Valencia: la revolución hidrológica (*)

Una serie de consideraciones tras el desastre de Valencia de estos días y su reacción

Martintxo Mantxo

(Euskara) (English) (Português)

  • Leer más sobre la DANA aquí, por Antonio Aretxabala

(Actualizado 24 de noviembre 2024)

La «revolución hidrológica»: parafraseando a Carlos Mazón y cómo él se refirió al fenómeno metereológico de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) del 29 de octubre. Lo que sí  provocó la DANA fue una revolución social durante los días posteriores, con la participación de miles de personas voluntarias que llegaron de todas partes y con un tremendo esfuerzo colectivo para restablecer las condiciones de vida en los pueblos arrasados. Así mismo, el 14 de noviembre tuvo lugar una gran manifestación en Valencia, con la participación de más de 150.000 personas y que se considera la mayor de la historia de Valencia. Esta manifestación,  fue la expresión dos semanas después, de un pueblo afectado, cansado y sobre todo defraudado por su clase política e instituciones.

Desde la serenidad que podemos gozar viviendo de lejos ese desastre, pero también tan impresionado como tantos por su magnitud, quiero recoger aquí una serie de reflexiones de estos días sobre el desastre que ocasionó la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) en l’Horta de València1. La mayoría ya oídas, otras son reflexiones que te llevan a otras, y todas corresponden con una actitud crítica con el Poder y con un sistema basado en la codicia e irrespetuoso con la Naturaleza y las personas. Porque, en cierta forma, y como estamos comprobando a muchos niveles, este desastre es la constatación de muchas de esos planteamientos y reflexiones anteriores.

Reconocimiento de la crisis climática como factor

Una de las constataciones con esta tragedia es su conexión con la emergencia climática. Así lo planteaba el presentador Pedro Piqueras, pero también ayer en el canal autonómico vasco EiTB en el que su presentador, Arnaitz Fernández, se hacía eco de los análisis del World Weather Attribution. Esta institución remarca la conexión de lo desmesurado de este evento climático con el calentamiento global: “la intensidad de la lluvia aquel día según el World Weather Attribution fue un 12 % mayor debido al cambio climático”, explicaba Fernández2.

Para continuar: “Este evento se produjo con un doble de probabilidad con respecto a la era preindustrial, también debido al cambio climático de origen antropogénico. Por lo tanto, cabe esperar que la frecuencia de este tipo de eventos aumenten, por lo que hay que prepararse por que lejos de descender la temperatura a nivel global, la estamos aumentando”. Podríamos añadir, que preparase sí, pero sobre todo tenemos que poner los medios para que esas temperaturas no aumenten (el reducirlas parece menos factible), algo para lo que llevamos muchas décadas (desde los 1980 o incluso antes), muchas cumbres (ahora otra nueva, la 29ª!) y muchos dinero sin que nos lo tomemos en serio. (ATENCIÓN, Humanidad: hoy ya superamos el límite de 1,5 ºC que se fijó en el Acuerdo de París!3)

Igualmente, la Naciones Unidas tampoco dudan en relacionar la DANA que asoló Valencia con el cambio climático. Su titular principal leía: «Las mortales inundaciones en España ponen de relieve la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero»4. Mientras que la OMM (Organización Meteorológica Mundial) también dependiente de la ONU establecía que la DANA no fue un «fenómeno aislado, sino un reflejo de una creciente tendencia global hacia la intensificación de eventos climáticos extremos relacionados con el cambio climático».

El que se plantee con esa rotundidad en los medios y por organizaciones de tanto peso, sólo corrobora algo que venimos diciendo desde hace mucho. Pero además, este desastre ocurría sólo días antes de empezar otra Cumbre del Clima falsa, la COP29 en Bakú, (Azerbaiyán), nuevamente un estado productor de energía fósil.

Y lo dicho, antes de que los negacionsitas vuelvan a responder, lo que supone es eso: que las probabilidades aumentan y los efectos también. Claro que, eso ha ocurrido también antes. El efecto se conoce en Valencia como las pantanás. La de 1957… la de 1982, 1983, 1987… Ya lo cantaba Raimon «Al meu país la pluja no sap ploure/o plou poc o plou massa/si plou poc és la sequera/si plou massa és la catàstrofe»5. La cosa es que, ahora la frecuencia será mayor y los daños también.

Imagen satelital de Valencia en la que se aprecia el lodo (NASA)

Reconocimiento de la labor ecologista

El mismo Pedro Piqueras debió sacar el tema de un proyecto de urbanización que se propuso en la Rambla del Poyo y que no salió adelante por la acción de los y las ecologistas. La rambla, es eso: una zona de evacuación hídrica que no tiene un caudal constante, por lo que muchas veces está seca. Uno de los problemas del desastre que se vivió, como en muchos otros casos de inundaciones en otros lugares, es la invasión de esos cauces y zonas inundables. Dentro de los problemas que sufre esa rambla en concreto tenemos la invasión con “huertos, edificaciones, incluso viviendas”6. Y la cementación del territorio que impide absorber.

