Más Planeta, menos banco

Una historia oral de las manifestaciones del 16-A contra el capitalismo global

OUR Histories Collective /Publicada en inglés por Crimethinc
(Traducción A Planeta)

Una aventura en la historia de los archivos

El 16 de abril de 2000, decenas de miles de personas se reunieron en Washington DC1, para movilizarse contra las reuniones de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. Este fue uno de los Días de Acción Global contra las instituciones capitalistas neoliberales, incluyendo el G8, la Organización Mundial del Comercio y el FMI/Banco Mundial. En su momento, los opositores a estas organizaciones fueron descritos de forma imprecisa como el Movimiento Antiglobalización o Altermundista; más tarde, como el Movimiento de Justicia Global.

Aunque la resistencia a estas instituciones se remonta a su fundación al final de la Segunda Guerra Mundial, se podría decir que este movimiento fue lanzado por las zapatistas, una insurgencia revolucionaria en Chiapas, México. Las zapatistas aparecieron en el escenario mundial en una insurrección armada contra el gobierno de México a partir del 1 de enero de 1994, el día en que entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, NAFTA en inglés), un acuerdo comercial entre Canadá, México y Estados Unidos que llevó a la quiebra a 1,3 millones de agricultores mexicanos.

La Acción Global de los Pueblos surgió del Encuentro Intercontinental de los Zapatistas en 1996. Éste proporcionó un marco para organizarse contra las instituciones comerciales neoliberales, reuniendo a miles de organizaciones de base, grupos de afinidad y colectivos anarquistas. A estos radicales coloristas se unieron los sindicatos tradicionales, los grupos ecologistas, las Organizaciones No Gubernamentales, las organizaciones sin ánimo de lucro y activistas individuales. Se trataba de un gran paraguas, plagado de contradicciones, desgarrado por debates desordenados sobre tácticas y estrategias, inclusión e identidad, violencia y no violencia. Los objetivos de los participantes iban desde la reforma del neoliberalismo hasta la destrucción del capitalismo.

Después de las mundialmente conocidas manifestaciones que cerraron la cumbre de la Organización Mundial del Comercio en Seattle en noviembre de 1999, se extendió el impulso para los preparativos para la reunión del FMI y el Banco Mundial en abril de 2000 en la Costa Este, demostrando que los acontecimientos de Seattle no eran una anomalía sino una etapa en la emergencia de un poderoso movimiento. En una serie de encuentros de portavoces, los manifestantes planearon cerrar DC con bloqueos; al final, la policía concedió de hecho la ciudad a los manifestantes cerrando ellos mismos una parte enorme del centro.

La siguiente historia oral recoge las experiencias y voces de algunos de los participantes en las acciones de ese 16 de abril (16-A).

Un delegado que intenta llegar a las reuniones del FMI/Banco Mundial, flanqueado por manifestantes del bloque negro que intentan impedírselo. Esta fotografía, la de la cabecera y otras más fueron tomadas por Orin Langelle, fotógrafo documentalista y activista, cofundador del Global Justice Ecology Project. Puedes ver más fotografías suyas aquí y leer más información sobre él más abajo.

Índice de contenidos:
  • Las hijas de las zapatistas
  • Millones por Mumia
  • Construyendo el impulso
  • Soñando con el fin del neoliberalismo
  • N30 Seattle
  • Enfrentarse al FMI y al Banco Mundial
  • Golpe de efecto
  • Diversidad de tácticas: Bandas de música, bloqueos, escuadrones voladores y animadoras radicalas
  • 16-A: Todas juntas
  • Bajar a esos animales de los caballos
  • Apoyo en la cárcel tras el 16-A
  • El 16-A fue mi bautismo
  • Más información: 23 años de movilizaciones contra la Cumbre

«Estos manifestantes contra la OMC son un arca de Noé de defensores de la tierra plana, sindicatos proteccionistas y yuppies que buscan su dosis de los años 60…»
           –  Thomas Freidman, escritor de opinión del New York Times «Senseless in Seattle»

 

«Desde su punto de vista, probablemente sea correcto. Desde el punto de vista de los propietarios de esclavos, la gente que se oponía a la esclavitud probablemente lo veía así. Para el 1% de la población en la que piensa y a la que representa, las personas que se oponen a esto son los que creen en la tierra plana. ¿Por qué habría de oponerse alguien a la evolución que hemos descrito?»
             –  Noam Chomsky, autor, lingüista y anarquista en respuesta a Friedman


Hijas de las Zapatistas

Nuestras narradoras llegaron al 16 de abril (16-A) desde una variedad de orígenes y puntos de entrada.

Ryan: Las activistas y organizadores más antiguos que nos influyeron especialmente, como jóvenes anarquistas en Washington DC a finales de los 90, eran gente de color: gente de la comunidad negra que se organizó en torno a Mumia y la brutalidad policial y organizadoras indígenas que trabajaban por la libertad de Leonard Peltier. Había mucha organización en ese momento y nos apoyaron mucho como jóvenes activistas y se acercaron a nosotras como mentores. Los veíamos como ancianos, gente de la que aprender.

Ben: En 1992, vimos los vídeos de Rodney King. Esos policías lo estaban golpeando. Estábamos en el Claremont College, y todos los policías blancos con cara de gordos salieron libres. Recuerdo que pensé «¡Mierda!» y vi que el campus se vaciaba. Fue una sensación cruda, de malestar en el estómago. Recuerdo que las cosas empezaron a arder. Uno de mis amigos estaba bailando y gritando «¡Han pasado 400 años!» Y se expandió por todo Los Ángeles. Recuerdo haber mirado el centro de Los Ángeles y ver las llamas en el aire. ¡Eso no era sólo una marcha!

It Takes a Nation of Millions to Hold Us Back” (Public Enemy) ya había salido. ¿La vida imita al arte o el arte imita a la vida? «Straight outta Compton» era la banda sonora, con «Fuck tha Police» (N.W.A). Estuvimos escuchando eso toda la primavera antes de los disturbios. Y estos movimientos eran crudos, ese fue el momento en que me di cuenta de que la historia estaba viva. Tenía la sensación de que la historia no ocurría en Estados Unidos, que ocurría lejos, pero vaya, la historia estaba ocurriendo aquí mismo.

Gabby: Me criaron dos viejos militantes hippies que se quemaron con las operaciones de COINTELPRO, se sintieron muy traicionados por el movimiento del que formaban parte. Debido a su desilusión con eso, estaban muy decepcionados cuando me involucré con la política. Pero básicamente crecí como un bebé de pañales rojos. Crecí siendo empujada por piquetes en mi cochecito de bebé, con mi padre y con mi madre, en las marchas a favor del aborto. Pero no me enteré realmente de la juventud radical de mis padres hasta que empecé a ser arrestada en las protestas y a juntarme con anarquistas malotes.

Panagioti: Yo vivía en un parking de caravanas en Florida. Había abandonado el instituto y vivía con gente que había decidido participar en la organización anarquista juvenil. Hacíamos organización local, cosas como Food Not Bombs, distribución de fanzines, espectáculos locales…

Vikki: Fui a la escuela secundaria en Jamaica, Queens. Ahora consideraríamos que es una escuela conexión sociedad-cárcel. Esto fue en la década de 1990, por lo que realmente no teníamos el lenguaje para describir una escuela que era negra, marrón, y en su mayoría de inmigrantes, que no contaba con recursos y fondos suficientes. Tenía un montón de guardias de seguridad escolar. Tenías que pasar por detectores de metales todas las mañanas y pasar tu bolsa por una máquina de rayos X de aeropuerto. Era como ir a la cárcel, todos los días. Había varios miles de niños allí, súper hacinados, y era un terreno perfecto para reclutar pandillas. Un montón de mis amigos se unieron a las bandas, abandonaron la escuela y fueron arrestados por actividades relacionadas con las bandas, sobre todo por robos a mano armada. Como sus familias no tenían dinero y no podían pagar la fianza, acabaron en Rikers. Ese fue mi primer despertar «¿Qué demonios es esto?»

Empecé a ir a visitarlos a Rikers. Tenía que llevar a un adulto conmigo cada vez porque solo tenía quince años y no podías visitarlos solo hasta los dieciséis. Pasé mucho tiempo en la sala de espera de Rikers: tres horas si ibas a la primera hora si te levantabas a las 6 de la mañana, o te pasabas seis horas esperando si ibas más tarde. Acababa hablando con toda esa gente que estaba allí por sus seres queridos. La mayoría eran mujeres negras, morenas e inmigrantes que esperaban ver a los hombres de su vida.

Pica: Yo estaba en el último año de la universidad, estudiando historia, destinada a trabajar como camarera o organizadora2. Siento que éramos las hijas de esa época, hijas de las zapatistas, teníamos que intentar mejorar nuestro pueblo y construir comunidad.

Lelia: Crecí en una casa activista: mis padres eran activistas, teníamos muchos compañeros de cuarto que eran activistas. Simplemente era lo que pensaba que hacía la gente: si algo va mal a nivel local o nacional, tenemos que hacer algo al respecto. En cuanto llegué a la universidad, me puse manos a la obra y me uní a todos los grupos activistas que había.

Mark: Empecé a ser políticamente activo el primer semestre que llegué a la universidad y fue el movimiento de desinversión sudafricano, en su pleno florecimiento. Soy un gen xer3 mayor, así que fui al Hamilton College en 1986. El movimiento de desinversión estaba probablemente en su apogeo entonces. Hubo una ocupación en la oficina del Presidente ese otoño, trece estudiantes fueron expulsados de la universidad. Era bastante militante, todos los involucrados en el movimiento de desinversión llevaban brazaletes negros en el campus. Teníamos silbatos. Había un cuerpo estudiantil bastante reaccionario de derechas, fraternidades y jugadores de hockey. Los típicos cabezas de chorlito.

Nicole: Crecí en la ciudad de Nueva York, así que en el instituto había múltiples subgrupos. Había mucha organización en torno a Mumia Abu Jamal y la brutalidad policial. En mi último año de instituto, fui a lo que más tarde se convirtió en el Left Forum (Foro de la Izquierda). También asistí a algunos talleres basados en Paolo Freire, lo que fue genial. Por aquel entonces, siempre había gente con literatura política en mesas, donde la gente me contaba que había protestas en torno a los Jardines Comunitarios del Lower East Side y en toda la ciudad. Giuliani los estaba subastando, así que fui a Tompkins Square Park, justo a tiempo para unirme a mi primera protesta de Reclaim the Streets.

R. Harvey: Mi primera experiencia de politización fue probablemente escuchar a los Clash y a los Dead Kennedys cuando tenía 13 años. A los 14, me metí en el vegetarianismo, como se hacía entonces, haciéndome vegano. Me metí en los derechos de los animales muy pronto, hice que PETA me enviara algunos carteles.

Gil: Para el 16 de abril (16-A), planifiqué un póster para llevarlo conmigo mientras vagaba por las calles de DC. Me arrestaron allí en 1972, cuando hubo una carga policial bajo la dirección de Tricky Dick (el presidente Richard Nixon).

Ryan: En las reuniones de Positive Force, había un puñado de personas que asistían en representación de otro grupo, pidiendo incluírseles en el orden del día. Explicaban cosas que ahora se aprenden en un post. Las próximas protestas contra las reuniones del FMI en el 99 o una próxima cosa de solidaridad zapatista o lo que sea. Venían con un montón de información y te ibas con un montón de papeles. Después te ibas a casa y lo mirabas todo, información similar a la que puedes acceder ahora a través de las redes sociales.

Antes de la era del acceso digital generalizado, los anarquistas de la ciudad de Nueva York mantenían una línea telefónica para conectar a la gente con la organización local.

Millones para Mumia

Otro hilo conductor fundamental fue el apoyo a los presos y presas políticas, especialmente por parte de los movimientos negros e indígenas. La campaña para liberar al periodista Mumia Abu-Jamal, que iba a ser ejecutado en Pensilvania, fue un grito de guerra contra el racismo sistémico del sistema judicial estadounidense. Mumia continúa en prisión al igual que Peltier.

R. Harvey: Con Mumia, ya sabes, el papel que desempeñaron Leonard Peltier y Mumia Abu Jamal en nuestro movimiento, eran gente de los años 70 y 80; la razón por la que la gente los conocía eran los Panteras Negras y MOVE, que nunca dejaron que la gente se olvidara de Mumia. ¿Quién iba a saber que tendrían un efecto secundario de politización de la gente que salía a enfrentarse a la globalización?

Lelia: Fuimos a Filadelfia, creo que fuimos mucho a Filadelfia por cosas de Mumia. El Jericho Movement, que fue enorme. Realmente no recuerdo mucho, aparte del mar de gente y el canto:

“Brick by brick
Wall by wall
We’re gonna free
Mumia Abu-Jamal”

(«Ladrillo a ladrillo
Pared por pared
Vamos a liberar a
Mumia Abu-Jamal»)

.Gabby: Estaba muy influenciada por las zapatistas, participaba con Books through Bars (Libros a través de las Barras), iba a las marchas por Mumia, apoyo a los presos. No era un mundo que yo viviera y respirara todos los días, pero recuerdo haber ido a Filadelfia por Mumia. Recuerdo el canto «ladrillo a ladrillo», pensaba que era el mejor canto de protesta que había escuchado.

Jimmy: Cuando estuve en San Francisco con motivo de Food Not Bombs en 1995, una de las cosas más sorprendentes que ocurrieron fue esta marcha de antorchas realmente militante  por Mumia. Estaba en la lista de asesinados, lo adelantaron en la línea de ejecución y tenían una fecha para matarlo. Hubo protestas en todo el país.

El anarquismo tiene una larga historia en Filadelfia. Una octavilla para una reunión en 1993

Esas anarquistas de San Francisco y del Este de la Bahía, ¡realmente nos hicieron sentir orgullosos! Estábamos marchando por Market Street, a través de la zona de construcción, derribando barricadas, recogiendo mierda para lanzarla si era necesario. Y los ciclistas bajaban por todas las calles laterales en apoyo, con paquetes de antorchas, dejándolos en la esquina de la calle para la marcha. Fue intenso. La gente a lo largo de la ruta estaba muy emocionada, asomada a las ventanas, los coches tocando el claxon por Mumia. Le decíamos a la gente y a los transeúntes: «¡Vengan, únanse a nosotros!»

Así que marchamos por el Castro. Yo corría con gente que conocí en el Chicano Youth Center, un lugar tipo infoshop, estos adolescentes punk chicanos y anarquistas, una mujer Red Moonsong, que era una abuela radical queer anarquista hippie. Los policías se asustaron y empezaron a contraatacar. Red Moonsong, la recuerdo diciendo «Um, esta es la parte donde las abuelas se van». Más tarde ¿sabes? Así que, ella se retiró. El tipo de Los Ángeles y yo estábamos plegando la gran pancarta de Food Not Bombs que teníamos, metiéndola en una mochila, y las granadas de contusión estaban explotando a nuestro alrededor.

Ben: Yo estaba escribiendo mi novela, mi roman à clef (novela en clave), en el Kilowatt, o quizá en el 500 Club, junto al Roxie, en algún lugar de la calle Valencia de San Francisco, trabajando en las notas de mi diario. Y escuché una mierda en la calle afuera. Yo estaba como «¿Qué diablos es eso?» y estaba yendo contra el tráfico. Le pregunté a alguien “¿qué está pasando?”. Y dijeron «¡Marcha por Mumia!». Y yo me quedé como «¿Quién es Mumia?» La gente gritaba y daba volteretas y saltaba entre los coches. No estaban rompiendo cosas exactamente, pero había una sensación: ¿es esto una marcha? ¿Esto es un disturbio? Aparte de ACT UP, no estaba conectado a nada. Había crudeza. Y alguien dijo que se trataba del Complejo Industrial Carcelario. ¡Oh, eso! Hubo una sensación inmediata de que se trataba de un tema vivo. La gente está hablando de Malcolm X y es algo real. No es algo del pasado, están escuchando a los  Last Poets, a Gil Scott Heron, «The Revolution Will Not be Televised». Ese álbum, junto con «A Nation of Millions», fue la banda sonora.

Mimas: Una de las principales corrientes del activismo estadounidense de los años 90 fue el apoyo a los presos y las campañas contra la brutalidad policial, especialmente en torno a presos políticos como Mumia Abu Jamal. Al conocerlo, también nos enteramos de la represión de los radicales de la liberación negra y de los anarco-primitivistas en Filadelfia. La policía de Filadelfia realmente utilizó un dispositivo incendiario, una bomba literal, y la lanzó sobre la casa de MOVE. Hasta ahí estaban dispuestos a llegar para detenerlas, a matar literalmente a las negras con bombas.

