La otra cara anti-ambiental de los Emiratos Árabes Unidos: la ocupación de Socotra

(A partir del artículo de Mouna Hashem y Martha Mundy en Observatory de Earth • Food • Life)

Dos acontecimientos copan la atención mediática estos días: el genocidio palestino y la COP28 en Dubai, Emiratos Árabes Unidos (EAU). Si la implicación de EAU en la producción de petróleo es obvia, su actitud beligerante, expansionista e irrespetuosa con el medio ambiente, es menos conocida. De todo ello, EAU ha proporcionado suficientes pruebas en su ocupación ilegal del archipiélago de Socotra, perteneciente a Yemen.

Mientras el genocidio de Palestina centra toda nuestra atención, otras guerras continúan en el mundo como en Yemen, Ucrania, Siria o Tigray. En Yemen una guerra lleva años ocurriendo, desde septiembre de 2014, contra rebeldes hutíes presuntamente apoyados por Irán, y combatidos por Arabia Saudita, apoyados por Emiratos Árabes Unidos (EAU) y logísticamente por Estados Unidos.

Si las guerras ya conllevan serios impactos ambientales y climáticos, en el caso de Yemen, conlleva otro muy especial en el  archipiélago poco conocido de Socotra. Este archipiélago está compuesto por cuatro pequeñas islas y es Patrimonio Mundial designado por la UNESCO en 2008 por su rica biodiversidad. Este incluye toda su superficie terrestre así como el mar circundante.

El ser islas y situarse a más de 300 km de la península arábiga, ha hecho que haya habiten muchas especies endémicas. Entre ellas 825 plantas nativas de la isla (37%);  11 especies de aves únicas; 90 % de sus especies de reptiles y el 95 % de sus especies de caracoles terrestres. Su vida marina también goza de diversidad con 253 corales formadores de arrecifes y 730 especies de peces costeros.

Como Mouna Hashem y Martha Mundy informan «la destrucción ambiental implica dos procesos entrelazados: el cambio climático y la destrucción de la biodiversidad, que se refuerzan mutuamente. Ambos son causados ​​por el hombre. El cambio climático no es el principal impulsor de la pérdida de biodiversidad; es la sobreexplotación humana de los recursos naturales y la destrucción del hábitat».

Los habitantes del archipiélago viven principalmente en dos de las islas, Abdul al-Kuri y Socotra. Han llevado un estilo de vida sencillo, sostenible y armonioso con su ecosistema, dedicándose principalmente al pastoreo y la pesca.

Socotra ya está amenazada por la emergencia climática, como lo demuestran las sequías que afectaron su rara biodiversidad y los dos ciclones de 2015 que causaron graves daños humanos, ambientales y de infraestructura. El esfuerzo de recuperación después de los ciclones fue encabezado por los Emiratos Árabes Unidos (EAU). Sin embargo, la asistencia que se necesitaba desesperadamente resultó ser un arma de doble filo.

Los motivos ocultos de la asistencia

Pese a que Socotra se encuentra alejada del territorio yemení bajo guerra y que no fue involucrada en la guerra, además de ser propiedad e Yemen, tiene una importancia geo-estratégica pues se sitúa en las rutas marítimas. Emiratos Árabes Unidos es socio clave en la guerra encabezada por Arabia Saudita contra Yemen. Pero además, como se ha podido comprobar, EAU pretende desarrollar en el archipiélago una industria turística.

Los Emiratos Árabes Unidos (EAU) enviaron ayuda humanitaria a Socotra, repararon escuelas, hospitales, viviendas, carreteras y sistemas de agua, y establecieron centros de salud. El WHC (Comité del Patrimonio Mundial) estaba preocupado por los daños causados ​​por los ciclones. Las reparaciones a realizar debían cumplir sus directrices que suponía la no ampliación de existentes infraestructuras tales como carreteras y puertos.

