Palestina: continúan las acciones a favor – incluidas las más drásticas

(Euskara)

Mientras continúa el genocidio palestino y la destrucción de sus hogares e infraestructura por el ejército de Israel, la protesta se multiplica en un intento de llamar la atención y revertir la situación. El domingo pasado se celebraron simultáneamente manifestaciones en las cuatro capitales vascas. Siendo convocadas por el movimiento BDZ (Boycott, Desinvereción y Sanciones (por sus siglas en euskera)), uno de los objetivos fue la céntrica sede de McDonalds de Donostia, ya que está acusada de colabora con el estado sionista. (Para más información: movimiento BDZ de Euskal Herria).

McDonalds es acusada de ofrecer apoyo público a Israel, que ha sido correspondido de alguna forma por ese gobierno. En el caso de McDonalds Israel, la franquicia inició una campaña en que ofrecía comidas gratuitas y con descuento a los soldados y fuerzas de rescate israelíes tras el atentado de Hamás del 7 de octubre. Según la propia empresa, obsequió a las fuerzas armadas y hospitales con 100.000 comidas gratuitas, por valor de 1,3 millones de dólares. Pronto ocurrirían las represalias y el bombardeo indiscriminado que dura hasta ahora, y el primer bombardeo de un hospital de Gaza con cientos de muertos. La firma no actuó de la misma forma, quedando patente su postura: la misma que los gobiernos occidentales en el resto del mundo.

La lista de empresas que colaboran con el estado sionista de Israel es larga. Como propone BDZ, con algunas se puede plantear el no usarlas, no consumir sus productos (boicot). Con otras, acciones para llamar la atención de su colaboracionismo o campañas para conseguir la desinversión en ellas de gobiernos e instituciones. Algunas no nos quedan muy cerca como para es. El gigante de la distribución Amazon proyectaba abrir un centro logístico en Oiartzun, cerca de Donostia. En mayo 2022 decidió no hacerlo, entre otras razones, por la fuerte oposición local. Amazon es una de las firmas contra las que se dirigen los esfuerzos de boicot y denuncia. En ese caso, lo que nos queda es no usarla.

En cambio, aquí tenemos una de las empresas contra las que BDZ impulsa su boicot y desinversión, que no es otra que CAF. En su caso, es clara la involucración y apoyo de las instituciones locales, también en concreto en los proyectos que impulsa en Israel. El pasado enero CAF fue foco de acción, realizándose concentraciones en Donostia, una acción en Castejón en Trenasa- CAF, y una manifestación nacional en Ordizia y Beasain. Otras empresas vascas que tienen lazos con el gobierno de Israel son M Torres, ITP Aero, Sener o la empresa armamentística Sapa, del presidente de la Real Sociedad, Jokin Aperribay, y su familia.

 

Pero sin duda, el actual estado de colaboración con el estado sionista por parte occidental, no se reduce sólo a su no injerencia y apoyo militar al estado de Israel ante la masacre, que, obviamente, se suma a la ayuda ya ofrecida a este estado hasta ahora. La no-intervención occidental y el alto grado de hipocresía que supone, tiene como resultado la opción por fórmulas más drásticas para llamar la atención y denunciar la responsabilidad en el genocidio. La última más conmovedora ha sido la inmolación de un soldado usamericano rechazando el seguir apoyando a Israel desde su gobierno y ejército. El hacerlo desde un supuesto planteamiento anarquista, ha hecho que activistas motivados por esta corriente salieran al paso para analizar los motivos y las posibles consecuendias de este acto. Aquí el texto de CrimethInc. que hemos traducido desde A Planeta para ellas.

En el mismo sentido, CrimethInc. también ha publicado un análisis sobre la situación en Palestina por uno de sus activistas en la zona, de Jaffa. El activista de Anarquistas contra el Muro concluye que «El discurso de los derechos humanos ha fracasado en detener el genocidio en Gaza». A la vez que se hace eco de los intentos por superar la inoperancia, hace un llamado a buscar nuevas fórmulas por las que el estado Israel se siente avergonzado por sus actos y marginado en el escenario internacional.