Mientras esperaba la ejecución, Mumia se convirtió en un crítico vital de la pena de muerte, autor de libros y artículos sobre el estado policial y el sistema de justicia penal, y sus partidarios hicieron campaña para que saliera de la cárcel. También tenía una frialdad, un sentido de rectitud tranquila que realmente captó nuestras esperanzas y aspiraciones de un mundo mejor. Muchas de nosotras nos radicalizamos o apoyamos a Mumia, antes y durante el movimiento antiglobalización.

Vikki: Cuando no iba a este arduo viaje en autobús a Rikers, hacía el trayecto a la ciudad [es decir, Manhattan], iba a St. Mark’s Books. Me paraba en su sección de prisiones y leía estas cosas porque no tenía suficiente dinero para comprar estos libros y todo lo que había allí. Me di cuenta de que este no es un sistema que está roto, que en realidad está funcionando como fue diseñado. El sistema está diseñado para supervisar, controlar y vigilar a estos cuerpos negros, marrones e inmigrantes. Por eso la sala de espera y la sala de visitas tienen el aspecto que tienen; esa constatación en la sala de espera de Rikers fue mi politización.

R. Harvey: Fui a Millions for Mumia, el 24 de abril de 1999. Esa fue mi primera gran protesta. Estaba en la escena punk anarquista de Baltimore, era de Towson, donde teníamos nuestra propia escena. Escuchábamos a grupos locales, bandas como Aus Rotten, A/político, Anti-Producto, este tipo de grupos, y hablaban de estos temas.

Ryan: Millions for Mumia fue algo muy importante para nosotras. Fue el primer bloque negro en el que participé.

Millions for Mumia

Dando impulso

En Estados Unidos, las activistas empezaron a alinearse en un movimiento, gravitando en torno a Food Not Bombs, Critical Mass, las cumbres de Youth Liberation, las campañas de Earth First!, las acciones de Reclaim the Streets, los movimientos de solidaridad latinoamericanos y la organización en los campus. El día internacional de acción del 18 de junio de 1999 marcó la convergencia de muchas de estas corrientes.

Mark: Antes de Seattle, se celebró la  reunión del G8, que tuvo lugar el 18 de junio de 1999. Reclaim the Streets fue una formación global que comenzó en Londres, concretamente en torno a la carretera de enlace M11 y las protestas contra los raves (fiestas libres): el movimiento contra las carreteras y la legislación contra los raves que se había aprobado. Más tarde trabajaron con los estibadores y demás, pero realmente se lanzaron a formar el movimiento altermundialista. Luego se extendió por Europa a través de la forma Reclaim the Streets, así que en Nueva York prestamos mucha atención a Reclaim the Streets UK.

Eran los primeros días de Internet, pero Reclaim the Streets UK tenía una de las páginas web más geniales que jamás se hayan visto; está archivada en alguna parte. Era básicamente una estructura de «Jardín de senderos que se bifurcan» de Borges en la que podías perderte; muchas citas de Abbie Hoffman, los Diggers2 y los Levelers3. Las imágenes eran simplemente increíbles.

La estética rave de los organizadores del J18 en Londres se ejemplifica en esta tarjeta distribuida para promocionar una de las concentraciones.

Nicole: Era la primera vez que veía protestas de este tipo, antes de que se pudieran obtener noticias de las redes sociales o de Internet. No había estado expuesta a ese tipo de imágenes en aquella época, la extrema izquierda radical. Siempre me sentí bien, ya fuera Reclaim the Streets o Critical Mass, al estar en las calles.

Lo que siempre se sintió realmente poderoso fue tomar las calles y cambiar la narrativa de cómo deberían ser las cosas. Cualquier oportunidad de cambiar tus pensamientos y hacer una escisión con lo que normalmente es; eso era realmente atractivo para mí, especialmente cuando se trata de salvar el Planeta o ayudar a la gente que estaba oprimida.

Ben: Recuerdo que Food Not Bombs era tan grande a nivel local en San Francisco, porque se arriesgaban a ser arrestadas todo el tiempo por el crítico delito de regalar comida… ¿cómo podía alguien pensar que eran un estorbo para la calidad de vida?

Food Not Bombs prefiguró con su nombre todo un movimiento, como la Coalición More Gardens! o Housing Works. Es muy relevante. «¿Alimentos, no bombas?» Es muy difícil de discutir.

Gabby: Food Not Bombs fue realmente importante. Cuando viajaba, sabía que podía aparecer en cualquier sitio con un Food Not Bombs y conocer a gente y resolver cosas. O, ¿hay una infoshop 11  en esta ciudad? Había toda una red e infraestructura. Dormí en muchos pisos de todo el país.

También pasé mucho tiempo en ABC No Rio, estuve definitivamente involucrado con la cultura de la bicicleta, montando en la Masa Crítica. Más tarde, cuando me sentaba en un árbol, me sentaba en mi árbol y soñaba con las marchas de la  Masa Critica en la ciudad de Nueva York.

ABC No Rio, un local okupado en el Lower East Side, fue uno de las docenas de centros comunitarios e infoshops de todo el país que formaron la infraestructura del movimiento antiglobalización.

Vikki: Como no tenía amigos con los que salir, porque estaban encerrados, empecé a venir al Lower East Side a ABC No Rio y Food Not Bombs. A partir de ahí, me junté con un grupo de rockeros punk que eran muy políticos. Y me abrió los ojos la idea de que se podía ser antiautoritaria. Eso no era algo que hubiera pensado antes, en lugar de ir a la escuela de derecho o a la escuela de medicina para tener éxito, que es la narrativa de los inmigrantes con la que se nos alimenta a muchas de nosotras. Así que si estás leyendo, tienes que leer cosas que te acerquen a la facultad de derecho o a la de medicina.

Me abrió los ojos la idea de que se podía ser antiautoritaria, de que el sistema estaba jodido. Pero yo seguía siendo un niño aficionado a la lectura, así que podías ser inteligente y gustar de los libros, pero eso no significaba que tuvieras que seguir este programa capitalista. Las mujeres de ABC No Rio, especialmente, me tomaron bajo su tutela, me llevaban a tal o cual cosa. Eso me llevó aún más a la organización política, cuando tenía 17 o 18 años.

El 18 de junio de 1999, la manifestación más conocida tuvo lugar en Londres, pero en realidad, las acciones tuvieron lugar en todo el mundo, incluida esta en San Francisco.

Ryan: Recuerdo haber recibido una tarjeta postal para el Carnival of Chaos, J18 en un evento en el centro de DC; creo que podría haber sido la reunión de primavera del FMI en 1999. La protesta era pequeña, como 50 personas fuera de su sede, estaban repartiendo cosas sobre el Carnaval contra el Capitalismo, y diferentes eventos. Esas 50 personas que protestaban contra el FMI en la primavera de 1999 trabajaban en su mayoría para ONGs, caminando por la acera tratando de tomar la calle un poco. Poco después el 18J fue Seattle, y luego el 16A, con decenas de miles de personas para las mismas reuniones del FMI justo un año después.

Mimas: El 18 de junio de ese año se convocó un conjunto de protestas coincidiendo con la reunión del G8 en Alemania, que reunía a los líderes de las democracias más ricas del mundo (el G7) más Rusia. Como formación temprana del movimiento antiglobalización, el 18-J creó una especie de plantilla para las acciones posteriores, su lema era «Nuestra resistencia es tan transnacional como el capital».

Las protestas de Londres, en particular, llamaron mucho la atención con los carnavales callejeros, las bandas de samba, los paseos en bicicleta de la Masa Crítica y los bloqueos de las sedes corporativas. Otras protestas internacionales también tuvieron lugar el 18-J en Canadá, Australia y Nigeria, donde cerraron la infraestructura petrolera de Shell, así como docenas de acciones en Europa y Estados Unidos.

En Estados Unidos, quienes participaron en las protestas del 18-J y en las de Seattle eran, en la mayoría de los casos, participantes en movimientos como Food Not Bombs, Critical Mass, Reclaim the Streets, Earth First!, Ruckus Society y campañas internacionales de solidaridad. Esas acciones y grupos preexistentes se convirtieron en terreno fértil para la reiteración estadounidense de este movimiento global. En aquel entonces, cada país era un poco diferente en su forma de abordar la lucha en términos de fundamentos, pero teníamos un objetivo común: las instituciones neoliberales que apoyaban la expansión de la desigualdad y la explotación en todo el mundo.

«Nuestra resistencia es tan transnacional como el capital».

R. Harvey: El Carnaval contra el Capitalismo en Londres se inspiró mucho en el Movimiento No Roads, que surgió del movimiento antinuclear. Crass se inspiró realmente en el movimiento antinuclear.

Panagioti: En aquella época hacíamos cumbres de liberación de la juventud y encuentros del 1 de mayo. Veía a la misma gente en circunstancias ligeramente diferentes, haciendo y hablando de las mismas cosas. Recuerdo estas cintas de vídeo de las ocupaciones forestales en Cove Mallard, en Idaho, en 1996, viendo a la gente utilizando cajas de seguridad y trípodes. Teníamos una vieja copia del vídeo de Whispered Media, que era un predecesor de IMC. Probablemente lo mostramos 50 veces en diferentes conferencias, talleres y formaciones para que la gente supiera lo que estaba pasando. Acumulamos una colección de esos vídeos. La idea era llevar los vídeos que habíamos recopilado por el camino, reunir a 20 personas en una sala, comer comida vegetariana mediocre y ver este vídeo para saber qué estaba pasando.

Mark: Participé en las primeras marchas ciclistas de la Masa Crítica en San Francisco durante varios años, después de que me mudara allí en 1992/93. No conocí a Chris Carlson hasta muchos años después, pero me presentaba en el Embarcadero a las 5 de la tarde el último viernes del mes, como un montón de gente. Mi amigo Sheffer dirigía una tienda de bicicletas llamada Pedal Revolution y fabricaba Frankenbikes, bicicletas exageradamente altas.

Reverso del cartel que promociona las manifestaciones en San Francisco el 18 de junio de 1999.

Estos paseos eran realmente festivos, realmente tontos, no recuerdo en aquellos días ningún conflicto con la policía. Eso podría haber ocurrido más tarde, cuando las cosas se pusieron a veces tensas. Siempre acabábamos en alguna playa, fumando algo de hierba, pasando el rato con la gente de las Madres de la Perpetua Indulgencia y la Cacophony Society, las últimas etapas de esa gente. No sabía lo que estaba haciendo, sólo que mi amigo hacía estas bicicletas altas en la Misión y yo iba con él. Fue realmente una explosión, realmente muy divertido.

Nicole: Me involucré mucho en el activismo medioambiental, en temas locales como los jardines comunitarios. Empecé a ir al Wetlands Center, a trabajar con gente que hacía campañas contra Gap y Banana Republic, porque estaban destruyendo los bosques antiguos. Era la época de la organización contra las maquilas (fábricas de sudor en Inglés!), que era muy importante en el activismo universitario.

Ben: El mejor amigo de mi padre murió de SIDA. Empecé a ir a las manifestaciones de ACT UP,  y no era sólo una marcha, era ir a Sacramento para una acción directa. Había drag queens en el camino, había gente que llevaba las cenizas de sus amantes que las esparcían y lanzaban a los policías. Los policías se abalanzaron sobre ellos, había gritos y llantos. Las cenizas en el aire, luego salíamos a tomar algo y lo pasábamos muy bien. Había una marcha, y un cortejo fúnebre, y luego íbamos a bailar. Eso era ACT UP. El activismo era una práctica; no era una identidad.

El activismo contra el SIDA siempre fue mi motor, pero después de los disturbios de Rodney King en Los Ángeles, empezaron a construir la South Central Farm. Lo vi como un gesto prefigurativo de construcción de la comunidad que reunía a la gente para compartir espacio, para compartir alimentos, para compartir historias.

Ese jardín era un gran espacio común que la gente compartía. Había mucha comida y mucha sanación. Cuando la gente se reúne y comparte un espacio fuera del capitalismo, donde nadie discute sobre quién es dueño de qué, podemos construir un espacio juntas. La gente puede hacer cosas realmente hermosas.

Volver a la tierra es pertenecer. Tenemos esta idea industrial de que se supone que debemos estar rodeados de hormigón, pero tocar la tierra es importante para los seres humanos. el libro de bell hooks sobre la pertenencia trata de volver a Kentucky porque la tierra la llamaba: «Este es mi hogar, esta es mi gente, hemos estado cultivando esta tierra durante mucho tiempo». Y creo que la gente tiene un sentido crudo de conexión cuando toca la tierra.

Los activistas queer radicales desempeñaron un papel importante en el movimiento antiglobalización, al igual que los activistas por la liberación de gays y lesbianas en la década de 1970 sirvieron de antecedente inspirador.

Pica: Los jardines comunitarios eran lugares realmente mágicos en cada ciudad que visitabas. Suena cursi, pero si alguna vez pasaste un atardecer en uno con amigos, con un fuego, o alguien haciendo comida en la “casita”… Tenías un intercambio cultural legítimo, gente local se juntaba con viajeros raros de todas partes, con marginados y rechazados.

Ben: Realmente me enamoré del movimiento en Nueva York en los años 90. Me dirigía al metro para ir al Bronx desde el East Village y veía estas pequeñas parcelas al pasar. Y pensé: «Me encantan estos espacios». Puedes sentarte, a nadie le importa, con lo que lleves, puedes cenar y tomar un café.

El movimiento de los jardines en la ciudad de Nueva York era un movimiento de seguridad alimentaria. Había Panteras Negras involucradas en eso, Young Lords, había un montón de líneas a través de los movimientos de empoderamiento de la comunidad. ¡Y estaban las okupas! Los okupas y los huertos se solapaban y cuando los okupas aparecían, sabías que ibas a tener poder.

Odio este término, «aburguesamiento verde», pero los jardines mejoran los barrios. Aumentan el número de ojos en las calles, eso es lo que decía Jane Jacobs. Necesitas que la gente mire el barrio. No necesitas policías, sino personas de la comunidad que miren las calles para asegurarse de que todo el mundo está bien. Pero sí aumentan el valor de las propiedades porque la gente puede venderte un edificio y decir: «Mira este hermoso espacio verde que hizo el vecindario, justo por aquí».

Lelia: En la American University, uno de los grupos más convincentes era la Free Burma Coalition. En aquel momento, había cuatro estudiantes activistas que fueron arrestadas por repartir folletos en público, simplemente por repartir papeles a la gente. Fue lo primero a lo que me apunté como estudiante de primer año. No fue sólo en la UA, sino en todas partes. Había una gran población birmana, gente que había tenido que dejar su país, viviendo en la comunidad de DC. Había un activismo intergeneracional; escribíamos cartas, hacíamos cenas benéficas, hacíamos desfiles de moda -lo que me resulta curioso, porque yo no estoy a la moda-. También hicimos desobediencia civil. Hicimos una larga campaña escribiendo cartas, incluyendo todos los «pasos» adecuados, entre comillas, y empezamos a pensar en lo que teníamos que hacer para avanzar en la cadena de exigencia de más acción. Llegué a la escuela, quizás en agosto, y me arrestaron en octubre; había decidido que ya era suficiente escribir cartas para mí y que era hora de pasar a la desobediencia civil. También hicimos una campaña de desinversión para que la universidad dejara de hacer negocios con determinadas empresas.

Mark: Aterricé en Nueva York en otoño de 1998, vine a hacer un posgrado en la New School. Justo antes de llegar a Nueva York, había estado en el Bread and Puppet Theater (Teatro Pan y Marioneta), en Glover, al que iba desde 1994. Estaba haciendo de titiritero y conocí a Aresh de More Gardens! (Más Jardines pero también Más Huertas!) en la sala de vestuario del granero, y a Trudy y John de Great Small Works, por supuesto, y a los Bread and Puppeteers. Estaban muy involucrados en la lucha por los jardines comunitarios en ese momento, y el centro comunitario Charas El Bohio , que había sido subastado. Y luego fue Steve Duncombe, que dio una conferencia como invitado en una clase de estudios de medios de comunicación que yo estaba tomando en la New School. Habló de Reclaim the Streets, y yo dije: «Hmm, háblame de eso».