Como el mismo Piqueras apuntó, de haber salido ese proyecto adelante estaríamos hablando de una tragedia mucho peor. Y como ecologista, o persona que nos hemos opuesto a tantas infraestructuras, a tanto cementorio, es una constatación de nuestros planteamientos y una demostración de que pese a tratarnos de pesadas, muchas veces tenemos razón. O si fuera sólo eso, porque el oponerse a un proyecto es oponerse a muchos beneficios para empresas y para ejecutivos, o hasta para los que se llevan una mordida o un puesto después en las puertas giratorias: muchas veces son insultos, amenazas, o hasta campañas mediáticas. En éste caso, por ejemplo, el activista climático Fernando Valladares denunció amenazas de negacionistas. Se da el caso que además de ser una persona con mucha proyección, se trata de un investigador del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas). O pueden derivar hasta agresiones físicas, detenciones y encarcelamientos o peores desenlaces (no nos olvidemos que por las mismas cosas muchas compañeras y compañeros son incluso asesinadas – la lista es larga). Porque, además, oponerse a un proyecto, o a el modelo y todos los proyectos que proponga, es una cuestión de convicción, pero se hace pesado y rara vez se valora. Por eso apreciamos también cuando alguna vez se reconoce públicamente.

En otro informativo, apuntaban que el mayor centro comercial de Valencia se construyó en zona inundable. Sí, ese es Bonaire. Uno de varios centros comerciales, porque con uno no vale. Las fotos de Bonaire previo al desastre hablan por si solas: estanques con fuentes arrojando agua, edificaciones de tubos de metal y cristal, esculturas… Bonaire es hoy epicentro de la destrucción, totalmente repleto de lodo. Su garaje subterráneo de dos plantas de más de 1.200 m2 cada una, tenía capacidad para más de 5.700 vehículos. El garaje se inundó en cuestión de minutos. No estaba lleno, pero muchos de esos vehículos quedaron allí. El 4 de noviembre, casi una semana después, consiguieron entrar, esperándose hallar ahí dentro lo peor. Por ahora parece que la presencia de personas en aquel momento no era muy alta.

Va de presentadores/as: hasta Julia Otero concluyó sabiamente: “Las aguas furiosas nos recuerdan que la naturaleza manda mucho, porque ya estaba allí antes que nosotros”. Totalmente. Y tristemente, porque esa frase incide además en nuestra segregación de la Naturaleza, de la que somos obviamente parte, y con la que tendríamos que cuidar más nuestras conexiones.

Mapa de AEMET mostrando la DANA

Otra reivindicación ecologista de la zona ha sido el cierre de la central nuclear de Cofrents, a 60km de la ciudad de Valencia. Esta central se puso en marcha en 1984, por lo que tiene ya 40 años y ha superado ya su vida duración prevista. Como otras nucleares estatales, su cierre se pospuso en 2021 hasta 2030, pese al cúmulo de incidencias que atesora y las probabiliaddes cada vez mayores de sufrir un accidente. Ante el desastre de la DANA, la plataforma Tanquem Cofrents plantea si «¿Nos podemos fiar de estos políticos para gestionar una emergencia como un accidente en Cofrentes, con dos presas aguas arriba de la central tan cerca de una zona tan poblada?».

Río arriba de la central se sitúan las presas de Contreras y Alarcón. Recordemos que con la DANA se desbordaron los ríos Magro (casi desborda su embalse, el de Forata) y Xuquer, y el Turia, y el Barranco de Chiva (Rambla del Pollo); en Aldaia, el agua se llevó las compuertas del barranco de La Saleta que servían de contención; y colapsaron los puentes de estos ríos, generalmente por la acumulación de basuras, árboles y coches. Al colapsar, estos provocaban olas enormes que inundaron las poblaciones.

El coche: víctima y verdugo

Pero sí, una de las imágenes más contundentes de esta DANA es la acumulación de coches dejados por el agua bloqueando calles. Los coches arrastrados y acumulados hicieron de barrera (como se demuestra en muchas fotos) impidiendo al agua fluir como precisaba y agravando la situación.

Pero en sí, es la imagen de una de las causas del desastre, el coche, tan valorado, y ahora objeto de desecho. Si el cambio climático es el causante en gran medida de este evento meteorológico extremo, sin duda el coche es uno de sus responsables, pues la movilidad motorizada individualizada es una de las mayores fuentes de gases de efecto invernadero.

Además de ese aspecto ligado a la contaminación y a la quema de combustibles fósiles, tenemos otro que muchas veces se nos escapa al criticar al coche, y que es también de gran impacto, como es el uso de nuestro espacio y territorio para esa forma de locomoción. O de no locomoción, porque la gran parte del tiempo está ahí, inamovible. A todo el espacio que precisa para moverse (carreteras, viales, entradas, etc) les sumamos todos los aparcamientos y espacios para aparcar, que, en la mayoría de los casos, se destinan de nuestro espacio comunitario.

