«Hermosa resistencia» en Palestina: Desafiar la ocupación forjando la paz interior

Abdelfattah Abusrour (Alrowwad)
(Publicado originalmente en Radical Ecological Democracy /Traducido por A Planeta)

Nuestra organización, Alrowwad, trabaja con la juventud palestina, y ese ha sido nuestro objetivo permanente desde que la fundamos en 1998. La gente me pregunta a menudo por qué, dada la gravedad de la política que rodea la lucha palestina, no nos proponemos abordar otras cuestiones más urgentes, como la economía, los derechos humanos, la transformación sociopolítica o incluso la resistencia. ¿Estamos haciendo, nosotros y nuestra organización, el mejor uso de nuestra energía, intelecto y recursos al centrarnos en los niños? La respuesta probablemente esté en nuestro nombre: Alrowwad se traduce como «pioneros por la vida»; y, estar comprometidos con la vida de nuestras niñas y niños es lo que hemos elegido como trabajo. Queremos que nuestras hijas e hijos sepan que se les quiere y que nos preocupamos por ellas; queremos decirles que son importantes y que no deben ser meros números en las listas de mártires; no queremos que queden mutilados y discapacitados físicamente para el resto de sus vidas, ni que perezcan en las cárceles israelíes. Y, sí, como las madres y padres de todo el mundo, queremos ver a nuestros hijas e hijos crecer, cambiar el mundo y crear milagros; queremos que estén orgullosos de lo que conseguimos juntas, y queremos celebrar sus éxitos y logros. Y, cuando llegue el momento, nuestras jóvenes deberían estar caminando en nuestros funerales, y no al revés. Es a través de nuestro trabajo con nuestros niños que hemos creado esperanza para el futuro de Palestina.

Crecer bajo la violencia de la ocupación

No es fácil ser niño en Palestina, y aprendemos esa lección muy pronto en la vida. De hecho, la experiencia de mi propia infancia ha determinado las decisiones que he tomado como adulto. Nací en el campo de refugiados de Aida, en Belén, en la Palestina ocupada. El campo acoge a unas 6.000 personas en un espacio alquilado de unos 0,071 km2, y fue establecido por el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas (OOPS), una agencia creada específicamente para los refugiados palestinos. Tras la invasión sionista de las tierras palestinas en 1948, lo que llamamos Nakba o «la catástrofe», llegaron a Aida refugiados de unos cuarenta y tres pueblos, que fueron destruidos y ocupados. El 78% de la Palestina histórica fue tomada por los grupos sionistas, desarraigando más de quinientas aldeas, y haciendo que el 70% del pueblo palestino se refugiara en su propio país o en los países vecinos, y en otros lugares. Después de vivir en tiendas de campaña durante unos seis años, en 1956-1957 se empezaron a construir refugios de 9 m2 para las familias refugiadas, pero no tenían agua corriente, electricidad ni servicios de alcantarillado. Tampoco había escuelas ni centros médicos en el campo. Sin embargo, poco a poco la gente empezó a construir y mejorar sus casas por su cuenta. Pero eso se comió los espacios abiertos entre las casas, y los niños se quedaron sin lugar para jugar o pasar el rato. Para empeorar las cosas, desde 2005 un muro ilegal de expansión y anexión de ocho metros de altura rodea el campo de refugiados de Aida, con francotiradores y cámaras de vigilancia colocados en puntos estratégicos, y las incursiones del ejército de ocupación israelí son cada vez más frecuentes.

No es de extrañar que, al crecer en Aida, soñara con ser un luchador por la libertad. Eso es lo que todos los demás niños querían hacer: resistir a la ocupación y liberar nuestra patria. Quería hacer posible que mi familia regresara al pueblo de mis padres, que fue destruido y ocupado en 1948. Pero también soñaba con ser un gran pintor, un escritor inspirador, un fotógrafo famoso y un científico destacado. Tantos sueños …… Sin embargo, a mis padres, como a la mayoría de los palestinos, no les entusiasmaba la lucha armada ni las artes como posibles opciones profesionales para sus hijos. Querían que recibieran educación y que sirvieran a su comunidad convirtiéndose en médicos, ingenieros, profesores, etc. A pesar de la fealdad de la ocupación israelí y de su brutal violencia, nunca oí en mi casa una palabra de odio contra los judíos o las personas de otras religiones. Por supuesto, se hablaba mucho de política y de políticos, ¡y de los que prometían devolvernos a nuestras casas ocupadas en dos semanas!