Ben: En 1998/99, había una acción cada semana en Nueva York, ya fuera una acción de jardín, o una acción de Fed Up Queers, ACT UP (Queers asqueadas, ACTÚAR!). Recuerdo que cuando mataron a Matthew Shephard, el joven universitario de Wyoming, intentamos hacer una marcha fúnebre en Manhattan, y Giuliani intentó arrestar a todos los organizadores y quería que todas las personas estuviéramos en la acera. ¡5000 personas no caben en la acera, Giuliani! Si nos hubiera dejado marchar durante una hora, habríamos ido al bar después. Pero no, barrió a todo el mundo, y todo el mundo fue a la cárcel por la noche y al día siguiente, tus amigos estaban haciendo apoyo en la cárcel. Nos cubrieron en el New York Post y en el Daily News, y me arrestaron con Charles King y Keith Kyler de Housing Works. Y Sylvia Rivera estaba en la cárcel conmigo, cuando nos encadenaron con correas. Michael Cunningham, que acababa de ganar el Premio Pulitzer por The Hours,, estaba con nosotros. Había grupos épicos de personas juntas y cada semana había otra acción.

Y entonces empezamos a oír los rumores de [la movilización contra la ministerial de la OMC en] Seattle en Adbusters. Planificamos nuestra marcha de solidaridad con Reclaim the Streets. Hicimos una para salvar los jardines y otra a Times Square. Creo que la gente pensó que era un vídeo de la MTV, así que nos dejaron tranquilos. La policía golpeó mucho a Mark. Podías hacer solidaridad en la cárcel, con yoga fuera, y luego la gente salió directamente de la cárcel para ir al aeropuerto de Seattle.

Organización y difusión anarquista en Nueva York antes de la era de la conectividad digital.

Nicole: En Nueva York, justo antes de las manifestaciones contra la OMC en Seattle, hubo una gran acción de Reclaim the Streets. Esa Reclaim the Streets fue una de las protestas más emocionantes en las que había estado en ese momento; nos presentamos en Union Square, y luego tuvimos una fiesta en el metro, con gente disfrazada, gente colgada de las barras del metro. La gente bailaba y cantaba, subimos a Times Square y, más tarde, a Bryant Park. Fue masivo, la gente se apoderó de una intersección. Había incluso un trípode, eran los primeros días.

Vikki: Seattle era visceral, la gente estaba en las calles y se peleaba. Cuando llegué por primera vez al Lower East Side, una de las cosas que realmente me atrajo fue que era el final del movimiento de okupación a gran escala. Llegué justo después de que la okupación de 13th Street fuera desalojada con un tanque, así que ambas cosas estaban vinculadas en mi mente.

Soñando con el fin del neoliberalismo

Antes de los encuentros zapatistas, las instituciones que impulsan el ajuste neoliberal -la OMC y su precursor, el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio, el FMI y el Banco Mundial- eran entidades oscuras. Al dirigirse a sus reuniones anuales y ministeriales, las activistas tomaron el fenómeno abstracto de la globalización neoliberal y lo hicieron concreto. No se puede abolir el capitalismo con un megáfono, pero con 20.000 de tus amigas más cercanas, puedes interrumpir una reunión de banqueros y burócratas.

Eric: Después de que la Segunda Guerra Mundial dejara a Europa devastada (y de que siglos de colonialismo y saqueo de recursos hubieran dañado gravemente lo que ahora se llama el «Tercer Mundo»), se convocó una conferencia en Bretton Woods, New Hampshire, en 1944, para crear instituciones independientes de las Naciones Unidas que pudieran supervisar la regulación del comercio internacional y ayudar a la construcción de Europa. El resultado fue el Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo, que se convirtió en el Banco Mundial, y el Fondo Monetario Internacional (FMI). El objetivo declarado del Banco Mundial era ayudar a la reconstrucción de Europa y contribuir al desarrollo de los países pobres de todo el mundo. El mandato original del FMI era facilitar el comercio mundial dejando a los países la libertad de establecer sus propias directrices económicas.

Volante de la protesta 16-A distribuido en el Convergence Center de Washington DC.

“El FMI es como un usurero. Cuando un país tiene problemas para pagar a sus acreedores extranjeros -por ejemplo, cuando los tipos de interés se dispararon en los años 80- el FMI le proporciona un rescate de emergencia. El precio de este rescate es que el país tiene que vender su alma. El FMI y el BM exigen lo que llaman Programas de Ajuste Estructural (PAE). «PAE a los pobres para engordar a los ricos». Los PAE incluyen una serie de atributos comunes. Todo lo que un país tiene será liquidado para pagar los préstamos, pero los préstamos nunca se pagan, por lo que siguen atrapados en una deuda paralizante. El país debe hacer recortes drásticos en la educación, la sanidad, los subsidios alimentarios y otras cosas de las que dependen los pobres. Los organismos reguladores del medio ambiente también deben ser desfinanciados por completo, de modo que las leyes medioambientales que permanezcan en los libros no puedan ser aplicadas.

Otra parte de los Programas de Ajuste Estructural (PAE) es la privatización. Todo lo que puede dar beneficios se vende a empresas extranjeras por unos pocos céntimos. Bolivia vendió su servicio de agua a una empresa con sede en San Francisco que inmediatamente duplicó las tarifas de agua para los pobres.” (Folleto de protesta del 16-A distribuido en el Convergence Center de Washington DC)

Ben: Los activistas del SIDA fueron a la oficina de Charlene Barshefsky, que era la representante comercial de EEUU. Y le dijeron que tenía que cambiar la política de drogas de Estados Unidos. Tenías las normas de la Organización Mundial del Comercio que decían que podías, en la crisis sanitaria, crear tus propios medicamentos, genéricos, y sin embargo demandaban a Sudáfrica que tenía una crisis sanitaria con el SIDA.

Para mí, las protestas contra el FMI eran para amplificar esa injusticia. No pensé que fuéramos a detener la reunión. Creo que había que dejar claro que lo que estaba ocurriendo en la reunión era malo y que si se preocupan por la salud, tienen que hacer esto de otra manera. No nos escucharían, ni escucharían a nadie, si siguiéramos sus reglas.

¿Sabías que Donald Rumsfeld, antes de ser Secretario de Defensa, fue el jefe de la Oficina de Oportunidades Económicas de 1969 a 1971, bajo Nixon? Así es como los programas de lucha contra la pobreza se convierten en mecanismos de guerra, utilizando la deuda como un garrote. Literalmente, el tipo que impulsó la guerra de Irak comenzó como un hombre de la pobreza. Esa es la idea de Herbert Marcuse: cuando el estado de bienestar se convierte en el estado de guerra.

Pica: La gente de Cochabamba y sus partidarios en toda Bolivia -agricultores, trabajadores, residentes, estudiantes- no iban a permitir que Bechtel destruyera sus vidas triplicando el precio del agua. Se rebelaron masivamente, bloquearon las principales carreteras del país y prácticamente cerraron el país. Se defendieron porque sus vidas dependían literalmente de ello. Mientras planificábamos el 16-A, la mierda estaba cayendo en Bolivia. Estas políticas se estaban determinando en las salas de juntas y en las reuniones ministeriales de Estados Unidos, y teníamos la obligación moral de luchar contra ellas aquí, en su propio territorio.

Panagioti: Muy pronto se conocieron los fundamentos de la globalización económica. Para cuando llegó el 16-A, teníamos que entender mejor las siglas. El Banco Mundial y el FMI parecían un poco más complicados, por haber existido durante más tiempo, que la OMC, que era nueva. Yo estaba muy dispuesto a aprender cosas muy rápidamente.

Un panfleto de principios de siglo que critica la globalización capitalista.

Mark: Recuerdo haber ido a ver «Life and Debt», la película de Stephanie Black, justo en esa época. Hasta el día de hoy, es una magnífica descripción de los programas de ajuste estructural impuestos en la isla de Jamaica. Era muy específico: lo que ocurrió con la industria local de producción de leche, el plátano, todas las políticas comerciales que destruyeron a los agricultores jamaicanos.

Eric: La deuda no es el resultado de la voluntad del pueblo; los agentes gubernamentales, alentados e instruidos por las élites locales y los inversores extranjeros, fueron los que acumularon la deuda. Estos agentes del capital son los que han recibido los beneficios de las inversiones y el gasto de la barcaza, pero es el público el que debe pagar los costes. Los rescates orquestados por el FMI y el Banco Mundial prestan poca atención a estos matices. Si el gobierno de Indonesia debe dinero a los bancos suizos porque se gastó todo el dinero comprando tanques y bombas a Estados Unidos, entonces es el pueblo de Indonesia el que debe morirse de hambre y trabajar por salarios de esclavo para devolverlo.

“Las movilizaciones de masas son fundamentales para mantener la presión sobre estas instituciones, y para crear el cambio del que hablamos. Es bastante impresionante cuando consigues que millones de personas digan: «Cancela la deuda». Es bastante impresionante cuando millones de personas dicen: «Detengan los programas de ajuste estructural», «Abran sus reuniones» y «Detengan los proyectos destructivos para el medio ambiente». Es muy diferente a cuando sólo tienes unas pocas ONG que no necesariamente están presionando mucho.” (Njoki Njoroge Njehu,  «50 Years is Enough» (50 años bastan”)

Una pancarta anarquista en el 16-A: «Liberación global, no devastación».

Pica: Sabíamos que estábamos viendo algo especial con este movimiento contra el capitalismo, contra la globalización corporativa. Todos estos grupos y luchas por la justicia se unieron: la abolición de las prisiones, los derechos de los trabajadores, el activismo queer, la solidaridad internacional, el anarquismo, el feminismo, las campañas para que la policía rinda cuentas, todo ello. Todos nuestros caminos paralelos se unieron en las calles de Seattle y DC.

Era muy común que la gente, especialmente en las ciudades pequeñas, apoyara otros proyectos y campañas. Podías ser un activista laboral, centrado en los derechos de las trabajadoras y en el aumento del salario mínimo, pero te ibas con las veganas y te unías a la gira para ver un documental de Chomsky sobre los medios de comunicación  cuando llegaba a la ciudad. La gente tenía una base de solidaridad en los círculos radicales de izquierda.

Gabby: A pesar de lo genial que eran las cosas en esos días, creo que sufrí miedo al fracaso. Sentía que había crecido a la sombra de los radicales de los 60 y de los radicales del Lower East Side, un lugar donde una persona joven podía hacerse un hueco. Todavía lo hacíamos, teníamos una gran casa ocupada llamada Campamento C, era irreal lo que podíamos hacer, era como una manzana cuadrada. El lugar era jodidamente enorme. La escena DIY4 en Nueva York consistía en conservar los espacios que quedaban a medida que la ciudad se volvía más vigilada y más cara, se trataba de un lugar al que podías ir y hacer que las cosas sucedieran como persona que intentaba vivir fuera de la economía del dinero. Construimos toda una cultura en torno a eludir esa economía monetaria. Es un error decir que se trata de nuestro estilo de vida, porque hemos construido un mundo que no se basa en el dinero para vivir y satisfacer nuestras necesidades.

Nicole: Este tipo Tofu vino a esta conferencia en mi universidad. Era un cantante, creo que había estado en Seattle. También estaba la gente de ¡Más Jardines! que asistió a una conferencia de presos y presas políticas que celebramos. Esa conferencia fue muy poderosa, Ramona Africa y Laura Whitehorn hablaron allí, eran increíbles defensoras que habían sido liberadas de las cárceles en la década de 1980. Más tarde veríamos a personas que conocíamos personalmente encarceladas por su política. Todas estas cosas estaban ocurriendo en persona, la gente tenía que venir a estas reuniones para aprender sobre estos temas.

Ben: Mi acción favorita antes de Seattle fue contra Disney. Fuimos a la tienda de Disney en Times Square y declaramos nuestro derecho a no vivir en un centro comercial. «Quita al ratón, Quita al ratón» fue nuestro gran cántico. Nunca me habían detenido en un centro comercial por decir «¡Basta de negocios como siempre!». Pero sentía que teníamos derecho a nuestras propias historias. Disney estaba absorbiendo nuestras historias en el centro de su remolino. Era un entretenimiento involuntario, queríamos tener derecho a nuestras propias narrativas. Había un desafío absurdo. Fue divertido, y Seattle se convirtió en parte de ese momento de alegría.

Panagioti: En cierto modo, la fórmula para ser activista parecía similar a la que veo ahora, pero el proceso era mucho más exigente. Leías un volante o un panfleto y decías «Hmm, bueno, esto tiene sentido». Y entonces, en lugar de simplemente republicarlo en Instagram, ibas a una copistería, hacías cien copias, las cortabas y doblabas e ibas a 20 locales o cafeterías diferentes, las repartías o se las dabas a la gente. O hacer unas pegatinas. El proceso de difusión de información y de motivación de la gente para movilizarse era mucho más práctico y táctil.

Un folleto que promociona el «fútbol anarquista» -¿un eufemismo?- en Milwaukee.

N30 Seattle

Las protestas contra la reunión ministerial de la Organización Mundial del Comercio en Seattle el 30 de noviembre de 1999 fueron un momento decisivo en la expansión del movimiento.

Vikki: Internet era todavía algo nuevo y joven y alguien dijo: «Oye, tengo un billete para Seattle para esas fechas de la protesta contra la OMC y no puedo ir. ¿Alguien quiere este billete?». Ni yo ni ninguno de mis amigos sabíamos de qué se trataba. Pensamos que haríamos una especie de Reclaim the Streets o algo así en Nueva York ese mismo fin de semana. No sabíamos para qué demonios pensaba volar a Seattle, así que no sé si alguien aceptó el billete gratuito. Y entonces ocurrió lo de Seattle y todo el mundo dijo «¡mierda!» y empezamos a prestar atención a la globalización. Antes me centraba en las cosas locales o regionales y en las cosas que podía señalar con el dedo. ¿Policía, cárceles, prisiones? OK. ¿Esta idea más amplia de la globalización? No se me ocurrió seguirla, y la gente no estaba tan conectada a Internet en aquella época, así que no te enterarías necesariamente de ella por un telediario matutino. A raíz de la Batalla en Seattle empecé a prestar atención.

Pica: Tenía unos cuantos amigos que fueron a la OMC en Seattle. Yo no pude ir porque no podía librarme dos semanas de mi trabajo. Tendría que haber ido en autobús, de ninguna manera podría haberme permitido volar hasta allí. Después fui al punto de información de mi ciudad a principios de diciembre. No podía creer que funcionara. Como mucho, podíamos reunir a veinticinco o cincuenta personas en una protesta; ¿cómo conseguir 50.000? ¿Colapsar una ciudad entera? Lo primero que quise saber fue: «¿Cuándo volveréis a hacer esto?» Porque sabía que estaría allí.

Panagioti: Acabé en Seattle sobre todo habiendo leído fanzines sobre la globalización. Cuando llegué allí, lo sentí como algo cercano a una revolución, al menos en mi mente. Me pregunté: «¿Qué pasaría si no volviéramos a casa? ¿Y si nos quedamos en estas calles?» Mirando hacia atrás, tal vez teníamos delirios, pensamientos como «¡Esta es la Comuna de París de mi juventud!» Había leído esos relatos históricos de esos momentos de insurrección y tenía la sensación de participar en ellos, de alguna manera. En cierto sentido era exacto, pero también absurdo por su corta duración. Estas cosas que hacíamos eran un par de días, en lugar de meses de ocupación sostenida.

Mark: Nunca había estado en ese tipo de situación, lo que vi en Seattle. Recuerdo que corrí al Centro Indymedia, yo estaba allí como parte del colectivo Paper Tiger TV, era un informador así como un organizador de acción directa, y para Seattle, estaba realmente centrado en ser parte del equipo de producción de televisión para Indymedia. Así que nos habíamos integrado en un equipo de cierre que incluía a Carwill Bjork-James y Gopal Dayaneni; ambos estaban en ese cierre.


«Rompiendo el hechizo» de CrimethInc. Workers’ Collective, un documental sobre las protestas de la OMC en Seattle.

Jimmy:  Lars estuvo allí en el reportaje del 30N. Lo recuerdo regresando montado en una ola de anarquía. Tenía esa canción “We are winning/Grab a bandanna for the tear gas cloud/Get organized and come downtown» (“Estamos ganando/Agarra un pañuelo para la nube de gas lacrimógeno/Organízate y ven al centro».

Eric: Los manifestantes de Seattle y DC no eran, como decían muchos medios de comunicación, chavales confundidos sin un lugar mejor en el que estar que viajaban en busca de un pasar buen rato y una expresión de rebeldía juvenil. Actuamos porque las políticas del FMI, el Banco Mundial y la OMC están causando un sufrimiento incalculable, miseria, pobreza y muerte. Nos manifestamos porque queremos vivir en un mundo que no se base en la codicia y el beneficio, sino en las necesidades humanas, la igualdad y la justicia económica. Queremos que todos tengan comida, vivienda, atención médica y un nivel de vida decente. En un mundo tan rico y abundante como el nuestro, no hay razón para que las personas solidarias acepten el sufrimiento que existe a nuestro alrededor.