Una damnificada del actual desastre también vivió el de 1957. Ella comparaba los dos desastres y sólo percibía una diferencia: que entonces no había tantos coches. Sí, esa imagen es la imagen de la destrucción, para muchos la pérdida de su bien más querido, al que destina gran parte de su sueldo, y sin el que no sabe vivir, ni moverse. Ahora tendrá que buscar otras formas.

Uno de los retos es limpiar, sacar escombros, obstáculos que impiden la movilidad y la restitución de la normalidad. Sin duda, todos esos coches inutilizados son los mayores obstáculos o lo más difícil de apartar o eliminar. Con ello tenemos otra situación: la creación de forma acelerada de miles de toneladas de basura de muy distinta índole, casi imposible de separar y reutilizar/reciclar y para la que precisamos más … espacio. ¿A dónde llevamos todos esos vehículos inutilizados?

Un amigo argentino me decía “sin leer uno ve la foto y piensa: que sabia la naturaleza para restablecer el equilibrio … de un plumazo sacó de circulación unos cuantos autos”. Esa es la lectura de la foto también. El problema es que si la Naturaleza es sabia, de nosotros no podemos decir lo mismo, porque después de ver este desastre (y otros) y nuestra responsabilidad, en seguida sustituiremos todo ese parque de coches por otro nuevo.

Coincidencias: El Principio de Peter

La vida está llena de coincidencias. Por lo menos la mía. A pocos días de ocurrir el desastre, ayer, me encontré este libro: «El Principio de Peter». Coincidencia, porque yo no lo buscaba, y lo encontré en el momento adecuado. No creo que muchos conozcan el principio que este pedagogo canadiense formuló y que es tan clarificador en esta situación. Y es coincidencia porque lo escribió en 1969 (mis mismos años ¡Unos pocos!) y no habiendo sido reeditado, totalmente olvidado, me aparece hoy.

El Principio de Peter establece que “el ser humano tiende a ascender hasta llegar al nivel de su incompetencia. El resultado de tan irracional escalada está a la vista: guerras, deterioro medioambiental, injusticias sociales, carreras a ninguna parte… Si el hombre quiere rescatarse a sí mismo de una futura existencia intolerable debe, en primer lugar, ver a qué punto de no retorno le conduce su insensata escalada”. ¿Es o no es adecuado para el análisis que nos ocupa?

Lo tremendo es que habiéndolo escrito entonces, supone que son muchos años de acceder incompetentes a puestos de responsabilidad. Igualmente, el hecho que no ocurre sólo aquí, sino también en Canadá, en Estados Unidos… en todo el mundo. La Humanidad, como el dice. Y ese aspecto geográfico unido al temporal supone muchos incompetentes y muchos resultados nefastos.

De los muchos casos que él cita, uno es especialmente próximo (tengamos en cuenta que era en 1969 y que es en los Estados Unidos): “He visto a urbanistas supervisar el desarrollo de una ciudad en la zona de crecidas de un gran río, donde es seguro que se verá sometida a inundaciones periódicas”.

La coincidencia es máxima, porque por si algo se ha caracterizado el desastre de la DANA de Valencia, ha sido por la incompetencia de los dirigentes. Estos y los anteriores. Ahora son de derechas: la coalición PP y Vox (extrema-derecha en su caso). De inicio, nos han recordado que una de las 1ªs medidas de este gobierno fue el suprimir la recién creada Unidad Valenciana de Emergencias (UVE). Fue creada el 17 de febrero de 2023 para intervenir en situaciones de crisis provocadas por fenómenos naturales (inundaciones, tormentas invernales, terremotos) y otras como incendios forestales, y cerrada en noviembre del mismo año por el nuevo ejecutivo.

Vox se apuntó al negacionismo, estilo Trump (Abascal ya le ha felicitado por su victoria en las elecciones). Dentro de sus propuestas y de las políticas que han aplicado en los ayuntamientos que han gobernado con PP tenemos la no aplicación de las zonas de bajas emisiones (ZBE) y el desmantelamiento de carriles bici8 (el caso más conocido el de Luis Martínez-Almeida (PP) en Madrid, que en su caso lo llevo a cabo en solitario). Como es de sobra conocido, las ZBE son zonas de restricción al tráfico motorizado, incluido el estacionamiento, para paliar la contaminación y sus consecuencias climáticas, y la ocupación motorizada. Esas medidas fueron aplicadas en ayuntamientos como Elx, Castelló y Palma de Mallorca, también afectadas por la DANA.

La periodista Graziella Almendral recuerda en un debate el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030 de las Naciones Unidas9. Almendral critica el desconocimiento de las zonas en riesgo por muchas instituciones y políticos, y que no se ha aplicado.