Fuerzas israelíes asaltando el campamento de Aida.

Mis padres nos enseñaron que las personas podían convivir como iguales, respetándose mutuamente y, desde luego, no matándose; que la injusticia y la opresión no debían ser aceptables contra nadie ni por nadie. A la ocupación israelí, obviamente, no le importaba mucho ese hermoso espíritu ni su humanidad. Aplastó todas las manifestaciones de la identidad palestina: estaba prohibido escuchar canciones patrióticas, asistir a obras de teatro u organizar exposiciones de arte. No podíamos sintonizar los canales de radio que emitían programas palestinos de otros países árabes. Incluso se prohibió a los jóvenes llevar el keffiyeh palestino.

Nunca participé personalmente en una organización política o en la lucha armada, sino que me centré en el arte y la cultura: escribía poemas u obras de teatro, y me dedicaba a la pintura y la fotografía. De hecho, algunos de mis cuadros fueron confiscados por el ejército israelí en exposiciones en las universidades de Belén y Birzeit. La lucha política palestina se intensificaba cuando yo comenzaba mi licenciatura en Biología en la Universidad de Belén. Muchas facciones inspiradas en destacadas escuelas de pensamiento y resistencia se disputaban la atención y la participación de los estudiantes. Pero yo prefería trabajar con todas las personas sin estar afiliado a nadie. Siempre he creído que la lucha palestina es más grande que los partidos políticos o las personalidades, y mi pensamiento no ha cambiado hasta hoy.

Un debate sobre la formación de líderes en el marco de la iniciativa Beautiful Resistance. Foto. Alrowwad

La educación universitaria fue ampliando mis horizontes, y pronto me interesé por la lengua francesa. Cuando terminé mi tercer año, y cuando había adquirido cierto dominio del idioma, me concedieron una beca para ir a Francia a seguir estudiando. En aquella época era enormemente difícil conseguir un permiso de la ocupación israelí para salir del país o un documento de viaje israelí como estudiante palestino (ya que en aquella época no había pasaportes palestinos y yo no tenía ningún otro documento de viaje). Mi solicitud fue rechazada en múltiples ocasiones por las autoridades militares israelíes, y sólo en mi séptimo intento, un año después, conseguí el permiso para viajar a Francia. Si bien mi objetivo académico era hacer un máster y un doctorado en Ingeniería Biológica y Médica, Francia también me abrió nuevas y emocionantes oportunidades en el teatro, la pintura y la fotografía, y dediqué casi todo mi tiempo libre a mi pasión.

Volver a casa, explorar las posibilidades más allá de la violencia

Después de nueve años en Francia, volví a casa pensando que Palestina sólo había estado esperando que yo la salvara. Mientras empezaba a ganarme la vida con mi licenciatura en Biología, también empecé a trabajar como voluntario para formar a los jóvenes en el teatro. En mis interacciones con estos jóvenes detecté la misma alienación inquieta que había marcado mi propia juventud. Sus esperanzas y sueños estaban fijados en la idea de morir por su país, lo que me recordaba nuestros tiempos, cuando también soñábamos con ser feda’eeyin (luchadores por la libertad). Pero la vida me había dado la oportunidad de vivir otras posibilidades y adoptar otras formas de pensar, y quería decir a nuestra juventud que si la gente piensa que la única forma de cambiar algo es llevar un arma y matarse entre sí, entonces todos perdemos una parte de nuestra humanidad. Fue entonces, en 1998, cuando fundé el teatro Alrowwad con un grupo de amigos, centrado en la filosofía que yo llamo «Hermosa Resistencia».
«Alrowwad» se fundó en 1998 para aprovechar la creatividad de la juventud palestina y promover la oposición pacífica a la ocupación israelí basándose en la filosofía de la «Bella Resistencia». Imagen. Alrowwad