R. Harvey: A medida que se acercaba noviembre, recuerdo claramente haber estado en un espectáculo de A//Political en una casa adosada en Baltimore. Creo que estaban tocando con Anti-Product y estaban repartiendo folletos. Básicamente, «Vamos a destruir Seattle» con una imagen de punks bailando sobre la ciudad. Imágenes típicas de esa época. Tenían una canción llamada «Whose Trade Organization» con una letra anarquista punk muy explícita. Así es como empecé a conocer el tema, pero no fue hasta que empezaron a producirse las protestas en Seattle cuando dije «Oh, Dios mío, no estaban bromeando. Esto es algo real».

Lelia: Recuerdo que tenía muchas ganas de ir a Seattle. Pusimos dinero en un bote y decidimos enviar representantes de DC a Seattle porque no podíamos permitirnos ir todos. Recuerdo que Dave fue por nuestro grupo. Recuerdo que pensé: «Este es nuestro momento», que habíamos estado trabajando para esto como activistas durante todo este tiempo. Fue muy bueno tener a tantas de nosotras reunidas, a trabajadores y a ecologistas en el mismo espacio – fue realmente poderoso -no quiere decir que siempre estuvieran en desacuerdo, pero pueden estarlo. El informe era parte del trato para la gente que enviamos a Seattle: queríamos saber todo lo que habían experimentado a su regreso. Vivíamos en primera persona. Tuvimos que reunirnos en persona para hablar de ello y hacerles preguntas. Luego, utilizamos el modelo de consejo de portavoces utilizado en Seattle para organizar el 16-A, más o menos después.

R. Harvey: Yo tenía como 15 años, no podía ir a Seattle. Después, como muchas, ese día, estuve en Internet leyendo sobre la globalización. Durante la OMC en Seattle, recuerdo haber leído Indymedia, recuerdo el sitio web de Global Exchange: tenían un buen taco de hojas informativas.

Mimas: Conseguimos interrumpir la reunión ministerial de la OMC impidiendo que los delegados asistieran a las reuniones mediante bloqueos masivos en las calles, que fueron respondidos con gases lacrimógenos, porras y violencia general por parte de la policía. Las protestas callejeras hicieron que los países africanos, asiáticos y sudamericanos se envalentonaran en la propia reunión de la OMC y echaran por tierra el progreso de las conversaciones, que se inclinaban en favor de los países más ricos en detrimento de los pobres. No fue una victoria total -el capitalismo no se desbarató por completo ese día-, pero fue mucho más de lo que cualquiera podría haber esperado. Seattle fue perfecta para prender la cerilla: todos nuestros diferentes proyectos tenían ahora un paraguas bajo el que vivir. Empezaría con el capitalismo y la explotación del Sur Global, pero también encajó más tarde con la primera toma de posesión de George W. Bush , las convenciones demócrata y republicana del año 2000, e incluso los movimientos contra la guerra después del 11-S. Más tarde, creo que se puede hacer una conexión explícita con Occupy y una conexión indirecta con Black Lives Matter, también. Había un amplio entendimiento de que podías llevar varios sombreros, formar parte de diferentes movimientos de solidaridad.

Mark: Estaba todo el plan, todo el anillo para bloquear las intersecciones, para impedir que los delegados asistieran a la reunión ministerial. Al principio, esa mañana, estábamos como «Vale, las cosas están tranquilas», no estaba pasando nada realmente. Volvimos a rodear el centro de convenciones y era un espectáculo de mierda total, era masivo, policías antidisturbios con tanques y botes de gas lacrimógeno, todas las imágenes que has visto: una zona de guerra. Y estaban rociando spray pimienta, así que nos quedamos en la calle un rato. Llegamos al centro de Indymedia con todo este material, e intentamos descargarlo para poder emitirlo, intentando editarlo… lo editamos toda la noche, no dormí durante dos días. ¿O tres? Recuerdo que entré en el centro de Indymedia y me dije: «Oh, Dios mío, es un disturbio». Y Eric Galatas, que es un tipo de Free Speech TV, de Indymedia, uno de los fundadores de Indymedia, dijo «No, es un levantamiento. Seamos claros».

Enfrentarse al FMI y al Banco Mundial

Con Seattle estableciendo el modelo, el siguiente objetivo era cinco meses después en Washington DC: las reuniones del FMI y el Banco Mundial en abril de 2000.

Ryan: El 16-A ya se estaba planeando antes de Seattle, pero la reunión y la planificación del mismo aumentaron exponencialmente después de Seattle y mostraron que el movimiento estaba en una nueva trayectoria. La Movilización por Justicia Global era una amplia coalición que se apoyaba en tres categorías diferentes de organizadores. En primer lugar, cualquier activista interesado de la calle. En segundo lugar, los sindicatos. En tercer lugar, las ONG internacionales, como 50 Years is Enough (50 Años Son Suficientes) y Jubileo 2000, ONGs clave dedicadas a la reducción de la deuda en el Sur Global. Public Citizen estaba presente en Seattle y también participaba con 16-A. Esta coalición estaba formada por docenas de pequeños grupos activistas de DC. Era una mezcla de todo: Activistas punk DIY como mi grupo de amigos y mucha gente que trabajaba en ONGs pero que quería formar parte de algo más grande.

Lelia: Recuerdo que Nadine Bloch fue fundamental en la organización de DC para el 16-A, porque podía decir: «Así es como se hizo en Seattle, y esto es lo que podría hacerse aquí». A partir de ahí, tuvimos la sensación de tener una cierta organización, pero también de ser orgánicas. Nos sentíamos bien. Yo participaba en las reuniones del consejo de portavoces, además de con la gente de Infoshop 6, y formaba parte del equipo de la American University, así que no recuerdo exactamente qué sombrero llevaba en cada reunión.

Mimas: 16-A no fue sólo un día. Fue realmente una semana de resistencia que culminó el 16 de abril y algunos días después. La gente estuvo allí durante más de una semana antes de esa fecha. 16-A formaba parte de una serie de Días de Acción globales contra las entidades capitalistas internacionales, que incluían el primer Carnaval contra el Capitalismo el año anterior en junio y, por supuesto, las protestas de Seattle. Lo que hay que recordar es que estas Jornadas de Acción fueron una respuesta directa a los llamamientos a la solidaridad internacional de las zapatistas en Chiapas , México. Las zapatistas eran tan geniales; eran completamente inspiradores pero, cómo puedo decir esto educadamente, ¡también demasiado buenos para ser verdad! ¿Revolucionarias con pasamontañas en la selva mexicana hablando de la resistencia internacional al TLCAN y al neoliberalismo? Eso definitivamente captó toda nuestra atención. Resultó que las zapatistas eran de verdad. Fueron extremadamente importantes porque iniciaron una serie de reuniones internacionales de activistas, llamadas Encuentros, primero en Chiapas, en la selva, y luego en España y Ginebra, entre el 96 y el 98. Al reunir a todas estas activistas, ayudaron a desarrollar el espacio para un movimiento internacional. Cuando llegó a Washington DC, el 16-A era un eslabón más de la cadena. La Organización Mundial del Comercio, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, el TLCAN, el ALCA, los veíamos como parte de un sistema coherente al que había que resistir.

Panagioti: Recuerdo que intentábamos reproducir lo que veíamos que hacían otras personas en Seattle, gente con mucha más experiencia que yo. Creo que ya había ido a algunos campamentos de la Ruckus Society en ese momento; fui voluntario en las cocinas. Creo que todavía no estaba escalando, la escalada de acción directa de Ruckus era mucho más organizada que la de Earth First!. Creo que en los últimos años han acortado esas distancias. Estábamos tratando de averiguar cómo, con experiencia y recursos limitados, enchufar y hacer las cosas técnicas, los bloqueos, la estructura de quién hace las llamadas. Estábamos decidiendo cosas muy intensivas, como, ¿cuántas cajas de bloqueo tenemos que construir? ¿Quién va a poner sus brazos en ellos? Acababa de aprender a hacer estas cosas yo mismo -bloqueos, dragones dormidos, trípodes- y ahora estaba entrenando a cientos de personas para que lo hicieran. La experiencia que tuvimos en Seattle fue lo suficientemente formativa como para pensar: «Podríamos entrenar a todo el mundo, de vuelta a la Costa Este».

Pica: Yo entendía sobre todo el tema de la deserción social, eran pobres y ocupaban y saltaban trenes (trainhopping), estaban dedicados al cambio radical. Una cosa que me molestó en su momento fue todo eso del «activista profesional». Quizá fuera mi ingenuidad, pero la idea de que alguien recibiera un sueldo de algún grupo reformista oficial para organizar protestas me resultaba algo contradictorio. Hoy en día lo entiendo, todo el mundo tiene que ganarse la vida; pero en aquel momento, pensaba que tenía que tratarse sólo de pasión mientras hacías tu asqueroso trabajo diario y te buscabas la vida a través del activismo de base. Estas personas parecían tener un dinero ilimitado y me preguntaba de dónde lo sacaban, pero tal vez era mi mentalidad de Guerra de Clases la que se manifestaba. Benditos sean por dedicarse a la causa  ¿Pero y si viene con condiciones? ¿Si es condescendiente? De ninguna manera. No me des lecciones sobre la no violencia o la alienación de la «gente normal» si nunca has tenido un trabajo con el salario mínimo, ¡tú eres el que nos está alienando!

Ryan: Una cierta cantidad de organización local ya se había producido por seis a nueve meses, y luego, alrededor de la marca de tres meses, alguien pagaría a esas personas para venir. Vivirían en DC temporalmente. Se comportaban como si fueran unos peces gordos, a menudo eran unos hábiles happy-flowers. Esta gente y los financiadores, quieren que las cosas se establezcan de una manera determinada. «Queremos mover todo para que se vea así». Nuestro pequeño grupo de activistas acudía a las reuniones de la Movilización por Justicia Global, pero en la mayoría de los casos nunca nos sentimos bienvenidos. La mayoría de las reuniones a las que fuimos en DC, antes del 16-A, eran mayoritariamente de gente de color. Eso era algo nuevo en el movimiento antiglobalización, ya que había más organizadores blancos y gente de clase alta en la organización de DC. La Movilización por Justicia Global, al menos en la superficie y en su enfoque profesado, era una organización basada en el consenso. Si se profundiza un poco más y se entiende la política que estaba en juego y de dónde procedía el dinero, la gente que era interesada; definitivamente había problemas en cuanto a quién tenía el poder y a quién se le daba más voz.

Panagioti: Nos organizamos muy bien en Florida, al volver de Seattle después de unos meses de viaje. Yo participaba mucho con Earth First! en ese momento, las primeras convergencias, fusionando esas experiencias. Hicimos formaciones para unos cientos de personas en todo el estado, en un montón de ciudades y conferencias, y hablamos de los bloqueos en Seattle y de nuestra organización allí. Desde los bloqueos hasta la solidaridad en la cárcel, pasando por el trabajo de seguimiento contra la represión que se produjo y las demandas que siguieron. Para cuando se convocó la convergencia en Washington DC ya teníamos  una idea de la situación. A mucha gente que todavía conozco hoy, la conocí en esos entrenamientos. Las personas que iniciaron el Centro de Trabajadores de Miami (Miami Workers’ Center) y la Coalición de Trabajadores de Immokolee, algunas de esas personas que estaban construyendo sus proyectos locales o estatales alrededor del mismo período, nos comunicábamos y organizábamos juntas. La idea era que hiciéramos estos entrenamientos para organizar estos bloqueos callejeros en DC.

Sand: A las 4 de la mañana, en los días previos al 16 de abril, pasamos por DC para volver a cubrir la portada de 20.000 del Washington Post con una parodia de movilización en el FMI.

Las señales de STOP, los buzones, las farolas, las paradas de autobús y otros elementos del entorno urbano expresaron su solidaridad con las protestas.

Ryan: Todas las ONG querían estar conectadas con la organización del 16-A, desde los grupos ecologistas hasta las de derechos de los animales y de justicia social. Todo el mundo quería encontrar un lugar para sí mismo y participar en la organización del 16-A. Y también estaban los sindicatos. Los sindicatos aportaban mucho dinero, una cierta cantidad de presupuesto y ciertas restricciones sobre cómo serían las cosas. También había gente como la Red de Acción Directa, de Seattle, la Red de Acción por los Bosques, gente relacionada con Ruckus.

Ben: Hubo mucha planificación para RTS (Reclaim the Streets), demasiada, en realidad. Había un club de chicos guays, que iban a las reuniones del consejo de portavoces de la Red de Acción Directa, por lo que se convirtió en una cosa de instituto, un poco discriminatoria. Si eras profesor, quizá te hacían sentir que no encajabas. Había cierto sexismo en las reuniones, algunas personas hablaban demasiado, muchos de los varones. Y las personas queer no eran siempre bienvenidas en las reuniones. Se incluía, pero si siempre estáis dominando, no estáis realmente compartiendo el espacio.

Panagioti: Tuve sensaciones mayoritariamente positivas con la sensación de dispersión en la toma de decisiones y el proceso colectivo, pero también estoy bastante seguro de que si fuera capaz de reflexionar más y profundizar un poco más, había ciertas personalidades que también dirigieron mucho.

Ryan: Eran de una generación concreta, de una edad concreta. Siempre los llamábamos los activistas del helicóptero, también los llamábamos los swoopers (paracaidistas). A menudo procedían de California, de lugares más «progresistas», y se inclinaban por imponer su cultura y su forma de trabajar.

Mark: Yo ya estaba con los dos pies en el fondo, el siguiente año o dos después de Seattle, el movimiento – tal y como era realmente – era mi vida durante esos años. Probablemente ya lo era, pero ahora aún más.

Lelia: Éramos amigos de Adam, pegábamos muchos carteles. Él organizaba estas noches de pegado con harina pagadas, con estos hermosos carteles para el 16 de abril. Alguien nos dio dinero para hacer cola.

Jimmy: Me dio pena perderme Seattle, pero estaba pegado a la retransmisión informativa en televisión, a todo lo que podía sacar de Internet, a los artículos de los periódicos, a los recortes. Los reportajes fueron una cosa enorme, realmente galvanizadora. La gente estaba como “Vale ¿Qué es lo siguiente? 16-A, allá vamos”.

Vikki: Una de las cosas que salieron de Seattle fue la historia de una mujer embarazada que recibió gases lacrimógenos y abortó. Recuerdo que la gente la había criticado por estar allí y luego resultó que sólo iba a comprar comida, o lo que fuera. Y pensé: «¿Por qué la policía va por ahí lanzando gases lacrimógenos a las mujeres embarazadas? ¿Qué demonios les pasa?». Literalmente, esa tarde, mientras nos dirigíamos al 16-A, me estaba preparando para subir a la furgoneta y estaba recogiendo mis cosas. Hacía tiempo que no tenía la regla, algo que no solía seguir demasiado de cerca. Con la historia de esa mujer en mente, pensé, bueno, tal vez debería ir a hacerme una prueba de embarazo. Seguro que da negativo, seguro que es porque no he estado comiendo bien. Habíamos estado trabajando en la apertura de un nuevo edificio para okupar, cerca del okupa Adam Purple en la calle Forsyth, y yo estaba durmiendo allí. Me imaginé que no había estado cuidando mi cuerpo; probablemente por eso me llega tarde. Me hice la prueba de embarazo y oriné en esa cosa estúpida. Estaba esperando mientras trataba de decidir qué empaquetar en mi bolsa, ¿debería llevar una manta grande o un saco de dormir, ya sabes, lo que sería mejor para este viaje de fin de semana? Y entonces miré el test de embarazo; y era positivo. Vale, vaya. Así que llamé a mi pareja. Y él cogió el teléfono, esto fue en la época anterior a los teléfonos móviles y por suerte estaba en casa. Así que le llamé y le dije que me iba a DC a pasar el fin de semana y me dijo que me divirtiera y le dije: «Oh, por cierto, estoy embarazada, así que si no me gasean con gas lacrimógeno y aborto, deberíamos tener una conversación cuando vuelva». ¿Sabes? «Tengo que coger esta furgoneta», colgué el teléfono y me fui. Se lo dije a dos personas en el viaje en furgoneta, por si me pasaba algo, por si empezaba a sangrar. Quería que la gente supiera lo que estaba pasando si estabas teniendo un aborto en la calle. Cuando llegué a DC, había una cocina comunitaria. Me encontré con una antigua compañera de piso que estaba allí y se lo conté, y empezaron a hablar de que no se sabía cuáles eran las consecuencias a largo plazo si te echaban gas lacrimógeno y no abortabas. Ella estaba explicando que no se sabe qué pasa, si decido quedarme con él, con tu bebé posterior si inhalas una tonelada de gas lacrimógeno. Y yo no había pensado en eso. Mi plan era correr con el Bloque Negro e ir a joderles. Después de esa conversación, decidí que no iba a ir al Bloque Negro. Alguien mencionó que había una protesta legal planeada. Pensé que eso sonaba aburrido; podría haberme quedado en casa si quería ir a una protesta legal. ¿Por qué venir hasta DC y dormir en el puto suelo sólo para ir a una protesta legal? Acabé uniéndome a la brigada volante de Food Not Bombs, hicimos comida, la pusimos en un carrito de la compra y alimentamos a la gente durante todo el fin de semana en las calles. A mi hija no le impresiona esta historia- Por cierto ¡no le importa! Creo que ella salió bien.