Pero sobre todo el escándalo se produjo al no haberse declarado la alerta desde el propio gobierno autonómico (Generalitat de Valencia), cuando sí se había alertado por otros medios. A las 13.00, Carlos Mazón volvió a minimizar la alerta, comunicando a la población que la intensidad del el temporal disminuiría a las 18.00 horas. Luego borró ese tweet. La Generalitat Valenciana declaró la alerta, enviándola a todos los móviles de la provincia de València a las 20:12, cuando muchas personas ya estaban atrapadas. AEMET (Agencia Estatal de Meteorología) había elevado la alerta a nivel rojo a las 7:36 de la mañana – más de 12 horas antes. Ahora sale a la luz que Mazón no asistió a una reunión de emergencia por la DANA. Las excusas de Mazón son variadas: falta de cobertura, que no contestó a la ministra porque no conocía su número, etc

La siguiente falla fue después del desastre , cuando no se coordinó la ayuda ni la asistencia ni con el gobierno central y resto de instituciones nacionales, ni con las locales. La Comunidad de Valencia tiene una legislación puntera en relación a emergencias. Ella plantea la creación de un mando único, y posteriormente la creación de 5 unidades, cosa que, al parecer, no ocurrió. Sin duda, el Principio de Peter se cumple a rajatabla, con personas en altos niveles responsables de gestionar la sociedad y mostrándose totalmente incompetentes.

Pancarta en la manifestación del 9 de noviembre. «Paiporta no perdona – Mazón a chirona» – Paiporta fue la localidad de mayor siniestralidad con 45 personas fallecidas.

Como decimos, estos son ahora, pero antes la falla corresponde a aquellos que permitieron construir en la rambla de El Poyo, o construir centros comerciales como Bonaire, que permitieron y participaron en la especulación y en la sobre-construcción, que son la razón de esta crisis. Son los Camps (presidente autonómico de Valencia 2003–2011), Eduardo Zaplana (presidente autonómico 1995 -2002), Rita Barberá (alcaldesa de Valencia 1991-2015), todos ellos sentenciados por corrupción relacionada con la especulación y la promoción inmobiliaria, junto a otras 60 personas, ente funcionarios y miembros del PP.

Porque quizás no recordemos, pero en España asistimos a lo que se denominó el Ladrillazo, o la burbuja inmobiliaria, un periodo en el que reinó la especulación y la construcción desmesurada10, y que sólo fue frenada con la crisis mundial del 2008. En ese periodo no hubo restricciones a la hora de construir y se hicieron verdaderas barbaridades. La región valenciana fue uno de sus escenarios. En diciembre de 2023, el presidente valenciano, Carlos Mazón, anunció la modificación de la Ley autonómica de ordenación del territorio, para la agilización de proyectos. Esto suponía, entre otras cosas, la eliminación de barreras de carácter ambiental, que impedían la construcción en ciertas zonas de interés o de riesgo. El problema no se limita a Valencia: en España existen 1 millón de viviendas construidas en zona inundable.

En el mismo sentido se posicionaba ante el desastre de la DANA, Vicent Partal en el editorial de VilaWeb: “Hace falta una oficina anti-inútiles (…) Ahora la norma es entrar (en la política) para servir, para gestionar los intereses privados bajo apariencias públicas”.

No es algo puntual, es Capitalismo

Sin duda, como desde una perspectiva ecologista podemos declarar, el problema no es puntual sino que corresponde a un contexto más amplio. Es el modelo, es el sistema. Es el capitalismo, que como decíamos, en la Comunidad Valenciana ha desarrollado una de sus formas más salvajes.

Nosotras llenas de fango, vuestras manos llenas de sangre.

Mi amigo residente en Valencia y miembro de Perifèries11, Rolando Morán me decía: «Esto pasa a pocas semanas, a dos semanas de iniciarse las obras de ampliación del puerto. El puerto funciona por debajo de sus capacidades, porque las empresas que lo gestionan no se pueden poner de acuerdo. A una le sobra espacio, y a otra le falta. Solución: ampliar».

El puerto es uno de los proyectos estrella del gobierno PSOE, junto a las ampliaciones de los aeropuertos de El Prat y Barajas (el TAV vasco-navarro, etc). Esa ampliación pretende convertir el puerto de Valencia en el mayor distribuidor de contenedores, elevando los siete millones actuales a 12. Los políticos se vanagloriaban de que tendrá la misma capacidad que el puerto de Nueva York. La oposición critica el espacio que se va a comer, mucho de ello de interés, las infraestructuras que se añadirán a él, sobre todo viarias, así como el tráfico adicional. Sin olvidar, que se sitúa en la misma ciudad, en la que viven muchas personas.