Nos inspiramos en los movimientos internacionales de resistencia, que han dado forma al mundo: las imágenes de Gandhi, Martin Luther King, Malcolm X, Nelson Mandela, Che Guevara y muchos otros encendieron nuestra conciencia política. Las historias de la resistencia vietnamita contra la colonización francesa y la posterior invasión estadounidense, y la resistencia sudafricana contra el régimen del apartheid nos dieron esperanza. Desde el punto de vista religioso, también me inspiraron los profetas que resistieron a las dictaduras y a los opresores, Abraham, Moisés, Jesús y Mahoma (la paz sea con ellos). La mayoría de los palestinos practicaron la lucha no armada contra la ocupación israelí. La resistencia pacífica practicada por Gandhi y Martin Luther King también tuvo un enorme seguimiento. Siempre me ha parecido bastante ilógico e incoherente cuando la gente caracteriza la lucha armada como «violencia». En mi opinión, la resistencia contra la opresión, la ocupación y la injusticia está permitida por todos los medios, y la resistencia legítima, incluso la lucha armada, no puede calificarse de violencia. Por eso utilizo el término «lucha no armada» en lugar de no violencia.

Beautiful Resistance anima a la juventud palestina a abrazar la vida y sus múltiples posibilidades creativas a pesar de la realidad opresiva de sus vidas. Imagen. Alrowwad . 

Considero que todo acto legal de resistencia contra la injusticia o la ocupación o la dictadura es un hermoso acto de humanidad, y por eso he imaginado el concepto y la filosofía de Beautiful Resistance (Resistencia Hermosa) contra la fealdad de la ocupación y su violencia. Elegí la resistencia a través de las artes, la cultura y la educación; el avance de la creatividad para promover la vida, e inspirar esperanza. Quiero dar a los niños y a otras personas la oportunidad de expresarse de forma pacífica, bella y creativa, y de valorar el hecho de vivir, en lugar de morir, por su país o por cualquier otra causa que defiendan.

Me gustaría allanar el camino para construir la paz dentro de los individuos, que luego podrían convertirse en constructores de la paz en sus comunidades y en el mundo. Mi elección de formas de resistencia pacíficas y creativas no significa en absoluto que condene la lucha armada legítima de los pueblos oprimidos o de los que están bajo ocupación, y por eso hago la distinción entre la lucha armada legítima y legal en contraste con el terrorismo y la violencia contra personas inocentes.

La juventud palestina: ¿Hay un futuro sin violencia?

Beautiful Resistance es un intento honesto de construir un futuro nuevo y creíble para la juventud palestina, pero sus preceptos pueden aplicarse también a los pueblos oprimidos de otras partes del mundo. La ocupación israelí y su violencia son las que más afectan a nuestras  niñas y niños: su voluntad de morir significa la ausencia de un futuro tangible en sus mentes y, obviamente, la falta de cualquier vida bajo la ocupación. Empecé con nuestras  niñas y niños  porque no pude evitar la sensación de que las personas adultas les hemos fallado a todos los niveles. Si una niña o niño piensa que es mejor morir que vivir, entonces todo lo que los adultos les han ofrecido es desesperanza y desesperación. Beautiful Resistance trata de promover la vida e inspirar esperanza, de ofrecer posibilidades a través de las artes escénicas y visuales, la cultura y la educación. Empecé con el teatro, porque creo que es una de las formas de expresión más sorprendentes y poderosas, que permite a los individuos contar sus historias y narrar su historia. Además, el proceso íntimo e intenso de expresarse también expulsa la ira, el estrés, la presión y la frustración del interior del cuerpo y la mente, liberando en última instancia el espacio necesario para que la paz se desarrolle y florezca. Quería que los niños estuvieran en el escenario como actores, que dijeran lo que quisieran y que gritaran todo lo que quisieran. Ellos fueron las estrellas que fueron aplaudidas y admiradas por su talento y creatividad… se creó una nueva conexión entre estos niños y el público palestino, que llegó a todos a un nivel personal y humano con energía positiva. Más tarde, un público internacional más amplio también abrazó la honesta esperanza que hay detrás de nuestro esfuerzo.

