Conferencia: «Destapando la falsa transición – Apuntes para una vida acorde con la pervivencia de la naturaleza».

(Euskara)

Ante la actual crisis sistémica cuyas consecuencias ambientales y climáticas auguran un futuro incierto, los gobiernos, inmóviles ante la tragedia, junto con el resto de piezas de la maquinaria capitalista (empresas y entidades financieras, medios de comunicación,
instituciones y demás) se apropian de parte de los conceptos que conllevan un imaginario de posibles mitigaciones al desequilibrio ecosistémico actual para vendernos una supuesta solución, pero para seguir con el mismo modelo destructor de naturaleza. Un modelo socio-económico que nos guíe hacia un verdadero cambio de rumbo ecosistémico es algo en lo que llevamos trabajando y demandando desde hace mucho tiempo.

Seguimos con el mismo modelo de producción actual para que una élite pueda mantener sus beneficios económicos, su hegemonía y su poder; pero significa seguir  aumentando el consumo sin otros criterios; y significa seguir obviando los límites biofísicos planetarios con el único objetivo del crecimiento perpetuo. Ambas cosas, la posibilidad de organizarnos de forma coherente con la preservación de la naturaleza y la continuación del sistema que alimenta la barbarie, son totalmente incompatibles. Porque ya podemos decir claramente que los actuales problemas que padecemos corresponden a este sistema, el Capitalismo con sus distintas variantes, épocas y disfraces.

La Transición Energética que nos proponen desde los poderes económicos plantea continuar como hasta ahora, con los mismos niveles y formas de consumo de energía,
de productos, de recursos; con los mismos niveles y formas de movilidad y de transporte; con los mismos niveles y formas de extracción; con los mismos niveles y formas de turismo; con los mismos niveles y formas de construcción y expansión; con los mismos niveles y formas de agricultura; con los mismos niveles y formas de TODO.

Y eso es incompatible con un verdadero cambio de paradigma. Lo único que hacen es aumentar los niveles de producción energética añadiendo al mix megaproyectos de energía eólica y fotovoltaica con un falso sello verde, pretendiendo que se está actuando correctamente y así asegurar un amplio nivel de aceptación social. Por consiguiente, se siguen consumiendo grandes cantidades de recursos fósiles sin tener en cuenta que continuar con el mismo consumo supone la destrucción de amplios espacios naturales y un la exacerbación de la crisis climática. Llaman “energías renovables” a un apéndice de este sistema devorador de personas y de naturaleza.

El primer gran impacto de estas falsas energías renovables se produce en el territorio que ocupan, con la industrialización y privatización de amplias zonas naturales, de montes comunales y de tierras de cultivo. Crean grandes conflictos en las comunidades afectadas y a nivel social. Fragmentan y atropellan modos de hacer rurales. Cambian los usos de grandes extensiones de terreno no urbano en lugares que se habían protegido de la vorágine del cemento, provocando una creciente artificialización del suelo lo cual, a su vez, incide directamente en el cambio climático.

También ahonda en la esquilmación de los materiales (recursos naturales) que precisan para su construcción y funcionamiento, así como la energía fósil que también precisan. Ello supone incidir en el extractivismo que impacta en muchos lugares y comunidades de países de la periferia occidental hegemónica, cuyos bienes comunales son expropiados y exportados al mundo rico. Ahonda, por tanto, en el colonialismo usurpador de la soberanía de estos pueblos.

Esta supuesta transición energética es también una farsa porque los recursos naturales están llegando a su punto crítico y en notable declive: tenemos los casos del cobre, hierro, estaño, etc, y otros en gran demanda como las distintas tierras raras, o el litio, etc. Sin olvidarnos de los desechos que esta tipología de captadores de energía generan. Contaminación, destrucción natural, dependencia de los países ricos en su relación colonialista, desplazamiento forzado de comunidades enteras para engrosar los cinturones de las grandes urbes, aniquilación de economías de subsistencia, proletarización de numerosos sectores con la destrucción de sus precarias economías, incluso mayor violencia contra las mujeres… Este es el modelo de renovables que se ofrece desde nuestro mundo.

 

No es una transición energética, es un modelo de negocio que viene a intentar salvar a los grandes capitales de la caída de beneficios que ellos mismos provocan. Significa pobreza y destrucción para todas nosotras. Hoy, más que nunca, necesitamos articular respuestas que interpelen frontalmente a este dominio ecocida. La organización y el derecho a levantarnos frente a este desvarío es prerrogativa indespensable para iniciar el camino transformador que transite hacia nuevas relaciones entre la naturaleza y la humanidad y entre la humanidad misma.

Para todo ello, contamos hoy con la inestimable presencia de tres expertos en la materia: Antonio Turiel, Antonio Aretxabala y Carlos Taibo. Va a ser imposible que nos puedan contar todo en el tiempo que tenemos. Pero seguro que lo que nos cuentan es clarificador y motivador.

  • Antonio Aretxabala Díez es un geólogo y divulgador científico. Fue profesor
    de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Navarra.
    Ha participado en numerosas iniciativas y conferencias en el campo de la crisis
    climática y el decrecimiento.
  • Carlos Taibo Arias fue profesor de Ciencia Política y de la Administración en la
    Universidad Autónoma de Madrid. Especialista en la Europa del Este,
    Anarquismo, y en el decrecimiento y el colapso, temas sobre los que ha
    realizado cientos de conferencias y también decenas de libros.
  • Antonio Turiel es licenciado en Física y Matemáticas y doctor en Física
    Teórica. Trabaja como Investigador Científico en el Instituto de Ciencias del
    Mar del CSIC. Experto en el agotamiento de los recursos y energía, promotor
    también del decrecimiento.

29 de octubre en Bilbo
30 de octubre en Donostia: viveros de Ulia, 19:00

Organizan:

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