Nuevamente, la DANA ha dejado también claro, que ante una situación así, un modelo así (centralizado, dependiente) no es factible. Todas las mercancías del puerto están bloqueadas, y tras días sin circulación afectará a todo el mercado y la economía. A todo ello podemos añadir, que este proyecto sólo incide en un modelo capitalista importador, de dependencia económica, que, en este caso, va en detrimento de la economía local, su producción y su sostenibilidad.

«Y esa ampliación, conlleva, aparte de lo que se destroza para adentro con ampliación de carreteras, más destrucción de la Huerta. Según dicen, hay otras dos o tres ciudades en Europa que tienen huerta urbana periurbana similar a esta».12 Ironías del capitalismo: se prioriza esa infraestructura y la exportación de productos frente a la economía local, a una agricultura de cercanía, a productos (verdura, fruta, cereal y legumbres) de calidad, frescas, que no precisan el que se traigan de lejos. Se infravalora la sostenibilidad y se valora la ganancia inmediata, los beneficios millonarios.

Manifestación contra la ampliación del puerto (Comissió Ciutat-Port)

Pero además, si algo deja en claro la DANA, como otros efectos de la crisis climática y ecológica, es que esa sostenibilidad nos es fundamental para hacer frente a los riegos. Es fundamental para la resiliencia. Y al mismo tiempo, como vemos con la inundación que no dolo asoló pueblos, sino la Huerta también, es uno de los impactos principales de esa crisis climática y de ese modelo capitalista (infraestucturas y sobre-construcción, turismo, consumismo). La frase de un agricultor en una manifestación es más elocuente que todos los artículos e informes que podamos escribir: «Sin campo no hay vida»13..

Porque aún hay más: «A ello sumar un plan nuevo de urbanización del Cabañal, muy pensado en los turistas; plan de urbanismo en el barrio de Benímaclet, que está también pegado a la Huerta». Porque en Valencia, como en Donostia, o Palma, o Barcelona, o Granada, Canarias y tantas otras ciudades, el turismo es una amenaza y un problema latente. La comunidad local se organiza y protesta contra la turistificación, que supone carestía de la vivienda, precaridad laboral y la ocupación del espacio público14. Ese modelo prioriza también hoteles e infraestucturas para turistas, puertos deportivos, campos de golf y parques temáticos, mientras expulsa comunidades.

La turistificación, pero sobre todo este nuevo modelo que utiliza viviendas para convertirlas en apartamentos, reduce las opciones de vivienda y eleva los precios haciéndolos imposibles para la gente local. Estas personas tienen que optar por pisos más baratos, por lo general a las afueras de las ciudades. En el caso de Valencia, como ahora ha quedado demostrado, además, eso supone optar solo por viviendas que han sido construidas sin tener en cuenta condicionantes ambientales ni normativas de seguridad, y, que suponen un riesgo para las propias viviendas, pero también para las personas que las ocupan.

En la pantaná de 1957 las personas muertas oficialmente  fueron 81, pero se estima que fueran más de 300, porque muchas pertenecían a esas zonas periféricas que, como ahora, fueron especialmente castigadas, y no estaban censadas o no se incluyeron.

Ese martes, 29 de octubre, uno de los actos a los que asistió Mazón cuando la DANA ya había comenzado, fue al recibimiento de un premio a la Sostenibilidad Turística. Considerando que entró en su puesto de presidente en julio de 2023, hace ahora un año y tres meses, nos parece un poco pronto para sacar conclusiones. Pero es obvio: ellos se retroalimentan, los que dan los premios y los que lo reciben, eslabones d ela misma cadena. Ese día Mazón mostró su lado gracioso: «No hay lucha entre competitividad y sostenibilidad. Es fake».15

«El by-pass, el tren subterráneo, más las placas fotovoltaicas, destrucción del territorio…¡Un despropósito de ciudad! No piensan en otra cosa más que en cemento, todo el rato. No se sacan de la cabeza eso, ni la izquierda ni la derecha. Ahí son todos culpables», completa Morán.

Rolando Morán nos corresponde con otra coincidencia. El 19 de octubre tuvo lugar una gran manifestación en Valencia. Exacto: 10 días antes del desastre de la DANA. Según él, fue la mayor vivida en Valencia: «Ha habido 15M y ha habido 8M, pero no había visto nada igual», nos dice. Unas 70.000 personas se manifestaron por el derecho a vivienda, la defensa del territorio y contra la turistificación, las problemáticas de la sociedad valenciana. Las tres tienen relación entre ellas, y están detrás del desastre de la DANA, como bien lo reflejaba el cartel convocante que utilizaba, nada menos, una foto de la riada de 1957. El lema elegido también era premonitorio: «Valencia s’ofega» (Valencia se ahoga). 10 días antes. Una profecía.