Al sumergirse en la música, el arte y el teatro, los jóvenes del campamento de Aida han encontrado una posible salida al sufrimiento y al estrés de sus vidas. Foto. Alrowwad

Un par de años después de haber puesto en marcha Alrowwad, comenzó la segunda intifada en 2000. Los toques de queda y las incursiones se multiplicaron, y las escuelas se cerraron con frecuencia, lo que supuso un inmenso estrés y presión para los niños. Respondimos añadiendo más actividades a nuestro programa: dabka (danza folclórica palestina), música, fotografía, vídeo, biblioteca y un centro informático. Los profesores se ofrecieron para ofrecer clases a las niñas y niños con problemas de aprendizaje y a los que sufrían traumas. También creamos un espacio para la participación de padres y madres en nuestros programas, especialmente de las madres, porque creo que las mujeres son las verdaderas artífices del cambio en la sociedad. Todos nuestros esfuerzos iban dirigidos a crear la posibilidad de paz y calma dentro de los individuos para que pudieran pasar a ser constructores de paz en sus propias comunidades y más allá.

Cuando fundé Alrowwad, dije: «Con o sin dinero, lo hacemos». Quería que la gente que viniera a apoyarnos entendiera que éramos más una causa política que una mera causa humanitaria. Éramos una respuesta única al robo de nuestras tierras, a la ocupación colonial, a la opresión y a nuestra continua deshumanización y, de hecho, a través de nuestro trabajo reivindicábamos enérgicamente nuestra cultura, nuestro arte, nuestra comida, nuestros bordados y nuestra historia. Quería que nuestros partidarios nos entendieran y consultaran con nosotros, y que respondieran a nuestras necesidades y prioridades con cuidado y previsión. Quería que se sintieran orgullosos de lo que podíamos conseguir juntos como socios, no como meros benefactores en la forma más pasiva y humillante de la caridad. No quería que arrojaran algunas migajas sobre la mesa y que obtuvieran satisfacción por mantener a los necesitados eternamente privados e indigentes. Esa es también la razón por la que quise que Alrowwad fuera independiente, que no estuviera bajo el paraguas de ningún partido político, sino que pudiera colaborar con todo el mundo en beneficio de los refugiados palestinos, de la comunidad del campo de refugiados de Aida y de los palestinos en general.

Aunque la comunidad del campo de Aida en general acogió con satisfacción las oportunidades que Alrowwad ofrecía a sus hijos, al principio también desconfiaban de la visión más amplia de la organización. Imagen. Alrowwad

La respuesta de la comunidad

Como era de esperar, la respuesta del público a Alrowwad y Beautiful Resistance fue muy variada y a veces conflictiva, y tuvimos que estar atentos a las necesidades y actitudes divergentes. Las familias se alegraron de que sus hijos emplearan su tiempo de forma positiva y productiva. Algunas madres y padres enviaban a sus hijos a programas educativos y complementarios, mientras que otros se alegraban de las oportunidades de jugar y relajarse. Algunos se interesaban por las artes y estaban encantados de descubrir los talentos ocultos de sus hijos.

Algunos se interesaban por las artes y estaban encantados de descubrir los talentos ocultos de sus hijos. Algunos querían que las niñas estuvieran separadas de los niños en los programas en los que participaban, así que tuvimos que ajustar algunos de los programas para responder a esa petición. Algunas personas miraron a Beautiful Resistance con recelo: ¿acaso Alrowwad considera feas otras formas de resistencia? ¿Hay una agenda política detrás de la iniciativa? ¿Es sólo una estratagema para satisfacer a los europeos y a los estadounidenses? Algunos pidieron más información sobre el significado de Beautiful Resistance, y otros lanzaron acusaciones sin tener la curiosidad de saber más sobre la organización.

Desde el principio, he tenido muy clara la visión de Beautiful Resistance: La resistencia contra la opresión, la ocupación, la dictadura y la injusticia es un hermoso acto de humanidad, ya sea armado o desarmado. No hay resistencia fea. La mayoría de las personas de todo el mundo, incluida Palestina, creen en la resistencia pacífica, mucho más que en la lucha armada. Podemos estar de acuerdo o no con las opciones de los demás y su práctica de la resistencia, pero es lícito resistir a la opresión por todos los medios según todas las leyes del mundo. Además, Beautiful Resistance no compromete los derechos, valores, necesidades y prioridades de las personas. En lugar de responder a las agendas de los partidos políticos o de los donantes, Alrowwad se centra en las necesidades y prioridades del pueblo palestino. Rechazamos la financiación condicionada, o la que no tiene en cuenta las necesidades de la comunidad, o que no respeta la dignidad de los beneficiarios.