Sin embargo, tras la reforma de infraestructuras y viviendas dañadas, EAU amplió el único aeropuerto de la isla y el puerto, construyó bases militares, torres de telecomunicaciones y dos sistemas de inteligencia de señales (SIGINT). El puerto ha sido modificado para permitir la entrada de buques de guerra y barcos de pesca comercial. Todo ello, así como el envío de vehículos bélicos tales como tanques, aviones y otros, correspondía a la ocupación de facto del archipiélago. Esta ocupación viola la soberanía yemení según el derecho internacional y la Convención del Patrimonio Mundial de 1972.

Esa ocupación también se manifestó en el cambio de autoridades, fuerzas de seguridad en infraestructuras clave (aeropuerto y puerto), o incluso de banderas cambiando la de Yemen por la de EAU. La ocupación ha sido avalada por los EEUU que, ademas de participar en la alianza contra Yemen, instaló misiles Patriot en Socotra a petición de los EAU en 2019.

La ocupación de Socotra por EAU también ha afectado seriamente a los habitantes, pues la mayoría fue deportada para convertir la isla en base militar.

Los y las habitantes que permanecieron fueron afectados con la militarización y el desarrollo de proyectos insostenibles. El desarrollo turístico conlleva la construcción de edificios de gran altura, de hormigón y cemento, que se han realizado sin ninguna Evaluación de Impacto Ambiental independiente y que ha impulsado la utilización de piedras ovaladas de coral de la costa y granito rojo de los wadis (valles). Todo ello es contrario a las directrices de WHC. Los pescadores locales también han visto su práctica impedida. coordinación con el consejo”.

Como denuncian Mouna Hashem y Martha Mundy «muchos habitantes se han manifestado contra la ocupación de los Emiratos Árabes Unidos y han sido encarcelados en centros de detención no oficiales operados por los Emiratos Árabes Unidos en la isla. Los residentes también han presentado quejas ante el gobierno yemení exiliado en Riad sobre el saqueo y la destrucción de los recursos naturales de la isla por parte de los Emiratos Árabes Unidos».

Protestas de habitantes de Socotra contra la ocupación de los Emiratos Árabes Unidos.

La población de Hadibo ha aumentado significativamente con la afluencia de ciudadanos indios y paquistaníes traídos por los Emiratos Árabes Unidos como mano de obra. En respuesta a las quejas de los habitantes, fuerzas de seguridad de Arabia Saudí también se personaron en la isla para replicar los mismos atropellos que EAU,  construyendo su propia base militar , torre de telecomunicaciones, etc.

Irónicamente, el presidente de la COP28 designado por los Emiratos Árabes Unidos, el sultán Ahmed Al Jaber, ministro de Industria y Tecnología Avanzada de los Emiratos Árabes Unidos y director ejecutivo de ADNOC (Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dhabi), destacó la necesidad de ampliar la “definición de adaptación para permitir la resiliencia climática global, transformar los sistemas alimentarios y mejorar la silvicultura, el uso de la tierra y la gestión del agua”.

Pero en la práctica, los EAU ignoran esos principios en Socotra, además de poseer  la séptima compañía petrolera más grande del mundo ADNOC. Al Jaber ha llegado incluso a argumentar que las cumbres anteriores de la COP no lograron avances significativos porque se ignoró a la industria de los combustibles fósiles. “Nos guste o no, el mundo seguirá necesitando [combustibles fósiles]”, dijo, aunque afirmó que su objetivo era “eliminar gradualmente las emisiones” de todas las fuentes. Presumiblemente, si alguien plantea la pregunta sobre las actividades de los Emiratos Árabes Unidos en Socotra, Al-Jaber encontrará una respuesta tranquilizadora similar para la destrucción de su biodiversidad.


Mouna Hashem es activista, investigadora, PhD,  consultora de desarrollo internacional.

Martha Mundy es profesora emérita de antropología. Comenzó su carrera investigadora en el norte de Yemen (1973-77). En 2011-2012, regresó a Yemen para trabajar con agrónomos en la transformación agraria. Ha escrito los informes «Las estrategias de la coalición en la guerra de Yemen» (Fundación para la Paz Mundial, Facultad de Derecho Fletcher y Diplomacia, 2018). 


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