Manifestantes del Bloque Negro en Washington DC, el 16 de abril de 2000. Fotografía de Orin Langelle / Global Justice Ecology Project.

Golpe de efecto 

Una gran movilización exige meses de organización logística. Significa establecer un centro de convergencia, equipos de apoyo legal, médicos de calle, casas para que decenas de personas se alojen, cocinas para proporcionar comida gratuita a miles de personas y Centros de Medios Independientes para el periodismo activista. Implica la construcción de marionetas gigantes, la formación de bandas de música y la planificación de una resistencia creativa, como la colocación de pancartas y la acción directa.

La Movilización por la Justicia Global elaboró un folleto que incluía un calendario de eventos para las protestas y explicaba por qué los manifestantes se resistían al FMI y al Banco Mundial.

Sand: La sala de registro en el centro de convergencia estaba inundada de información y ayuda. Podías comprar una camiseta, averiguar cuándo era el próximo entrenamiento o poner un aviso para un amigo. Había toda una zona de garaje para hacer las marionetas grandes, normalmente con unas 20 abejas ocupadas martilleando, pintando y haciendo papel maché. Podías quedarte allí y empaparte de poder.

Mark: Teníamos sombreros de aleta de tiburón y disfraces de poliéster que conseguimos de Harry Bubbins en Casa Del Sol, que le cambiamos por una canoa. Tenía como 400 de estos trajes de poliéster, azules. Quién sabe por qué leches los tenía, pero eran perfectos para nosotros. Nos dijo: «Os los doy gratis, pero necesito una canoa». ¡Y así fue! Todos teníamos nuestro material con el equipo de Reclaim the Streets (RTS) y acabamos durmiendo en el suelo de una de esas iglesias en las que acabas durmiendo. Teníamos una furgoneta. Estábamos rulando con la Hungry March Band (HMB), ellos eran nuestra banda sonora. Así que, HMB y RTS, estábamos casadas y fue una explosión. Éramos un grupo itinerante, no nos encerrábamos. La idea de intentar cerrar las reuniones no se materializó.


“Muchas de nosotras hemos venido desde Asia para estar con vosotras hoy. No hemos venido a dialogar con el Banco Mundial y el FMI. No hemos venido a negociar. En realidad, hemos venido a cerrar estas instituciones”.

(Walden Bello, activista filipino, Focus on the Global South)


Sand: Me encantaba hacer faldas, pompones y barras: reunir escuadrones de animadoras radicales. Hicimos animaciones en restaurantes, metros, grandes almacenes y en la rotonda de Farragut para 30 policías aparcados en sus motos (ya sabes que nos querían). A lo largo de la semana anterior al 16-A mismo, podías ir a una tonelada de otras acciones políticas: un intento de soltar una pancarta el lunes, la concentración por las sanciones de Irak, una manifestación por Chiapas Libre, la acción del día por Irak, una manifestación de la Red Global contra las armas nucleares en el espacio, escrache y ayuno en la Escuela de las Américas, el Jubileo 2000, concentración y manifestación contra el complejo industrial de las prisiones. ¡Ni siquiera tuve tiempo de salir a comer comida etíope! El sábado, enviamos comunicados de prensa por sorpresa y al menos 100 medios de comunicación acudieron a Dupont circle para nuestra gran actuación en la calle.

Animadoras radicales en Washington DC para la movilización.

Lelia: Estuve en la detención masiva del 15A, en la manifestación de Prisiones. Estaba en la universidad y tenía un examen o algo así, así que no podía faltar a clase; me escabullí por un callejón, salí de un aparcamiento y me las arreglé para que no me detuvieran. Todas mis amigas fueron arrestadas. Era un gran espacio abierto, nos habían arrinconado y acorralado a todas bloqueando las calles.

Mark: En el caso de 16-A, yo llevaba los dos sombreros, el de Paper Tiger TV y el de Reclaim the Streets, así que participé en la emisión de la segunda iteración de Indymedia, en la que participaron Eddie Becker y DeeDee Halleck y Michael Eisenmenger, toda esa gente increíble. Y Rick Rowley y Jackie Soohen de Big Noise films, que eran increíbles. Muchos de los mismos actores de Indymedia Seattle estaban en el lugar y yo estaba en esas reuniones tratando de entender todo eso y averiguar cuál sería mi papel.

Michael: El sábado 15 de abril, la policía cerró el Convergence Center de los manifestantes con el pretexto de que se había violado el código de incendios. Parafraseando la explicación del jefe de policía de DC, Charles Ramsey, esto se hizo porque se preocupaban por la seguridad de los manifestantes. Las 1.350 detenciones, el gas lacrimógeno y el spray pimienta, las palizas, la negación de los derechos legales y humanos a las personas detenidas, la intimidación, la vigilancia y el sabotaje deben haber sido la versión de Ramsey de «amor duro».

La policía por un lado, los títeres por otro. Arte icónico del artista okupa Fly que hace referencia a la redada policial en el centro de convergencia en DC.

Sand: La decisión de la policía de DC de cerrar el espacio de la A15 fue muy estratégica. Fue un gran golpe, pero a algunos les sorprendió que durara tanto. Sin embargo, teníamos sitios de recambio disponibles inmediatamente.

Ryan: Hubo una reunión del consejo de portavoces del Black Bloc la noche anterior a la 16-A. Había tal vez un par de cientos de personas en esa sala. La celebramos en el Wilson Center, el mismo lugar donde se celebraban muchos espectáculos benéficos de punk en aquella época. La estrategia que se discutió fue que el Black Bloc actuaría como un escuadrón volante para apoyar los cierres establecidos para impedir el acceso a las reuniones del FMI y del Banco Mundial. El 16-A el bloque actuó realmente como un escuadrón de solidaridad. Había un equipo de comunicación: «La policía está reprimiendo en este cruce», y entonces íbamos allí a dar apoyo y el bloque se desplazaba y ayudaba donde fuera necesario. Había mucha diversidad de tácticas, la gente tenía otros planes para hacer esto o aquello. El pensamiento era: vamos a mostrar solidaridad con un determinado conjunto de valores, vamos a hacer visible el anarquismo y el antiautoritarismo y ser un grupo de autodefensa para las personas que están bloqueando, para intentar quitarles algo de presión. Hubo una conversación en torno al tema: hemos sido estigmatizados como los alborotadores después de Seattle; entonces, ¿cuál es la mejor manera de manifestarse? Estamos aquí en solidaridad, así que cuando la policía reprime a otras activistas u otras tácticas, estamos aquí para demostrar que apoyamos a todas.

Gabby: Me salté las clases para ir al 16-A, todavía estaba en el instituto y había decidido que iba a ir a estas protestas. Era demasiado joven para ir a Seattle, estaba demasiado lejos, así que era realmente una niña cuando ocurrió lo de Seattle. DC estaba lo suficientemente cerca. No sé cómo llegué allí, si fue en un autobús de Chinatown, o en un autobús escolar que funcionaba con grasa, un autobús a grasa al que se subió mucha gente. Realmente no tenía ningún amigo con coche en ese momento.

R. Harvey: Sólo fui el día del 16. Llegamos allí a las 9 de la mañana, tal vez. Recuerdo haber conducido y tener la sensación de que esto era algo grande, conducir hacia la ciudad. Nos detuvimos en una gasolinera, y había una persona entrando en la estación también, y acababa de salir de la cárcel, arrestada el día anterior. Recuerdo que eso fue lo primero, estábamos en las afueras de la ciudad y conocimos a alguien que acababa de salir de la cárcel. Pensamos: ¡esto va a ser grande!

Manifestantes bloquean una intersección en el centro de Washington DC con encadenamientos en tubos el 16 de abril de 2000. Fotografía de Orin Langelle / Global Justice Ecology Project.

16-A: Todas juntas

Un calendario de eventos en DC en abril de 2000, producido por la Movilización por la Justicia Global.

El 16-A propiamente dicho fue un domingo. Para el fin de semana, ya había más de 20.000 activistas de todo el país participando en un sinfín de actos, protestas, concentraciones, marchas, charlas y acciones directas.

Lelia: Yo empecé el equipo de animadoras radicales en DC, así que recuerdo haber ido a nuestra sesión de intersección. Creo que estábamos entre H e I en la calle 16. Recuerdo que la gente planeaba tener los pañales para adultos, pero cuando llegó el momento de hacerlo, la gente decía: «No voy a hacer eso». Yo estaba como, «¡Esto es serio! No vamos a dejar este lugar!» Nos unimos para esa intersección, mantuvimos al público participando y entretenido con la animación radical.

Jimmy: Recuerdo que me levanté a las 4 de la mañana y caminé en la oscuridad. En algún momento me reuní con amigos que tenían teléfonos móviles: eran los encargados de las comunicaciones. Oh, vaya, eran pequeñas cosas, ya no eran los teléfonos móviles de los yuppies de los años 80.

Las abarrotadas calles de Washington DC, el 16 de abril de 2000.

 

Nicole: Teníamos un pequeño grupo de personas que se subieron a los coches muy temprano para ir a Washington. Veníamos con todas estas cosas por si nos rociaban con gas pimienta, por si nos echaban gases lacrimógenos: pañuelos, vinagre, todo eso, y llevábamos gafas en lugar de lentillas. Acabé dejando a la gente con la que fui allí; algunas de las personas con las que fui estaban encadenando a una acción de maquilas. El 16-A era algo tan grande que se podía ver desde el punto de vista del medio ambiente o del neocolonialismo estadounidense. O desde una perspectiva laboral, ya sea en Estados Unidos o en cualquier otro lugar. Se podía abordar desde una variedad de perspectivas, o en solidaridad con las naciones en desarrollo y la gente que luchaba directamente contra el neoliberalismo.

Manifestantes bloquean las calles de Washington DC el 16 de abril de 2000.

Jimmy: Siempre recordaré esa imagen de Panagioti entrando en la intersección a las 5 de la mañana; alargando la mano en la intersección que nos habían asignado para nuestro bloqueo, y el coche que habría pasado por allí se detuvo. Luego dio la vuelta, retrocedió mientras el grupo se colocaba en su sitio. Pensé «¡Hostias! Estamos haciendo esto!»

Panagioti: La gente estaba realmente decidida a que no nos dieran una patada de nuevo, así que trajeron acolchado extra, además de los pantalones de fútbol (americano) y las locas máscaras de gas caseras. Kip tenía una armadura increíble. Nos habían arrestado juntos en Seattle. La gente viajaba en trenes de carga a través del país con una bolsa llena de cualquier material que necesitaran para protegerse.


“ Hay buenas noticias que salen de los EE.UU. cuando la juventud de América se levanta y toma las calles. Os desafío a que sacudáis el barco el domingo”.

(Oronto Douglas, abogado nigeriano de derechos civiles medioambientales)


Ryan: Algunos de esos grupos de afinidad querían estar en el Black Bloc, otros querían hacer encierros, otros sólo querían ir a la manifestación. En esos días, en mi mente de 20 años, puede que haya sido un poco crítico: «¿Así que solo quieres ir a la manifestación legal?». Pero al final, eran nuestros amigas, las apoyábamos y no eran necesariamente detenibles. Todos estamos trabajando en muchas cosas. Estábamos cuestionando muchas suposiciones dentro de nosotras mismas y tratando de averiguar dónde encajamos en este emocionante movimiento.

Nicole: A primera hora de la mañana, el objetivo era bloquear el tráfico, impedir que la gente llegara a las reuniones del FMI. No sé si eso tuvo éxito, pero vi los bloqueos por la mañana. Había gases lacrimógenos, gente corriendo, gente encerrada, más policía llegando.

Al amanecer del 16 de abril, casi todas las intersecciones del centro de DC albergaban un encierro, una fiesta callejera o una manifestación.

Ben: Del FMI, mi parte favorita de teatro callejero fue los «Doce días de Monsanto». Cantábamos villancicos por todos los aspectos alegres de Monsanto. Nuestra escuadra volante era genial. Cantábamos «Mack the Knife»12 vestidos como tiburones prestamistas, con un estribillo, y eso funcionaba. Tenía la sensación de que no íbamos a poder bloquear las entradas como lo hicieron en Seattle, eso no iba a suceder. Pero pensé que el mensaje era contundente: si se quería hacer llegar a los cuerpos de todo el mundo los medicamentos que salvan vidas, había que hacer frente a los programas de ajuste estructural y austeridad del FMI. La deuda estaba estrangulando a gobiernos como el de Haití para que pudieran crear sus propios programas de atención sanitaria. Surgieron grupos como Partners in Health for Haiti y Health Gap, que decían: «Podemos hacerlo mejor». Ese fue el momento, justo antes de Seattle, en que Al Gore dijo que defendería a las compañías farmacéuticas, ¡cuando éstas estaban en proceso de demandar a Nelson Mandela! Eso sí que es de mal gusto. He aquí el héroe mundial de la no violencia del siglo [sic]7 y lo demandáis por intentar fabricar medicamentos que salvan vidas en Sudáfrica.

Mark: La misión era entretener a las tropas, ir a ver a la gente que estaba encerrada durante 15 horas y hacerles un pequeño número y luego seguir adelante. Tuvimos la oportunidad de ver una gran mezcla de personas, jóvenes, mayores, negros, blancos, morenos, mucha gente; era políglota. Esa en particular era muy diversa. Era muy multigeneracional, multiclase, multirracial, todo junto.

Panagioti: Parte de nuestro equipo, alguien que ahora es abogado en Oregón, formaba parte del equipo de comunicaciones. Teníamos radios de mano. Yo estaba en proximidad con la gente que tenía responsabilidades más estrictas, estaba como a una cuadra de distancia respirando fuego durante la función de teatro callejero. Hay fotos en alguna parte de mí y… respirando fuego en la calle.

Lelia: Había delegados tratando de entrar, en una caravana, y la policía tratando de despejar el cruce. Nunca olvidaré esto hasta el día de hoy: salimos corriendo de nuestras filas separadas, bloqueando la acera, y nos precipitamos al cruce. Nos sentamos, enlazamos los brazos y había un enorme -parecía un tanque, pero tal vez sólo era un vehículo policial muy grande. Todos estos tipos saltaron con su equipo SWAT (cuerpo de seguridad de intenvención especial). Y golpearon a cada persona que estaba en frente suyo bloqueando el puente. Casi todas las personas tenían la nariz rota y ensangrentada. Había visto violencia policial anteriormente, y estoy familiarizada con la violencia policial que era peor que esta, pero nunca había visto a la policía irrumpir en una multitud de personas y golpear a la gente de esa manera. Simplemente con saña. Nunca he mirado a la policía de la misma manera, siempre la he mirado con desconfianza, pero no podría haber imaginado que cogieran sus porras y golpearan a todas las personas en la nariz, una por una. Lo recuerdo. Por suerte, yo no fui una de las personas a las que les rompieron la nariz, pero atender a esa gente fue una auténtica locura. Lo intentaron todo para que nos moviéramos. El Black Bloc llegó en ese momento, cuando la sangre corría por las caras de la gente, y esencialmente empujó a la policía fuera de nuestro cruce. Fueron un muro de cuerpos que los expulsaron y salvaron nuestro cruce de cualquier otro abuso policial. Siempre he estado agradecida a ese bloque negro por haber escuchado en los walkie talkies que necesitábamos ayuda y por haber acudido con tanto poder en nuestra ayuda.

