Este viernes 18 de octubre, el Juzgado de Sentencia de Sensuntepeque absolvió y decretó la libertad de los líderes comunitarios.
Finalmente ha prevalecido la legalidad, el debido proceso penal y la justicia. La Fiscalía no pudo probar la existencia de delitos, ni la participación de los acusados; y el equipo de defensa legal demostró con contundencia su completa inocencia. Tal como habíamos advertido, la absolución de nuestros compañeros era el único fallo legal y justo.
Reconocemos el profesionalismo, la independencia y la valentía de las juezas que integraron el Juzgado de Sentencia de Sensuntepeque, quienes aplicaron correctamente la ley y no han cedido a la presión de intereses y poderes extrajudiciales que conspiraron para inventar este caso.
Esperamos que esta manipulación del sistema judicial haya terminado. El desempeño del tribunal en este caso nos hace pensar que no todo está perdido en el sistema judicial salvadoreño y que aún existen resquicios de independencia, como bien dijo Antonio Pacheco, “hay futuro”.
Agradecemos a las comunidades, organizaciones e instituciones que nos han apoyado decididamente, dentro y fuera del país, en la lucha por la libertad de nuestros compañeros y en la denuncia de la posible reactivación de la minería.
Expresamos nuestro agradecimiento a los abogados y abogadas: al licenciado Denis Muñoz y al equipo encabezado por el licenciado Pedro Cruz.
Exigimos a la Fiscalía que se abstenga de apelar el fallo, para que la libertad definitiva de nuestros compañeros se concrete lo más pronto posible.
Pedimos a toda la solidaridad que nos sigan acompañando hasta lograr la libertad definitiva de nuestros líderes y que cerremos filas como país para evitar la reactivación de proyectos mineros que podrían terminar con el agua, los ecosistemas y la vida del país.
¡Que este triunfo sea un impulso para la lucha y la búsqueda de justicia en El Salvador ante los centenares de víctimas del estado!
“Hay futuro”
Santa Marta, una comunidad fundada el 10 de octubre de 1987, ubicada en los llanos de los cerros que la rodean. Una comunidad repoblada por refugiadas y refugiados en Honduras y reconstruida “de entre los escombros el hogar común que ahora acoge a más de 3,000 habitantes. Construimos nuestras viviendas, escuela, clínica, adquirimos la tierra para vivir y cultivar”.
“Santa Marta conoce el valor de la paz, la fuerza de la solidaridad y de la vida en comunidad, valores sobre los cuales están cimentados nuestros principios que nos han mantenido de pie y forjando nuestro porvenir con dignidad.
El horizonte nunca ha sido fácil de conquistar, ha sido siempre un desafío que nos ha impulsado a poner todos nuestros esfuerzos para luchar por nuestros sueños y defender nuestras victorias”.
“Nos enorgullecemos de nuestra -gente- y liderazgo qué desde el exilio, en el vecino país de Honduras, tomaron la valiente decisión de regresar en uno de los momentos históricos más adversos, razón por la cual –hemos celebrado este 10 de octubre- la refundación de Santa Marta”. “No tenemos ninguna duda que hablar de nuestra comunidad Santa Marta es sinónimo de lucha, heroísmo y determinación. “Las nuevas generaciones agradecemos eternamente a las mujeres y hombres que dedicaron y ofrendaron sus vidas para construir la comunidad que ahora tenemos, a todos ustedes dedicamos nuestras victorias pasadas, presentes y futuras”. Extractos del mensaje del 37 aniversario de la comunidad Santa Marta.