Los jóvenes, hombres y mujeres, que se inician en Alrowwad cuando son niñas y niños, siguen adelante con sus vidas, adoptan diversas perspectivas políticas, pero su arraigo en el arte, el teatro y la danza les proporciona siempre una perspectiva creativa y significativa de la vida.
Imagen. Alrowwad

Los niños con los que empezamos se han convertido en adultos. Algunos de ellos siguen compartiendo nuestra visión, y otros no. Pero, la mayoría de ellos están comprometidos con el arte, el teatro o la danza. Algunos son independientes y otros están afiliados a un partido político, pero seguimos estando abiertos a todo el mundo, y trabajamos con todos si eso sirve a nuestra gente, y el esfuerzo es fiel a nuestros valores y a nuestra causa. Beautiful Resistance tiene sus partidarios, tanto a nivel local como internacional. En teoría, los dirigentes políticos palestinos apoyan la visión y el trabajo de Alrowwad, y se asocian con nosotros en algunos de los programas. Pero, sobre todo, su apoyo es moral y, en raras ocasiones, financiero. Las artes y la cultura no parecen ser una prioridad en la financiación y, en consecuencia, muchas instituciones culturales y artísticas se enfrentan a enormes desafíos. Nosotros, sin embargo, seguimos trabajando y centrándonos en nuestra labor. Cuando tenemos dinero, ampliamos nuestras actividades; cuando el dinero escasea, nuestras opciones se reducen, pero el trabajo sigue adelante.

Desafíos políticos: Entender el contexto

La postura política de Alrowwad ha desafiado las formas establecidas de compromiso sociocultural en Palestina, y eso ha tenido sus consecuencias financieras para nosotros como organización. Se ha dispuesto de una cantidad considerable de fondos para lo que podría llamarse «proyectos de normalización» en los que participan socios palestinos e israelíes, y posiblemente otros asociados. Alrowwad no cree en la «normalización», y no se ha asociado con grupos israelíes, porque creemos que la lucha palestina es una causa política y no un «conflicto» entre personas. Nuestra lucha es contra una ocupación militar y colonial ilegal. Aunque es posible que algunos israelíes quieran comprometerse con los palestinos, en mi opinión su papel en este momento no me corresponde. El hecho de que israelíes y palestinos se unan crea una falsa impresión de compromiso democrático por parte de un régimen de ocupación. Es un intento engañoso de resolver un problema que no existe, un problema de antipatía entre individuos, que en sí mismo es una premisa falsa.

La historia reciente muestra claramente que las negociaciones de paz o los proyectos conjuntos entre palestinos e israelíes no han tenido realmente éxito ni han conducido a ningún cambio político. La ocupación se basa esencialmente en la segregación: se siguen construyendo colonias en tierras palestinas; se siguen levantando muros ilegales que destruyen la economía de las aldeas; la limpieza étnica no ha cesado; la detención administrativa ilegal de personas inocentes, incluidos niños, se produce con regularidad; y todas las demás formas de violación de los derechos humanos de los palestinos y del derecho internacional continúan sin cesar. En el propio Israel, los palestinos, que constituyen el 20% de la población, son tratados como ciudadanos de segunda clase. Por ello, sugiero que los israelíes empiecen por establecer la justicia y la igualdad entre ellos, y garanticen la igualdad de derechos y oportunidades a los palestinos que tienen la nacionalidad israelí, o que viven en zonas ocupadas por Israel, como Jerusalén. Deberían detener el proceso de colonización y desmantelar el muro ilegal, así como su ley de apartheid.

Deberían detener el proceso de colonización y desmantelar el muro ilegal así como sus leyes de apartheid antes de venir al otro lado del muro con falsas pretensiones. Mientras no estemos en igualdad de condiciones, trabajar juntos no es una opción, aunque esto mantenga secas las fuentes de financiación de organizaciones como Alrowwad.