Al acecho

Además de todo lo dicho, hay un aspecto que aflora en todo lo dicho y que es el de los intereses económicos, de los beneficios, el de la codicia. En lo relacionado con la ampliación del puerto, es un proyecto millonario, por el que las grandes transnacionales de la construcción, se les hizo la boca agua. Por el compitieron Acciona y Bertolín, Dragados, FCC y Sacyr. Se lo llevaron las dos primeras. Nos podemos imaginar la tensión entre ellas, entre los políticos, con el peso que tienen y lo que habrían insistido y ofrecido por llevarse el proyecto!

Ahora, tras el desastre de la DANA, tenemos de nuevo la misma situación: habrá que reconstruir, y nuevamente, se estarán frotando las manos.

Y habrá que sustituir toda esa flota de coches hechos chatarra. Porque nos da que, pese al susto, no nos sirva mucho para sacar conclusiones y cambiar nuestro estilo de vida, y volvamos a la misma senda. Más negocio para la industria de la automoción, que es una de las más poderosas de la economía. Se estima que vehículos afectados por la DANA rondan los 120.000.

Sols El Poble Salva Al Poble [Solo El Pueblo Salva Al Pueblo]

Ese ha sido el lema que se ha adoptado tras la DANA por la ciudadanía afectada de Valencia. En esto también existe unanimidad, ya que ha sido titular en todos los periódicos, hasta en los más recalcitrantes como ABC o La Razón. Igualmente ha sido la diagnosis que han hecho los medios de la situación: la ausencia del estado y las instituciones, o hasta un vacío institucional. Pero ahí también, en esos medios podemos ver intencionalidad. Por ejemplo, para La Razón, el lema corresponde a “la inacción del Gobierno de España”, y no al autonómico de PP y Vox del que es competencia.

En la desolación, los medios también coinciden en que lo más positivo es ver a las comunidades trabajando conjuntamente, y en todos esos voluntarios que llegan para ayudar. Obviamente, necesitamos elementos positivos ante tanto dolor y destrucción, pero bien sabemos que el altruismo y la solidaridad no son los valores en que se basan o que impulsan

Sea como fuere, una cosa es cierta, que como Naomi Klein plantea en la “Doctrina del shock”, en tantos casos de desastres en las que luego el estado y las instituciones están ausentes (como aquí) somos la ciudadanía la que resolvemos las crisis (Sols el poble salva al poble) que, en parte o totalmente, crea el capitalismo. Y esta no es más que otra demostración. O igual que probó, Kropotkin, la gran cualidad que nos identifica a humanos y otras especies animales, la cooperación o ayuda mutua. Igual que nos ha probado durante un año entero la gente de Gaza ante la destrucción más total. No nos olvidemos ahora, en nuestro dolor, qué es eso.

A su favor, Carlos Mazón tiene que estar sobrepasado, y tras tantos días tiene que estar agotado. Yo no habría dormido. Pero en su contra, es el sistema centralizado, de poder concentrando en instituciones y personas, que hace casi imposible su funcionamiento (a ello sumar la exclusión ciudadana de las instituciones y la erosión hasta su disolución de la organización comunitaria), y, obviamente, la falta de organización y gestión en la catástrofe, la falta de criterios y sistemas a aplicar en una situación así. Y obviamente, según el principio de Peter, la nula capacidad demostrada por estos dirigentes, que no hace sino corroborar este principio y también que se debe tratar de un político total. En su favor también que el nivel de lluvia fue inaudito: 500 litros por m2. Según la AEMET la Alerta Roja se plantea con una previsión de 180 litros por m2. AEMET estableció la alerta, pero Mazón (y sus acólitos) no.

Los medios también tratan de crear información sobre el tema, sobre el porqué de este lema y su origen. Lo trazan a Machado. Pero aunque su uso es histórico, entendemos que las nuevas generaciones lo hayan adoptado más por ser canción, además en català (muy parecido al valencià) de KOP, luego también cantada por Berri Txarrak junto a ellos16. Entendemos que este hecho sea algo que quieran ignorarlo, sobre todo por el carácter e historia de los catalanes KOP. Para nosotras, como vascas, un orgullo que una canción que cantara Berri Txarrak tenga tanta raigambre, y una confirmación clara de que la solidaridad carece de fronteras (Herriak bakarrik salba dezake herria). Por cierto, la primera estrofa también se debió pensar para este contexto: “Comissaries enfangades”. Y las que sigue: “clavegueres del poder / jutges per la corrupció / falsocràcia del Govern”.

Pero dentro de lo que decimos, entendemos que «Sols el Poble Salva al Poble» es la frase que mejor define la situación y los deseos de ese pueblo afectado. El organizarse desde abajo, sin jerarquías, decidiendo entre todas, para buscar una solución compartida.

A este respecto comentar también otro episodio destacable de este desastre como fue la desaprobación popular de la visita el 3 de noviembre de Mazón junto al presidente Pedro Sánchez y el rey Felipe (para eso sí se coordinaron bien). Les echaron barro, pero en realidad, si no fuera por guardaespaldas y policía, les querían linchar. En todos los medios y de casi todas las bocas se ha oído lo mismo, justificando el ataque y aceptando que la gente actuó así por su frustración y dolor, por indignación.. Porque, además de las responsabilidades políticas, y de los errores y negligencias ya comentados, esto tenía lugar 5 días después de ocurrir la catástrofe.

