, implican la entrada por la fuerza de agentes militares en iglesias y residencias privadas. Los casos de separación familiar durante las detenciones y la tortura generalizada de desplazados varones, en particular en la Estación Migratoria Siglo XXI, con especial atención a los migrantes afrodescendientes en la Estación Migratoria Cupapé, en Tuxtla Gutiérrez, se han vuelto tristemente comunes. En noviembre de 2021, agentes militares dispararon contra una camioneta en Pijijiapan (Chiapas) causando la muerte de un cubano y heridas a otras tres personas.
El cierre de fronteras alimentó la intensificación de las narrativas xenófobas. Los solicitantes de asilo en la frontera entre México y Estados Unidos son estigmatizados como portadores de enfermedades, lo que lleva a la legitimación pública de duras acciones burocráticas. La pandemia del Covid-19 se asoció a individuos de origen asiático, mientras que sus variantes a países africanos. Estas narrativas discriminatorias impregnan los medios de comunicación y las redes sociales, contribuyendo a la hostilidad hacia las comunidades de refugiados.
El análisis de Karl Marx de las luchas entre trabajadores irlandeses e ingleses resuena, subrayando la resistencia de la xenofobia como instrumento de las clases dominantes. Al enfrentar a los trabajadores entre sí en función de las diferencias de ciudadanía, la clase dominante debilita de hecho la solidaridad y perpetúa la miseria que va unida a la acumulación. Las palabras de Marx a Sigfrid Meyer y August Vogt en 1870 siguen siendo trágicamente pertinentes, cuando abordó el antagonismo entre los trabajadores ingleses e irlandeses2:
«Este antagonismo es mantenido artificialmente vivo e intensificado por la prensa, el púlpito, los periódicos cómicos, en resumen, por todos los medios a disposición de las clases dominantes. Este antagonismo es el secreto de la impotencia de la clase obrera inglesa, a pesar de su organización. Es el secreto por el cual la clase capitalista mantiene su poder. Y ésta es muy consciente de ello».
A medida que las luchas y la violencia se extienden hacia el Sur, y la conducta que en su día adoptaron los ciudadanos estadounidenses contra los y las trabajadoras indocumentadas se expande a través de las fronteras, afirmamos que no es la «invasión» de personas extranjeras lo que oprime a las poblaciones locales.
Para allanar el camino hacia la emancipación, se hace imperativo que las relaciones sociales existentes ya no puedan coexistir en su estado actual. Por el contrario, «para que la revolución de una nación y la emancipación de una clase particular de la sociedad civil coincidan […] debe reconocerse una esfera social particular».
Para que la clase oprimida pueda emanciparse, las relaciones sociales existentes ya no deben poder coexistir. En el desplazamiento forzoso, es el aumento de la potencia productiva el que exige una disminución de la población y expulsa al excedente mediante el hambre o la emigración. Al fin y al cabo, «la profunda hipocresía y la inherente barbarie de la civilización burguesa yacen al descubierto ante nuestros ojos, volviéndose de su hogar, donde asume formas respetables, a las colonias, donde va desnuda…»

NOTAS
1Posicionamiento sobre el contexto migratorio en México 2022. Gutiérrez Patiño, Raúl and others. «Posicionamiento Sobre El Contexto Migratorio En México.» Accessed 12 May 2023.
2 Karl Marx and Friedrich Engels. Selected correspondence Progress Publishers, 1975, pp. 220-224.
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