Mark: El Black Bloc estaba en plena acción. Se oponían de forma muy militante a la agresión policial y defendían a los manifestantes. Así es como yo lo diría. Levantaron vallas enteras y atacaron las líneas policiales, obligando a la policía a retroceder. Como yo estaba con un grupo itinerante, experimentamos algo de eso, pero tratamos de alejarnos de las cosas más intensas. Pero ya sabes, inevitablemente lo vimos todo, estuvimos deambulando todo el día. Fue agotador pero estimulante. Y luego, esa noche, volví y edité el vídeo para la emisión de Indymedia.

Michael: Estaba en la calle K con la 18 cuando, sin ser provocada, la policía disparó gas lacrimógeno y se lanzó a la carrera, golpeando a los manifestantes que intentaban huir. Finalmente, el cruce se militarizó por completo, con más de 100 policías, la Guardia Nacional y un pequeño tanque asegurando la zona. En otros lugares, se utilizó gas lacrimógeno, spray pimienta y garrotes contra los manifestantes no violentos. Todos los que fuimos a Washington DC para la protesta del 16-A tenemos la obligación de representar a los demás lo que pasamos. No es frecuente que el comportamiento humano pueda llevar a un poder tan masivo y al caos a la vez. Desafiar tanto a la autoridad que ésta se defiende, revela sus tácticas y su armamento, al igual que nosotros revelamos nuestras fuerzas y tendencias al exponer nuestras demandas, al concentrarnos y marchar. Eso caracterizó al 16-A.

Lelia: Había mucha energía. Trabajé en una gran marioneta, hice un montón de marionetas a lo largo de los años. También hicimos una marcha de Masa Crítica8, las motos de la policía empezaron a atropellarnos. Mi pareja fue arrestada en una de esas. Recuerdo el momento en que los esposaron, fue una locura ver cómo los detenían por ir en bicicleta. Ser detenido por asistir a una manifestación normal.

Una marioneta gigante que representaba a un cerdo con el mundo en la boca como una manzana, representando al FMI, apareció en DC en las primeras horas del 16 de abril de 2000, mientras las manifestantes se ponían en posición para establecer bloqueos.

R. Harvey: Fue estimulante, sentí que algo estaba sucediendo. Estábamos allí para interrumpir la reunión. Si haces algo para interrumpir la reunión, entonces es efectivo. Cuanto más delgada sea la distribución de los policías, menos rápido podrán arrestar a la gente que está encerrada.


Diversidad de tácticas: Bandas de música, bloqueos, escuadrones voladores y animadores radicales

La gente vino a DC con una amplia gama de visiones sobre lo que era el 16-A y una amplia gama de tácticas y estrategias con las que participar.

Imágenes de las protestas contra las reuniones del FMI y el Banco Mundial en Washington DC, en abril de 2000, extraídas de la película «A Year in the Streets» (Un año en las calles), de Cascadia Media Collective.


Joe: Mucha gente escuchó y leyó más sobre los problemas de la globalización y el papel del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Las protestas funcionaron a ese nivel. Los delegados también saben que no hay camino libre: no hay invisibilidad para sus acciones. Muchos otros también pudieron comprobar de primera mano el poder del pueblo, sintieron el vínculo y la unidad que puede proporcionar una organización de masas. También recibieron una lección de alfabetización mediática: una de esas raras oportunidades en las que los medios de comunicación cubren de forma masiva y sensacionalista un acontecimiento con mucha, mucha gente. Las distorsiones y la parcialidad de los medios de comunicación, junto con su sensacionalismo (y la tendencia de la gente no implicada a creérselo) quedaron patentes para todos los que estaban allí.

Gabby: La 16ª edición fue la primera vez que me arrestaron y la primera vez que me golpeó la policía. Lo que fue realmente profundo para mí fue esa sensación de mirar a una multitud y sentir que esa era mi gente. Intento escucharme a mí mismo cuando me acerco a un espacio, y cuando vi las calles de 16-A, tuve esa sensación de «¡Hostias!». Era bastante valiente en aquellos días. Acabé sacando una foto mía y de mi amiga recibiendo una paliza de la policía. Salimos en la portada del New York Times del 17 de abril. Yo tenía el pelo rojo brillante. La tuve enmarcada en un momento dado en mi casa, justo al lado de la nota de ausencia del colegio de mi madre. Decía: «Por favor, disculpen a Gabby, estuvo detenida en Washington DC y no pudo asistir a clases». Las tenía una al lado de la otra.

La portada del New York Times del 17 de abril de 2000

Jimmy: Los grupos de música radical, como la Rude Mechanicals Orchestra, andaban por ahí. Había todo un ambiente de carnaval del caos.

Mark: También recuerdo el bloque negro, los tipos más noroccidentales de Earth First!, había bloqueos, había un bloque de payasos, los titiriteros, mucho caos. Un verdadero caos, que dificultó mucho a los delegados. Hubo muchas imágenes absurdas, un arte realmente hermoso. Las animadoras radicales estaban en pleno apogeo, haciendo toda su labor de animación; corriendo hacia los equipos de bloqueo para literalmente animarles.

Nicole: Lo que sucedió con este movimiento en general fue que había el lado de Ben y Jerry’s y el lado de los activistas radicales. No sé si es necesario tener uno para tener el otro.

Joe: El desafío callejero de acción directa (y el mitin patrocinado por los trabajadores en la Elipse ese fin de semana) estaba compuesto por un montón de jóvenes, principalmente, desde eco-frikis que tocaban el tambor y bailaban hasta universitarios limpios, anarquistas inspirados en el punk con ropa negra y máscaras y una gran mezcla de activistas mayores. En medio de estos grupos había hermosos disfraces y marionetas para celebrar y dar esperanza a una liberación de lo que nos amenaza: la codicia y la explotación globales.

Una fotografía de DC el 16 de abril de 2000 que muestra enormes marionetas creadas o inspiradas por Bread and Puppet (Pan y Marioneta) de Vermont. Esta marioneta conmemora a los asesinados en la Masacre de Río Negro en 1982, en la que el gobierno guatemalteco y sus apoderados militares asesinaron a más de 5.000 personas que protestaban contra la represa de Chixoy, que desplazó a sus pueblos.

Ryan: Hubo una decisión pactada de que este grupo fuera autónomo, pero el objetivo principal no era «sólo romper ventanas». El Black Bloc tenía un perfil más alto; no podíamos hacer simplemente lo mismo que la gente hizo en Seattle, porque la policía iba a esperar esa táctica. Esa táctica se ha utilizado y ha tenido éxito, consiguió que todos los ojos del mundo se fijaran en nosotros, esa casilla estaba marcada. Lo que teníamos que hacer en ese momento, en el 16-A, era ayudar a la gente a entender lo que son realmente las ideas anarquistas. No se trata sólo de ser un conjunto de células secretas que rompen ventanas, porque somos una parte real de este movimiento que necesita ser tomado en serio. Como participantes en el Black Bloc, el pensamiento era: no vamos a ser arrestados voluntariamente; o no vamos a sentarnos en la calle mientras nos ponen gas pimienta en los ojos. Vamos a luchar contra el abuso policial, si es necesario. Eso fue planeado y coordinado. No había representantes de todos los grupos de afinidad, o lo que sea, en esa discusión inicial sobre las tácticas, pero había cientos de personas con nosotros para hacer que esa estrategia tuviera éxito.

Durante las protestas de la 16-A, los manifestantes utilizaron pancartas para ocultarse a sí mismos y a su equipo de los ojos de la policía.

Jimmy: Fuimos uno de los primeros bloqueos de calle en posición y fuimos el último que se disolvió por ese día. Estábamos preparados para aguantar más tiempo, pero los otros bloqueos se estaban rompiendo. Dijimos: «A la mierda, no nos vamos a romper». Sucedió que había una gran marcha que pasaba por delante de nosotras, era una divertida mezcla de anarquistas con escudos de tapas de cubos de basura de plástico y ponchos para la lluvia para protegerse y una gigantesca masa de activistas por los derechos de los animales con estas enormes y largas pancartas. Así que negociamos con ellos para detener su marcha. Fue algo así como «Oye, ¿podemos tener algo de cobertura para sacar estos dispositivos de bloqueo? No queremos que la policía vea lo que estamos haciendo». Así que colocaron estas pancartas a través de nuestra intersección, para que el grupo pudiera romper el bloqueo y sacarlos de forma segura. Recuerdo a este chico, que era un chiflado, este guerrero de la protesta total de la tierra baldía, con una tapa de cubo de basura con el círculo A en él, y él era tan serio, pero tan amable. Era un chico grande y regordete y él y su equipo estaban al frente de la marcha. Ellos proporcionaron la barrera visual, para bloquear lo que estaba pasando con las pancartas mientras rompíamos nuestro bloqueo. Los técnicos estaban en el centro, lo sacaban todo con un vehículo, al borde del parque. Llevábamos todo el día allí y fue a última hora de la tarde, a las 17:00 o más, cuando finalmente rompimos el bloqueo. Sólo entonces me di cuenta de lo que habíamos conseguido. Y a lo que nos enfrentábamos: el enorme estado policial, los francotiradores en el tejado. Habíamos visto los helicópteros en el aire, pero ahora estaban siguiendo nuestra marcha.

Ryan: Cosas como las animadoras radicales, pensé que todo eso era genial. Algunas de ellas me resultaron convincentes personalmente. Algunas de ellas me parecieron simplemente «Estas son las cosas que hace la gente en este mundo en el que estoy».

Nicole: Había mucha marcha, grandes marionetas, muchos cánticos, muchos tambores de cubo. Debió ser una marcha legal, o al menos la policía no se molestó en acosarnos. Estábamos en la calle cantando y bailando. Sentaba bien estar en las calles.

Blast From Yer Past: «16-A» IMF/WorldBank Mobilization de Mike Flugennock on Vimeo. Un montaje de imágenes de 16-A.

Gabby: Recuerdo haber bailado; era algo bastante festivo, moverse entre estas fases. Ir a grandes protestas como esa, creo que es donde aprendí a bailar. Solía ser muy tímida, pero la energía de la multitud, con todo el mundo allí, me permitía soltarme más.


«En los bailes yo era una de las más incansables y alegres. Una noche, un primo de Sasha [Alexander Berkman], un chico joven, me llevó aparte. Con rostro grave, como si estuviera a punto de anunciar la muerte de un querido camarada, me susurró que no convenía que una agitadora bailara. Al menos, no con un abandono tan imprudente. Era indigno para alguien que iba a convertirse en una fuerza del movimiento anarquista. Mi frivolidad sólo perjudicaría a la Causa.

Me enfurecí ante la insolente intromisión del muchacho. Le dije que se metiera en sus asuntos, que estaba cansada de que me echaran en cara la Causa constantemente. No creía que una Causa que defendía un bello ideal, el anarquismo, la liberación y la libertad de las convenciones y los prejuicios, exigiera la negación de la vida y la alegría. Insistí en que nuestra Causa no podía esperar que me convirtiera en monja y que el movimiento no debía convertirse en un claustro. Si eso significaba, no lo quería. «Quiero la libertad, el derecho a la autoexpresión, el derecho de todos a las cosas bellas y radiantes». El anarquismo significaba eso para mí, y lo viviría a pesar de todo el mundo: las cárceles, la persecución, todo. Sí, incluso a pesar de la condena por mis propios compañeros, viviría mi hermoso ideal.»


Jimmy: Ese cruce que bloquearon los paganos era genial. Recuerdo que habían hecho una telaraña gigante para bloquear la calle.

«People, not profit» (Gente, no beneficio) – telas de araña para bloquear el acceso a las reuniones. Fotografía de Orin Langelle / Global Justice Ecology Project.

Pica: Esta gente era de todo el país, de todo el mundo. Había tibetanas, agricultoras mexicanas, universitarias, los desertores, gente del sindicato, había un verdadero sentido de reunión de las naciones del mundo. Todas estas personas estaban en contra de una forma específica de capitalismo que llamaban globalización, pero había otras cosas que nos motivaban. La marcha pacífica de los trabajadores, la protesta contra el complejo industrial de las prisiones fue reprimida y en la que arrestaron a 400 personas.

Mark: Hubo muchas discusiones de la gente que estaba organizada con el Black Bloc y el resto de los organizadores sobre la diversidad de tácticas. De eso hablaba todo el mundo después de Seattle. Según recuerdo, eso se manejó muy bien el 16-A. El Black Bloc entendió que no debía poner en peligro a nadie que fuera vulnerable o que estuviera en una posición de peligro. Se entendieron a sí mismos como un frente defensivo para hacer frente a la violencia policial, fueron muy eficaces en la defensa, e hicieron que su trabajo fuera de una manera, que hizo que la gente se sintiera mucho más segura. No parecía que estuvieran agravando la situación, sino que estaban luchando contra la violencia. Creo que ese sentimiento era ampliamente compartido, pero no sé si todo el mundo lo compartía. Era mi punto de vista.

R. Harvey: Recuerdo que el 16-A había ese ambiente de carnaval – ibas a otro cruce y te preguntabas «¿Qué está haciendo esta gente?» Y luego algo completamente diferente en el siguiente: gente disfrazada, gente tocando el tambor, gente quemando cosas, un contingente por los derechos de los animales liderado por Compassion Over Killing (Compasión ante el Asesinato), el Pagan Cluster.

Nicole: No quería que me arrestaran. Mis amigos bloquearon y fue una locura porque llegamos allí muy temprano por la mañana. Todavía no había luz, y rápidamente se oían los coches de policía y todo estaba sucediendo. Spray pimienta. La gente se sentaba y coreaba. Después de dar una vuelta, me encontré en un césped, hacía sol, y era una escena totalmente diferente, como si hubiera gente con sus hijos. Era como una concentración alternativa, así que pasé de la zona de bloqueo radical a este césped, y juro que estaban tocando las Indigo Girls. ¿Pero podría estar equivocada? Tendremos que buscar eso.

RC/DC (Radical Cheerleaders of DC) animó a la gente que bloqueaba los cruces el 16 de abril de 2000 en DC. Un ejemplo de animación fue esto o algo similar: «Me duele la espalda. Mi sujetador me aprieta demasiado. Me tiembla el trasero, de izquierda a derecha. Grita, revolución. Gritad, apoyad al sindicato. Ya basta. Todas debemos levantarnos. Hoy no he comido. No hay lugar para quedarse. Así que besame el culo. ¡Uh! Bésame el trasero ¡Uh! Mi acka backa, soda cracker, tu dinero, tus trabajos, Tus instituciones que nunca escuchan, a las necesidades de la gente. Todo se trata de la codicia – Dije, Piiiii, Piiiii Piiiii. ¡Saca tu voz a la calle!»

¡Baja a esos animales de los caballos!

La policía de DC cerró preventivamente una parte enorme de Washington DC, usando gas lacrimógeno, spray pimienta y porras indiscriminadamente y empleando motocicletas como armas.

Jimmy: Había un chico que se llamaba Pomelo. Estaba mirando a un policía en una motocicleta, y el policía lo adelantó y lo golpeó con su moto. El policía lo tiró al suelo, y la rueda de la moto le pisó su cuerpo, justo por encima de su entrepierna y volvió a atropellarle. Pensé: «¡Oh, Dios mío! A ese tipo le acaban de hacer papilla». Y luego se levantó y se quitó el polvo. Estaba bien, porque llevaba un protector. Quiero decir… podría haber tenido la pelvis aplastada o los genitales destrozados para siempre, pero no, estaba bien. Parecía un hippie tonto, pero estaba preparado. Me quedé como pensando «Eres un chico inteligente».

Joe: Mis ojos, que pasaron mucho tiempo moviéndose de un lugar a otro durante los dos días y medio que estuve allí, vieron varios casos en los que la policía se metió en situaciones pacíficas y las empeoró. Convirtieron las protestas pacíficas en una tensa confrontación, ejerciendo la violencia con palos, aerosoles y armas del tipo «balas de goma» contra grupos de personas que marchaban, tocaban los tambores y cantaban o simplemente bloqueaban una calle en un sector ya bloqueado de la ciudad.