Otros esfuerzos de solidaridad anticolonial, explica por qué no debemos esperar que las instituciones internacionales o los movimientos de protesta de la sociedad israelí pongan fin al genocidio de Gaza y hace un llamamiento a la gente corriente para que pase a la acción.

(Aquí y aquí informes previos de acciones)

El domingo 25 de febrero (CrimethInc.) recibimos un correo electrónico de una persona que firmaba como Aaron Bushnell.

Decía así: «Hoy, estoy planeando participar en un acto extremo de protesta contra el genocidio del pueblo palestino. Los siguientes enlaces le llevarán a una transmisión en directo y a imágenes grabadas del acto, que será muy perturbador. Les pido que se aseguren de que las imágenes se conservan y se informa sobre ellas».

Hemos consultado la cuenta de Twitch. El nombre de usuario que aparecía era «LillyAnarKitty», y el icono de usuario era un círculo A, el significante universal del anarquismo: el movimiento contra toda forma de dominación y opresión.

En el vídeo, Aaron comienza presentándose. «Me llamo Aaron Bushnell. Soy miembro en activo de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos y ya no seré cómplice del genocidio. Estoy a punto de participar en un acto extremo de protesta, pero en comparación con lo que la gente ha estado experimentando en Palestina a manos de sus colonizadores, no es extremo en absoluto. Esto es lo que nuestra clase dominante ha decidido que sea normal».

En el vídeo se ve cómo Aaron sigue filmando mientras se dirige a la puerta de la embajada israelí en Washington DC, cuelga el teléfono, se rocía con un líquido inflamable y se prende fuego, gritando varias veces «Palestina libre». Cuando se desploma, los agentes de policía que habían estado observando el desarrollo de la situación entran en escena: uno con un extintor y otro con una pistola. El agente sigue apuntando con la pistola a Aaron durante más de treinta segundos mientras Aaron yace en el suelo, ardiendo.

Después, la policía anunció que había llamado a su Unidad de Desactivación de Explosivos, aunque no había explosivos en el lugar.

Desde entonces hemos confirmado la identidad de Aaron Bushnell. Sirvió en las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos durante casi cuatro años. Uno de sus seres queridos nos describió a Aaron como «una fuerza de alegría en nuestra comunidad». Un post on-line lo describió como «una persona increíblemente gentil, amable y compasiva que dedica cada minuto y cada céntimo que tiene a ayudar a los demás. Es gracioso, hace reír a cualquiera y no haría daño a una mosca. Es un anarquista de principios que vive sus valores en todo lo que hace».

Los amigos de Aaron nos dicen que ha fallecido como consecuencia de sus heridas.

edificios pintarrajeados propiedad de una empresa inmobiliaria que alquila una oficina en Londres a la empresa de defensa israelí Elbit Systems.

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Resultado de un bombardeo en Gaza. (CrimethInc.)

El discurso de los derechos humanos no ha logrado detener el genocidio en Gaza

Llevamos ya más de 120 días de un ataque israelí sin precedentes contra Gaza. Sus terribles repercusiones y nuestra incapacidad para ponerle fin deberían obligarnos a reevaluar nuestra perspectiva sobre el poder, nuestra forma de entenderlo y, lo que es más importante, lo que tenemos que hacer para combatirlo.

En medio de la sangre derramada, los interminables días de muerte y destrucción, la insoportable escasez, el hambre, la sed y la desesperación, las incesantes noches de fuego y azufre y fósforo blanco lloviendo indiscriminadamente del cielo, debemos enfrentarnos a la cruda realidad y remodelar nuestras estrategias.

Acción de una empresa de venta de armas a Israel en el Reino Unido. (CrimethInc.)

Las víctimas mortales registradas oficialmente -además de las muchas personas palestinas que permanecen sepultadas bajo los escombros y que aún no figuran en el recuento oficial- suponen ya la aniquilación de casi el 1,5% de toda la vida humana en la Franja de Gaza. A medida que Israel intensifica sus ataques contra Rafah, parece que no hay final a la vista. Pronto se habrá extinguido la vida de uno de cada cincuenta habitantes de Gaza.

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Edificio pintado de una inmobiliaria que alquila una oficina a la empresa de defensa israelí Elbit Systems en Londres. (CrimethInc.)

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