Con su imaginación, los niños pueden crear mundos que los adultos no pueden concebir. Imagen. Alrowwad
Los niños nos inspiran a cuestionar la violencia y la opresión

A pesar de estas dificultades, nuestra «Bella Resistencia» continúa. Con su especial compromiso con los niños, jóvenes y mujeres palestinos, Beautiful Resistance está haciendo un sincero intento de ayudarles a crear un nuevo futuro para ellos y su país. La idea convencional es que hay que explicar las cosas a niñas y niños, que hay que bajar a su nivel para que tengan sentido de un tema. Nosotros le hemos dado la vuelta a esa idea. Nuestra experiencia nos dice que niñas y niños están llenos de imaginación creativa, mucho más que las personas adultas. Niñas y niños pueden crear mundos que ningún adulto puede imaginar o entender. Pueden concebir y organizar juegos que a ningún adulto se le ocurren. Niñas y niños pueden obtener diversión de las cosas más simples, y pueden interpretar lo que ven o escuchan de formas impensables para los adultos. Por eso, Beautiful Resistance ha trabajado para subir al nivel de niñas y niños, y no para bajar. Hemos intentado aprovechar su creatividad y proporcionarles nuevas herramientas para su imaginación, de modo que puedan expresarse a través de las artes escénicas y visuales.

Los niños también son inmensamente sensibles a la opresión, sea cual sea. Cuando íbamos de gira con nuestros espectáculos por Europa o Estados Unidos, y cuando veían injusticias, podían identificarlas y señalarlas fácilmente. En 2005, hicimos una gira por Estados Unidos y pasamos una semana en Louisville, Kentucky. Aparte de nuestras propias actuaciones, también realizamos talleres conjuntos con niños afroamericanos, y después de unos días, al ver sus condiciones de vida y sus luchas diarias, algunos de nuestros niños reflexionaron: «tienen los mismos retos que nosotros», y «son incluso más pobres que nosotros». La opresión está en todas partes y tiene muchas caras, incluso en el país más rico del mundo. Nuestra relación con los niños palestinos se basa en el libre intercambio de ideas, y lo que aprendemos de ellos es mucho más de lo que podemos enseñarles. Estas giras internacionales permitieron a nuestros niños salir del campo de refugiados y de su vida bajo la ocupación, y pasar un tiempo en países libres. Pudieron descubrir que compartimos muchas cosas como seres humanos, y que estas similitudes deberían acercarnos los unos a los otros. También experimentaron las diferencias, y se dieron cuenta de que las diferencias son grandes regalos, que deberían enriquecernos y no hacernos temer a los demás. Reconocieron que los seres humanos compartimos y defendemos esos valores que llamamos libertad, paz, justicia, igualdad y amor, independientemente de nuestro color o religión.
A través de Beautiful Resistance, niñas y niños palestinos encontrarán una salida creativa a la injusticia y a la adversidad que sufre hoy su país. Foto. Alrowwad

El trabajo continúa………

Han pasado más de dos décadas desde que fundamos Alrowwad. Aunque la situación política en Palestina se ha vuelto más compleja y difícil, nuestro trabajo continúa. Lo más importante es que, a pesar de todas las tensiones que conlleva la gestión de una pequeña organización sin ánimo de lucro, hemos seguido siendo independientes, sin estar dispuestos a promover programas dudosos en aras de la financiación. Nuestro compromiso con las necesidades de la comunidad y las prioridades de la gente no ha cambiado, sea cual sea la situación de nuestra financiación, y eso se nota en la coherencia de nuestro trabajo. Estamos muy orgullosos de nuestros logros: el primer grupo de teatro infantil con formación profesional en el sur de Palestina, el primer programa de formación profesional en fotografía y producción de vídeo, el primer festival de cine al aire libre con proyección sobre el muro ilegal de expansión y anexión, el primer festival de cuentos populares palestinos, el primer «programa de educación de apoyo» para niñas y niños con traumas y dificultades de aprendizaje. Y nuestro trabajo ha sido reconocido tanto a nivel nacional como internacional. Pero lo más satisfactorio de nuestro trabajo ha sido la integración del arte y la cultura en las vidas de los jóvenes metidos en la opresión y la violencia. Han encontrado una salida a su desesperante realidad a través de la expresión creativa, y sé que un día liberarán a su tierra de la propia opresión. Mostrarán el camino utilizando la Hermosa Resistencia.

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Abdelfattah Abusrour es el fundador de «Beautiful Resistance».

Algunas fotografías utilizadas en el artículo se han tomado de fuentes abiertas en Internet.

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