Gil: Nos atacó la policía en grupos itinerantes de motocicletas Lambretta. Querían atropellarnos. La táctica consistía en apuntarnos, apartarse rápidamente, dejar que el scooter se deslizara hacia nosotros y, mientras nos cuidábamos el pellejo, nos atacaban con palos. Me salpicó la sangre de un tipo de nuestro grupo al que le abrieron la cabeza. Sabía que la policía de DC se ensañaba con nosotros. Planeé una pancarta que dijera algo así como: «En la tierra del libre y el hogar de los valientes9, estamos gobernadas por (controladas por) fascistas. Te golpearán, te darán patadas, te gasearán, te encarcelarán y te matarán, porque la libertad es una ilusión si alguien no es libre. No somos libres hasta que todas seamos libres». (Alguien más lo dijo).10 Pero, como sabes, DC era un lugar muy concurrido y el cartel no se hizo. Pero yo sí hice otros dos, que decían: «La policía asesinó a Amadou Diallo» y «Nadie es culpable de nada. No hay protección contra la brutalidad policial. No hay justicia en la ley». Es lamentable que yo sepa que esto es cierto. Los que fuisteis a DC probablemente no discutiréis eso.


Batallas campales entre la policía y los manifestantes que intentan bloquear el tráfico el 16 de abril de 2000.

 

Jimmy: Recuerdo a un tipo de Nueva York o Nueva Jersey, que parecía un punk pacifista de pelo largo, que fue jodidamente maltratado. Los policías le rociaron con gas pimienta. Ya le habían echado gas lacrimógeno, le persiguieron por la calle y luego le dieron una paliza. Estaba vomitando y todo destrozado, se sentía miserable en la cárcel. Definitivamente fue uno de los peores casos de abuso de la 16-A que vi personalmente.

Gabby: Había un Blac Block ruidoso de jóvenes, los frikis con los títeres que eran realmente radicales también, había un gran contingente obrero. Podías moverte entre estos diferentes mundos en las calles y también en el centro de convergencia. Estábamos muy locas, no teníamos miedo. Recuerdo que en un momento dado marchamos con los anarquistas frente a una obra en construcción. Y un grupo de nosotras levantó esta valla, este par de partes de la valla y cargó contra la línea policial. Fue tan salvaje ¡los policías huyendo de nosotras! Ese momento me dio la fuerza necesaria para coger las riendas de mi vida y llevarla a donde yo quería. Decidí que no iba a ir a la universidad, para bien o para mal. Esa fue mi primera gran protesta radical y me dio el gusto de estar en el mundo y tener una vida radical a una edad muy temprana. Eso fue muy profundo para mí.

Ryan: Hace años que no pienso en «la valla», pero estaba allí. Ese fue probablemente uno de los momentos más empoderados de mi joven vida en ese momento. Corriendo con la maldita valla, en aquel momento.

Los manifestantes cargan contra la policía con dos secciones de valla el 16 de abril de 2000.

R. Harvey: Entramos directamente en el centro de la ciudad, vimos los bloqueos, los dragones dormidos, la gran marioneta amarilla y bajamos a la calle I. Todas las calles estaban bloqueadas. Fuimos a donde se encuentra la Universidad George Washington. Allí había un gran bloqueo. Y entonces, fue bastante temprano, después de hacer un gran bucle, entonces terminamos justo en ese momento, donde la gente se agarró a la valla y cargó contra los policías. Yo estaba atrás, como espectador, pensando «¿Qué está pasando aquí?» Así que lo seguimos. Había un gran enfrentamiento con la policía, nosotros corríamos en dirección contraria a la valla. No tenía claro cuál era la táctica, ¿tan sólo encontramos una valla y decidimos perseguir a los policías con ella? Definitivamente, la batalla de la valla fue un momento. Me echaron gas lacrimógeno justo después. Esa fue la primera vez que me echaron gas lacrimógeno, allí mismo, en la calle 14 y I. Recuerdo lo enfadada que estaba la gente por eso. Recuerdo que el jefe Ramsey, de pie en el cruce, con el gas lacrimógeno todavía en el aire, fue entrevistado diciendo: «Se disparó gas lacrimógeno, pero mis oficiales no lo dispararon. No sé quién lo hizo». El entrevistador le preguntó si estaba sugiriendo que los manifestantes se lanzaron ellos mismos los gases lacrimógenos, y él dijo «No, mis oficiales no son los que lo hicieron». Eso me sorprendió mucho.


Arrestos y solidaridad en la cárcel en Washington DC durante las protestas contra el FMI/Banco Mundial en 2000.

Ben: Para el momento del FMI, lo mejor del movimiento por la justicia global fue dejar florecer mil flores. Sé que a la gente no le gusta esa expresión por culpa de Mao, pero es útil tener un trillón de acciones en marcha, en las que se podía hacer un bloqueo, una marcha, que el Black Bloc lanzara cosas… Era un gran teatro. Eran esos pequeños momentos en los que intentábamos hacer una actuación en la calle, ya fuera con los Estudiantes por una Sociedad Antidemocrática, o contra Monsanto. Te diviertes, pero también criticas y llevas ese mensaje a los interesados dentro de las reuniones. Les damos copias. El buen teatro de calle es un momento para educar: ahí es donde pivotamos y fue realmente eficaz para transmitir un mensaje. Nadie presta atención a una simple marcha. Hay que añadir algo de teatro para que sea útil. Y me encantó: las protestas contra el FMI realmente hicieron correr la voz. ¿Cuántas historias legítimas se difundieron? Los grupos eclesiásticos, Jubileo 2000… No sabía nada de Jubileo hasta que vi un sermón en la Judson Memorial Church sobre la erradicación de la deuda. Esa es otra parte de la historia: la salud pública y la democracia son mucho más importantes que las corporaciones y la muerte. Eso es sólo nuevo colonialismo.

Ryan: Para mí, si pueden mediar cómo protestamos, cómo hablamos, entonces todo va a seguir igual. Si seguimos sus reglas de protesta, vamos a materializar todas sus reglas sobre cómo debe ser la vida. Y no podemos darles eso. Si conseguimos una apertura en la calle, como la valla, así conseguimos otra apertura y así conseguimos otra apertura.

«¡Sin justicia, no hay paz, que se joda la policía!»

Un cántico del Black Bloc en la 16-A, que continúa siendo un lema de manifestación a día de hoy.

Una pancarta en el 16-A: «¿El poder de quién?»

https://www.youtube.com/watch?v=iY2YdH0fin8

https://www.youtube.com/watch?v=g-UJN8eiypw

https://soundcloud.com/glibly-ninja/no-justice-no-peace-fuck-the

 

Apoyo en la cárcel después de 16-A

Después de miles de detenciones, varios simpatizantes y el colectivo legal Midnight Special se quedaron para ayudar a la gente a salir de la cárcel y recibir apoyo legal. Años después, los tribunales obligaron a la policía a pagar un acuerdo multimillonario por las detenciones ilegales y la violación de los derechos constitucionales en 16-A.


«Nosotros, los presos varones detenidos en Washington DC durante la semana de las manifestaciones del 16-A contra el FMI/Banco Mundial (del 16 al 22 de abril de 2000), deseamos expresar nuestra solidaridad con nuestros compañeros de prisión, así como con los presos de todo el mundo que mueren y son torturados a diario, a menudo simplemente porque piden ser tratados de forma justa e igualitaria. En segundo lugar, deseamos expresar nuestro sincero agradecimiento a los numerosos simpatizantes que permanecieron fuera de la cárcel en solidaridad con nosotros, y a los muchos que enviaron correos electrónicos, escribieron cartas e hicieron llamadas telefónicas en nuestro nombre. […]

Se nos negó el contacto con nuestros abogados durante periodos consecutivos de más de 30 horas seguidas; se nos dejó esposados y con grilletes hasta ocho horas; se nos trasladó hasta 10 veces de celda en celda. A muchos de nosotros se nos negó la comida durante más de 30 horas y se nos negó el agua hasta 10 horas seguidas. Aunque muchos de nosotros estábamos empapados después de la protesta del lunes, se nos negó la ropa seca y se nos dejó encadenados y tiritando en suelos muy fríos.

Sin motivo aparente, algunos de nosotros fuimos agredidos físicamente por los U.S. Marshals; nos lanzaron a la fuerza contra la pared, nos rociaron con gas pimienta directamente en la cara o nos tiraron al suelo y nos golpearon. Al menos dos personas fueron forzadas contra la pared estrangulados por el cuello, con amenazas de más violencia. Este tipo de violencia se ejerció contra al menos dos menores para separarlos del grupo más numeroso. […]

Tras nuestras detenciones de la semana pasada, muchos de nosotros optamos por permanecer en el anonimato para protestar contra estos abusos. Optamos por mostrar nuestra solidaridad con nuestros compañeros y compañeras de protesta que fueron injustamente acusadas de delitos y faltas en el acto de desobediencia civil no violenta contra el FMI y el Banco Mundial. Para nosotros está claro que el Distrito de Columbia y el Gobierno Federal, al inventarse los cargos, al detenernos frívolamente y al mantenernos en la cárcel durante una semana, tenían mucho menos problema con nuestras supuestas infracciones que con el hecho de que dijéramos lo que pensábamos y nos enfrentáramos a su brutalidad y sus amenazas.

[…] Seguiremos arriesgándonos a que nos detengan, y si es necesario resistiremos con nuestras propias vidas, hasta que expongamos este mundo en el que los beneficios están por encima de las personas, para que una sociedad global más justa, humana y libre ocupe su lugar.»

-Una declaración escrita colectivamente por 70 manifestantes detenidos durante las protestas del 16-A y encarcelados durante una semana. «Los escritores consolidaron ideas, sugerencias y comentarios editoriales para la carta pasando las sugerencias entre los barrotes de una celda a otra».


La policía llevó a cabo detenciones en Washington DC al azar el 16 de abril de 2000, con aparente impunidad.

Jimmy: Me quedé de apoyo en la cárcel. Ni siquiera recuerdo dónde nos quedamos. Estuvimos allí unos cuatro días. Había un campamento de activistas fuera de la cárcel de DC, donde la mayoría de nuestra gente estaba detenida. Era un amasijo de lonas de mierda ensartadas bajo la lluvia. Había un poco de sol, pero sobre todo llovía. Y nos sentamos en ponchos comiendo panecillos rancios, ya sabes.

Sugar: Para el lunes [17 de abril], se habían violado los derechos constitucionales de 1.300 ciudadanos/as que fueron arrestadas por practicar la libertad de expresión y la libertad de reunión. Fui testigo de la brutalidad policial contra manifestantes inofensivas y pacíficas: física, mental y psicológicamente. Gente en la cárcel que recurría a gritar «quiero ver a mi abogado ahora». Alguien acusado de «agredir a un policía» por vomitar sobre un policía por el gas lacrimógeno rociado directamente en su cara. Gente recibiendo magulladuras por los policías que los sujetaban «un poco fuerte». Una mujer cooperando y que seguía siendo lanzada contra una pared.

Gabby: Hubo un puñado de nosotras que fuimos arrestadas siendo menores de edad. A mí me detuvieron en aquella marcha de la culebra de la madrugada del 17 de abril. Me arrestaron el mismo día en que mi cara apareció en la portada del New York Times. Como no sabían qué hacer con nosotras por ser menores, simplemente nos «cogieron y soltaron». Ni siquiera me dieron una cita en el juzgado. Decían: «¿Qué? ¿Eh? ¿Tienes diecisiete años y no tienes identificación? No queremos ni ocuparnos de vosotras». Así que tenían esta furgoneta llena de niños y niñas que retuvieron durante un tiempo, un par de horas, y luego nos soltaron.


«En las semanas que precedieron a la manifestación de dos días, Midnight Special organizó a abogados progresistas, dirigió cursos de formación para observadores legales y «Conoce tus derechos», y comenzó a documentar la intensa vigilancia y el acoso a activistas, incluidos los miembros de nuestro propio colectivo, en las calles y en el lugar de la convergencia. Formamos a más de 1.500 activistas y a 200 observadores legales a un ritmo vertiginoso, allí donde pudimos: en almacenes, escuelas, parques e iglesias.

Durante y después de las protestas, Midnight Special atendió tres líneas telefónicas las veinticuatro horas del día, respondiendo a las llamadas de los activistas detenidos, de los amigos y familiares preocupados y de los manifestantes en las calles. En el transcurso de tres días, se detuvo a casi 1.200 personas.

Midnight Special envió equipos de abogados-activistas a las cárceles para reunirse con los detenidos y ayudar a negociar un acuerdo universal que protegiera a las personas detenidas que estaban en peligro. Alrededor de 150 activistas no revelaron sus nombres, lo que obligó a las autoridades a retenerlas en una cárcel ya abarrotada. Utilizando la solidaridad legal, estas personas detenidas obligaron a las autoridades a reducir los cargos de los delitos menores de todos a una multa de 5 dólares por cruzar la calle.»

Midnight Special Legal Collective


Jimmy: Midnight Special fue genial. Definitivamente recuerdo a Katya en particular, que era famosa desde Seattle ’99. Fue genial que estuvieran allí para apoyarnos en DC para el 16-A. Los abogados de Midnight Special estuvieron definitivamente allí. La solidaridad en la cárcel fue realmente genial, la gente estaba haciendo talleres, dando lecciones de historia y entrenamientos para conocer sus derechos, compartiendo comida, todo tipo de esquemas creativos para llevar a la gente en la cárcel, tratando de llevar mensajes de ida y vuelta, tratando de llevar a los abogados.

Ben: Siempre me alegra ver a DC en el retrovisor detrás de nosotros. Siempre me gusta acercarme, y he sido arrestado una docena de veces en DC. Era básicamente ser arrestado y salir de allí.

Sugar: Muchas lecciones me llegaron cuando estuve fuera de la cárcel cinco días seguidos, cantando, animando y uniéndome en solidaridad con los que quedamos en DC para las secuelas y con el increíble Equipo Legal Especial de Medianoche, cuyas actualizaciones periódicas fueron el arco iris en nuestros días lluviosos y fríos en el exterior. Ya fuera afuera de la cárcel, de un juzgado, ya fuera en la avenida Pennsylvania bloqueada o en una casa guay cerca de la American University o en un metro que se dirige al este en la línea roja. Esta comunidad activista es fuerte, unida y llena de buena gente, de gente esperanzada y de gente fuerte que se une, permanece unida, canta y baila unida, hace consenso unida y vive unida por un mundo mejor aquí y ahora y para el mañana.


«El Distrito de Columbia ha acordado pagar 13.302.500 dólares para resolver una demanda colectiva relacionada con la detención ilegal de 680 personas. Esas personas fueron detenidas el 15 de abril de 2000 en relación con la protesta contra el Complejo Industrial Penitenciario durante las manifestaciones del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.»

Prison Legal News, octubre de 2010


La policía vigila un callejón en Washington DC, el 16 de abril de 2000.
El 16 de abril fue mi bautismo

El 16-A fue una experiencia que cambió la vida de muchos participantes.

Ryan: Parte de ese período de tiempo, hacia lo que gravité y por lo que 16-A fue tan convincente, fue una oportunidad que resultó de la culminación de darse cuenta de lo que el mundo realmente era, queriendo sumergirme en una verdadera lucha por un mundo mejor. El mundo en el que crecí era realmente neoliberal, reprimía mucho la realidad. Con Seattle y el 16-A se descorrió un poco el velo, cuando se reduce a sus componentes básicos de gente contra el Poder: eso es lo que representaba la valla. La gente en un lado, el poder en el otro. De eso se trataba la lucha.

Pica:  El 16-A estaba justo en medio de esa época, no es el punto más álgido, pero es una experiencia formativa para muchas personas.

Gabby: Tuve un periodo de tiempo de ser una odiadora sobre toda la movida de la cumbre. Los chicos guays realmente dedicados llegaron allí muy temprano, y a menudo vivieron aventuras geniales para llegar allí. Me pareció una pasada, pero está claro que no conseguimos derrocar el capitalismo haciendo eso. En cambio, sí creamos todo este mundo para nosotras. Ya no soy un odiadora. Creo en los movimientos de base, pero también creo que algunas de las decisiones que tomé en mi periodo de odiadora iban en la línea de «¡No! Deberías quedarte en casa y esforzarte en esta organización ‘realmente importante’ en lugar de ir a la gran fiesta, la gran gala anticapitalista». La Convención Nacional Republicana solía ser la Olimpiada anarquista durante años, alguien lo proponía y todos íbamos. Era una reunión familiar. Si pudiera hablar con esa versión odiadora de mí misma de entonces, diría: «Vete a la fiesta». No sé si esta generación actual tiene que escucharme, pero creo que es válido, ya sabes, disfrutar de tu vida y pasarlo bien mientras eres una revolucionaria. No creo que debamos ser demasiado engreídas al respecto, tratando de ser las más radicales, pensando que estás haciendo el trabajo más importante, pero hay un valor real en experimentar algunos de esos grandes momentos, estar allí con tu gente y tener momentos salvajes. No hay que limitarse a trabajar duro porque la gente te diga que esas cosas son más importantes.