Apreciamos el espíritu crítico de las personas, y el cuestionamiento de la autoridad. Aunque después se difundió que muchas de las personas presentes no pertenecían a la comunidad y pertenecían a grupos de extrema derecha, como luego así lo reivindicaron. La extrema derecha en Valencia tiene también peso y está organizada en distintos grupos.

Concentración tras la DANA: «Llanto de rabia – Estamos buscando tantas respuestas/ que olvidamos las preguntas – Pueblos del Sur» (Foto: R. Morán)

Repetim: «Sols el poble salva al poble»

Algo salta a la vista pero no es citado en ningún medio ni por ningún periodista, es la composición social de esas zonas castigadas por la DANA. Son las afueras de Valencia. Pueblos de los que no habíamos oído hablar antes y que se encuentran en su periferia, pegados en la metrópolis. Todas sabemos como son las afueras de las metrópolis: en ellas habitan las personas que mantienen esa ciudad, su turismo, sus obras, sus limpiezas, sus puertos… la mano de obra. No es ninguna coincidencia que esta fuera la zona castigada, o que en esta zona muriera tanta gente y que no oigamos nada del centro de valencia, o de Valencia ciudad.

La ex-alcaldesa de Madrid Esperanza Aguirre ha vuelto a ser trending topic por alabar y acordarse del ex-dictador Francisco Franco con la DANA. «Gracias a Dios y al innombrable Francisco Franco, que desvió el cauce del Turia, porque sino habría sido Valencia capital también» fueron sus palabras. El Plan Sur fue una obra faraónica impulsada por Franco en 1965 para desviar el río Turia a su paso por la ciudad de Valencia tras la inundación de 1957. Incluyó también el re-ordenamiento de la ciudad. Fue un proyecto millonario que ya tuvo un impacto territorial, paisajístico y ecológico tremendo, sobre todo en la huerta valenciana17. Entendemos que aquella crecida y su posterior teórica solución, correspondían a un crecimiento de la ciudad sin tener en cuenta límites y la función de algunas zonas.

Las previsiones eran que la ciudad creciera hacia el noroeste, pero el Plan Sur provocó que la ciudad creciera junto al nuevo canal que hace de barrera, hacia el sur. La huerta prácticamente ya desapareció entonces a ambos lados del canal.

Antes de la DANA, ayuntamientos como el de Aldaia, solicitaron a las autoridades regionales que retomaran el proyecto de otro desvío hidrológico, el del barranco de La Saeta, y también que se drenara. Ésta fue una de las cuencas que se desbordaron. Por un lado, la ciudad se construyó sin tener en cuenta las zonas indundables, y por otro, muy cerca del cauce. Además, entendemos que se desviaron a este barranco otros cauces, con lo que se aumento su caudal.

El Plan Sur fue también una obra de re-ordenamiento urbano que supuso el desplazamiento de miles de personas y su reubicación. Todas sabemos quienes fueron esas personas desplazadas y todas nos imaginamos en donde se las reubicó. Para empezar, en las afueras. Llaman a esa zona «el vertedero de la ciudad». «Hay gente que ha sido desplazada, desalojada hasta tres veces en su vida. Se lo llevan de un lugar para otro », nos explica Rolando Morán. Esas fueron las zonas castigadas por la DANA. Esas fueron las personas castigadas.

Ayer (7 de noviembre), la gente de Perifèries, ha acudido como tantas otras personas, a colaborara con la gente de Parc Alcosa, en Alfafar. Esta es una zona especialmente castigada por la inundación pero que no ha sido tan citada. Este es un barrio obrero que se ha sentido abandonados durante décadas. Aquí la auto-organización es la forma de vida, la forma de sobrevivir18. «Sols El Poble Salva Al Poble» no es un lema nuevo. Y ahora, esa autogestión es la que les sirve para enfrentarse a la calamidad. La Koordinadora de Kol·lectius del Parke Alcosa19 aglutina a distintas cooperativas y entidades sociales, y es referente de la lucha contra la pobreza y la exclusión social en la comunidad valenciana, y más allá. Estos días, su local se ha convertido en un centro logístico, donde se coordinan las donaciones y los voluntarios.

Según el miembro de la Koordinadora de Kol·lectius del Parke Alcosa, Toni Valero, entrevistado por Vilaweb, “esto no ha sido un problema de abandono de ahora. Ha sido un problema de no respetar, no limpiar, no mantener las infraestructuras, que son las que se han reventado, y es esto que ha producido esta desgracia. Había la posibilidad de evacuar la gente si se hubiera dicho. No se ha evacuado, no se ha querido decir, y esto tiene que ver con la presión que hacen las multinacionales en los municipios”.