Michael: Los principales medios de comunicación no hablaron de cómo las políticas del FMI y del Banco Mundial empobrecen a los países pobres con los programas de ajuste estructural. En lugar de ello, optaron por ridiculizar a las manifestantes como un grupo de jóvenes descarriadas, «una banda de reincidentes de los años 60 y «activistas» variadas», como dijo tan inteligentemente el experto del Washington Post Jonathan Yardley. Si esto es cierto, ¿explicaría eso por qué la policía cerró 90 manzanas del centro para unos cuantos banqueros? ¿Por qué DC, bajo presión fiscal, gastó 5 millones de dólares para armar y entrenar a 1.500 policías, policías federales y agentes del FBI con equipos antidisturbios Robocop y armas químicas «no letales»? ¿Por qué se detuvo a 1.350 personas por ejercer su libertad de expresión? ¿Era realmente tan amenazante esta banda de desarrapadas con sus gritos de «El pueblo antes que los beneficios» y «Así es como es la democracia»?

Joe: Los que fuimos, por nuestras múltiples razones, queríamos enviar un mensaje de que  las culturas dominadas por las empresas, cuyo apetito por los recursos, el consumo y la explotación con bajos salarios están superando cualquier tipo de economía sostenible para el Planeta, deben ser desafiadas. Estas son las prácticas que ponen a algunas de las personas más pobres del Planeta en grandes dificultades y hacen bajar la calidad de vida de muchos otras mientras enriquecen sólo a unos pocos

Ben: No vamos a detener la globalización, al igual que no se pudo detener el mercantilismo. Pero podemos democratizarla. ¿Lo hemos conseguido? Tal vez en ciertos rincones y rendijas. Pero lo que me gustaba era que la política era local y que abundaba y podías reclamar el cambio. Todavía es muy potente y seguimos trabajando en todos esos temas.

Lelia: Nos sentimos bien después de 16-A y pensamos «¿Qué sigue?». Estaba Seattle, luego el 16-A, y luego ¿cuál es el siguiente proyecto que vamos a hacer para manifestarnos para mejorar nuestro mundo? Estuve en el comité de coordinación de la Conferencia Nacional para la Resistencia Organizada durante varios años en DC. La primera conferencia en la que colaboré fue la de 1999, en la que empecé organizando sólo un taller. Después de eso, me uní al comité de coordinación. Después de eso, como seguimos haciéndolo durante años, fue definitivamente una labor de amor. Había tanta gente inteligente en un mismo lugar, pensando en cómo mejorar el mundo de muchas maneras diferentes. Me encantaba todo aquello. Hubo algunos años difíciles, pero fue un espacio muy significativo para que la gente se conectara entre proyectos y regiones. También hacíamos lo mismo cada año en Vermont, uniéndonos a la conferencia RAT, Renewing the Anarchist Tradition (Renovando la Tracición Anarquista). Por esa misma época, desarrollamos la infoshop de Brian Mackenzie en DC durante casi toda una década. Las primeras reuniones fueron en 1998; finalmente cerró en 2008.

Sand: Lo más importante para mí era el sentido de comunidad entre las activistas. Estábamos allí porque nos importaba lo suficiente como para crear un nuevo camino. Mientras construyamos con la comunidad, seremos capaces de ofrecer una infraestructura para apoyar a las masas cuando la cultura de consumo ya no pueda ni quiera hacerlo.

Joe: Esa es nuestra obligación. Debemos continuar el trabajo de organización y hacer que la gente sepa lo que realmente está pasando, para que la gente y el poder del fin de semana del 16-A puedan continuar y crecer.

Una octavilla promoviendo una protesta contra las reuniones del FMI y el Banco Mundial unos meses después del 16-A, en septiembre de 2000.

R. Harvey: Si Seattle fue lo que realmente me hizo activar, 16-A fue mi bautismo o lo que sea. Al salir de 16-A, pensé: estoy dentro. Y estoy listo para el siguiente.

Nicole: Se sentía como ser joven, ser parte de algo. Había encontrado mi comunidad. No tenía ni idea del tamaño enorme, de tanta gente. Esos momentos de estar allí en las calles de 16-A, se sintió como una expresión de todas las cosas locales que estábamos haciendo; fue un regreso a casa. No se habría sentido tan poderoso en el vacío, por si solo. Nos sentimos bien porque ya estábamos haciendo este activismo con otras personas.

Ryan: Antes del 16-A había un dogma de la no violencia, que era una especie de línea divisoria para la generación joven de la que yo formaba parte. Este dogma de la no violencia en relación con las tácticas hizo que espacios como la Movilización por la Justicia Global fueran menos accesibles.

Despues del 16-A, inspirados por la organizacion en Canada contra el 2001 FTAA ministerial, creamos la Convergencia Anticapitalista de Washington DC, que pretendía crear una alternativa a la Movilizacion por la Justicia Global. La Convergencia AntiCapitalista (ACC) dio prioridad a la creación de un espacio organizado en torno a los principios anarquistas y anticapitalistas, que fuera intencionadamente antirracista, antisexista y que apoyara una diversidad de tácticas. Las ONGs más grandes no nos apoyaron. ¿Public Citizen y ese tipo de grupos? No. Pero recuerdo que 50 Years is Enough (50 Años son Suficientes) era una ONG que estaba muy abierta al ACC y pensaba que estábamos avanzando en la dirección correcta. La dirigían personas del Sur Global para las que el anticapitalismo no estaba estigmatizado como lo está aquí.

R. Harvey: El movimiento antiglobalización es realmente significativo. En nuestras vidas, fue realmente significativo, porque si una sola protesta o una serie de protestas o un movimiento produce personas como nosotras -que todavía creen, que todavía están haciendo el trabajo que se deriva de esa politización- es claramente muy importante. Si todo el mundo estaba deprimido en 2004 porque sentían que ese período de tiempo había terminado. Entonces eso significa que importó, que tuvo importancia. Podemos juzgar mal o inflar el impacto que la parte del movimiento con base en Estados Unidos tuvo en el mundo, porque significó mucho para nosotros personalmente. Pero no hay que olvidar que en Argentina derrocaron al gobierno cinco veces, que hubo grandes protestas en Corea del Sur, Sudáfrica, Indonesia. Todo ello formaba parte del movimiento mundial, producido por estos movimientos sociales, de los que nosotras éramos la versión estadounidense en las calles. Éramos parte de eso.

John Timoney fue primer subcomisario del Departamento de Policía de Nueva York, comisario de policía de Filadelfia y jefe de policía de Miami durante las manifestaciones contra la ministerial del Área de Libre Comercio de las Américas en 2003. Fue famoso por las mismas estrategias policiales empleadas en el 16-A: detenciones masivas, uso indiscriminado de gases lacrimógenos y abuso deliberado de los detenidos. Aunque hizo todo lo posible para aplastar los movimientos de liberación, sobrevivimos a Timoney y con entusiasmo escribimos su obituario en 2016.

Ben: Creo que los mejores movimientos son una mezcla de generaciones. Tuvimos un tipo en ACT UP, y me harté de oírle hablar de haber estado en los disturbios de Stonewall, pero al mismo tiempo, sabes qué? Enchufó esa experiencia en una historia para luchar por los jóvenes queer sin hogar. No solo se jactaba de haber estado en Stonewall, sino que nos recordaba que esos jóvenes sin hogar fueron algunos de los que lucharon en los disturbios y que ahora mismo siguen en el parque. ¿Qué vamos a hacer para ponerlos en el centro de nuestra historia?

Ryan: Cuando pienso en la trayectoria de las protestas… en las cumbres y en las convergencias como el 16-A, una vez que se produjo lo de Seattle, surgió este movimiento en el que la gente buscaba la siguiente oportunidad para luchar en las calles por un mundo mejor. Para tener un lugar donde llevar una infinidad de problemas y preocupaciones a la esfera pública y pelear contra ellos. Ese era el núcleo de ese movimiento. Las anarquistas del movimiento antiglobalización eran verdaderos creyentes. No nos lanzamos a ello porque fuera popular o estuviera de moda. Tal vez algunos lo hicieron, pero muchas de nosotras nos mantuvimos y seguimos luchando por un mundo mejor, dentro y fuera de los movimientos sociales. Todos los movimientos son así: se abren ventanas de tiempo y posibilidad en las que cosas que antes eran impopulares se convierten en parte del discurso principal. En estas rendijas, se introducen ideas y verdades que no se pueden volver a suprimir. Por ejemplo, durante el levantamiento de George Floyd, salieron a la superficie ideas como la abolición de la policía y la desfinanciación de la misma que existían en las bases desde hacía décadas. La conversación de la corriente principal empezó a plantearse: «¿Podríamos vivir en un mundo sin policía?». En estos momentos de movimiento, las ideas llegan a la cima del discurso social, aunque sea por unos meses, y eso hace evolucionar el discurso hacia adelante. Incluso cuando el impulso del movimiento se asienta, las ideas específicas se han introducido en el discurso como aceptables o familiares. El potencial de cambio y de futuros movimientos se construye a partir de ahí.

Ben: Si se estudia cualquier movimiento, siempre hay líneas que lo atraviesan. Veo el movimiento antiglobalización como la apertura de una puerta. Hubo un millar de acciones directas que crearon Seattle, luego Seattle nos señala la dirección de las protestas contra el FMI. Y hubo acciones en Bolivia, en Chiapas, en Nueva York, en Durban. Hay estos puntos de acción que apuntan a una forma de vida más humana. Y sigues haciendo ese trabajo, que se desvanece en otro conjunto de acciones que se convierte en Occupy Wall Street, luego Black Lives Matter, y creo que es importante ver que una cosa no se detiene y otra comienza. Hay una línea de gente que está participando todo el tiempo, olas de acción que fluyen y refluyen. Es decir, hay gente que habla de Fred Hampton en las protestas de Black Lives Matter. Bueno, sí, al tipo le dispararon boca abajo en su cama. Deberíamos seguir hablando de eso. Deberíamos seguir dándole sentido a eso, así que es una línea de paso. Tal vez las Panteras Negras fueron terminadas por el gobierno, pero esas ideas nunca desaparecen. Con los grupos de afinidad de ACT UP, puede que no sea tan grande, pero el trabajo en torno al Apartheid Global, en torno a las vacunas contra el SIDA, todavía continúa. Necesitamos que la vacuna sea gratuita. Hicimos una acción este verano en la calle 42.

The Miami Model from CrimethInc. Workers’ Collective on Vimeo.

«The Miami Model», un documental sobre las protestas contra la reunión ministerial del Área de Libre Comercio de las Américas en Miami, Florida, en noviembre de 2003.

Gabby: En años posteriores, tuve un momento de decepción, sintiendo que «siempre perdemos». Hacemos estas campañas activistas y siempre perdemos. Estaba harta de ello. Y mi amigo dijo algo que se me quedó grabado. Me ayudó a recordar que todo el tiempo hay gente con traje sentada en reuniones de juntas directivas tomando grandes decisiones que afectan al mundo. Tienen esa discusión y tienen ese momento de [análisis] de coste/beneficio. Si hacemos este plan, ¿habrá protestas? ¿Nos importan? Y a veces, dicen «Sí», y siguen adelante de todos modos, y es cierto, tienden a cortar todos los árboles, o a aplastar al sindicato. Pero a veces, la respuesta es «No». Y les importa, y eso es una victoria. Cada vez que dicen «No te molestes», ganamos, y ni siquiera lo sabemos. Llegar a 16-A después de Seattle fue muy emocionante, porque fue una victoria sorpresa. Despertó la imaginación de toda una generación, sin duda aquí, pero quizá también en otros países. Con estos grandes movimientos, las cosas se vuelven diferentes; creo que lo vimos con Occupy y con Black Lives Matter. Y lo volveremos a ver. Cuando esos momentos ocurren, parecen místicos, pero en realidad ocurren porque los construimos y hacemos que ocurran.

Lelia: Siento que todo lo que haces te prepara para lo que haces después. Hoy sigo siendo una activista. No creo que se haya quedado en el pasado. Y las cosas de hoy, quiero decir, he estado yendo a las protestas de Black Lives Matter desde que tenía cuatro años, solo que se llamaba de otra manera: la marcha contra la brutalidad policial. He estado ahí fuera y me he comprometido a estar ahí fuera y a luchar por el cambio. Sigo sintiendo la atracción de las calles; necesito estar en las calles, incluso cuando ha sido difícil navegar por nuestro nivel de comodidad con COVID-19 y todas las demás cosas de hoy. En los últimos años, he sentido en mi corazón de activista que tengo que ir y estar en las calles. Sigo estando obligada.

Anarquistas en la 16-A.

Este relato ha sido recopilado por el OUR Histories Collective (Colectivo Nuestras Historias) y es el primero de varios relatos orales que están por venir. Si tienes una historia que contar o te gustaría contribuir a este esfuerzo en curso, por favor ponte en contacto

Acerca de las imágenes

La fotografía de la cabecera y otras más son de Orin Langelle, fotógrafo documentalista y activista. Su trabajo abarca cinco décadas en cinco continentes y cubre las luchas sociales, ecológicas y económicas. Ha fotografiado protestas en la OMC, el Banco Mundial, las reuniones del ALCA, las conferencias de la ONU sobre el clima y muchas otras, como la lucha zapatista en Chiapas (México) y el levantamiento popular de 2019 en Chile. Langelle es cofundador de Global Justice Ecology Project y actualmente archiva sus fotos. Puedes ver más de su trabajo aquí.

Más información: 23 años de movilizaciones contra la cumbre (en inglés)

 

NOTAS

1 Washington DC: es la ciudad, capital de los Estados Unidos de América. DC significa que pertenece al Distrito de Columbia, un distrito federal que a parte de los otros 48 estados que la componen. Así se la diferencia del estado de Washington que se sitúa en la otra costa, oeste. Washington DC alberga los centros de las tres ramas del Gobierno EEUU así como las sedes del Banco Mundial, el FMI, la OEA, el BID y otras.

2La entrevistada se refiere a la trabajadora cuya función es organizar a otras en cadenas como Mc Donalds, KFC, Starbucks, Burger King, Pizza Hat, etc

3 La generación de estadounidenses nacidas entre mediados de los años 60 y principios de los 80.

4 Diggers o cavadores: grupo radical surgido al final de la guerra civil ingles en 1649 fundado por Gerrard Winstanley. Constituyó el ala izquierda de los levellers (niveladores) que cuestionaban el derecho de propiedad.

5 Levellers o niveladores fue un grupo protodemocrático, surgido en Inglaterra del siglo XVII, previo a la abolición de la monarquía.

6 DIY: Do It Yourself o Hazlo Tú Misma, como es conocido el bricolaje, pero que por su significado fue utilizado para referirse a la cultura generada fuera del mercado, autoorganizada: punk, okupa, etc

7 De hecho, Nelson Mandela fue condenado a cadena perpetua en 1964 precisamente porque se negó a rechazar otras tácticas que no fueran la no violencia.

8 Una masa crítica, es un grupo de personas que se reunen para protestar o criticar, pero como wikypedia lo recoge, se utiliza para designar marchas de bicis que critican la falta de seguridad o el exceso de coches en las calles. Al parecer este acto se remonta a 1992 en San Francisco, para luego ser replicado en muchos lugares. El mismo giro ha sido adoptado en castellano con el mismo significado. Quizás de aquí provenga el nombre de un tipo de marihuana que es la que topa ahora las entradas en internet.

9 Palabras iniciales del himno de Estados Unidos, en alusión a ese país.

10 Entre otros, Mijail Bakunin.

11 Un local (alternativo) de información alternativa.

12 «Mack el Cuchillo»: Canción del compositor judío alemán Kurt Weill con libreto de Bertolt Brecht para la ópera «Three Penny Opera», estrenada en 1928. Ésta es una crítica marxista del mundo capitalista. Luego fue popularizada en el jazz  por John Amstrong, jazzístico que han interpretado Louis Armstrong, Ella Fitzgerald, Frank Sinatra, Bobby Darin y otros. Dice:

«Oh, el tiburón, nena, tiene tantos dientes, querida
Y los muestra blancos como perlas
Sólo una navaja tiene el viejo MacHeath, nena
Y lo mantiene, ah, fuera de la vista
Sabes que cuando ese tiburón muerde con sus dientes, nena
Las olas escarlatas comienzan a extenderse
Guantes elegantes, oh, lleva el viejo MacHeath, nena
Así que nunca, nunca un rastro de rojo (…)
¿Podría ese alguien ser Mack el Cuchillo?

 

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