Organizando la limpieza tras la DANA en Parke Alcosa (Foto: Vilaweb, )

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Otra lectura que podemos hacer de la DANA, y de lemas como «Sols el Poble…» es que nunca antes se había mostrado tanto la relación de Valencia con su lengua. La lengua valenciana es cercana al català y para muchas personas, la misma cosa, por lo que es objeto de polémica al denominarse de una forma u otra. Pero lo cierto, como se ha demostrado con la DANA, es que ese es su idioma, el idioma de Valencia (ciudad, provincia, región), y, que después de años y esfuerzos por socavarlo (como las demás lenguas minoritarias del estado español) es un idioma vivo en el que se vertebra esa sociedad. Los miles de mensajes lanzados al pueblo de Valencia han tenido también a esta lengua como vehicular, algo impensable hace años. Sin duda un paso en aceptar y convivir con la diversidad.

Ahora, en su desesperación por desacreditar a ese pueblo organizado y ese sentir generalizado, vuelven a lo mismo, a acusarlo de haber sido infiltrado por la horda catalanista.

¿Catastrofismo?

En la desolación, los medios también coinciden en denominar a la situación como apocalíptica21, como si esas imágenes correspondieran al final del mundo. Eso me lleva a una discusión que surgió entre las personas que nos movemos y actuamos en el ecologismo, anti-desarrollismo y decrecimiento (como si fueran ámbitos distintos, o por lo menos sí para distintas personas, y sobre todo, sí que tienen distintas connotaciones) ante las formas de enfrentarnos y sobre todo de comunicar estas crisis que nos afectan (climática, sanitaria, ecológica, económica, energética) y sus expresiones puntuales (DANA, incendios, sequías, etc), y que sé corresponden con lo que entendemos como un colapso civilizatorio.

Una de las propuestas, es que ante lo dramático del escenario y la urgencia por reaccionar, debemos cuidar como transmitimos el mensaje22, de lo contrario la gente se asusta, y lejos de reaccionar lo que hace es obviar la realidad. Puede ser así. Lo cierto es, como hemos visto ya, que los 1’5º ya están aquí, que los fenómenos meteorológicos extremos ya están aquí, las pandemias globales ya están aquí, las guerras ya están aquí, las oleadas de refugiados ya están aquí, el agotamiento de muchos recursos ya está aquí… y tenemos que reaccionar. Tenemos que actuar.

Ante las imágenes de los efectos de la DANA, pienso que no sé si podemos pintar las cosas peor que lo que lo ha pintado la DANA. Quizás no queramos mostrarnos muy catastrofistas, pero los resultados están ahí. Nada como la realidad para ponernos en nuestro sitio.

Lo cierto es también que la crisis del coronavirus puso muchas cosas en su sitio, e hizo a la sociedad reaccionar. Pero uno años después parece que todo aquello lo hemos olvidado para volver a las andadas, para recuperar el crecimiento, el cosumismo, el turismo desacerbado, etc.

Cisternas de gas flotando en el desastre Helene en Asheville (Estados Unidos)

Aislacionismo

Eso sí, la mayoría vemos esas imágenes desde la lejanía, sin saber bien lo que significa de verdad. Sin haber vivido ese terror. Sin haber sufrido esas pérdidas, sin sufrir ese dolor. Pero así somos. Cuando todavía estamos conmocionadas por lo ocurrido en Valencia, suena duro, pero el cambio climático y los eventos climáticos extremos que provoca o intensifica causa muertes y pérdidas multimillonarias en todo el mundo20. Cuando esto ha pasado en Valencia, parece que esto solo nos pasa a nosotras. Eso también contribuye a negar este drama como consecuencia de algo más general, de algo mayor, de algo global.

Sin embargo, la DANA ocurría semanas después de otro desastre en Estados Unidos, el huracán Helene al chocar con una tormenta devastaba el sureste de Estados Unidos. 151.416 millones de litros de agua (exacto! he tenido que volver a hacer la operación para cerciorarme que es la cifra correcta, con la traducción correspondiente) cayeron sobre la región.  En A Planeta hemos publicado un artículo escrito por una madre y activista climática que vivió el desastre, incluyendo la inundación, que tradujimos.

También tradujimos y publicamos después otro, parte de nuestra colaboración con CrimethInc.,  que se trata de una respuesta anarquista a ese desastre («El ojo de cada tormenta«). En este caso, otro hecho triste coincide con Valencia: más de 230 personas resultaron muertas  y muchas desaparecidas, frente a las 217 de Valencia. También coinciden allá respuesta al desastre del gobierno fue «dolorosamente lenta e inadecuada». También en la propagación de bulos y desinformación, muchas veces culpabilizando a sectores marginados y migrantes, y también al uso de la extrema derecha allá también del desastre con distintos objetivos.

Y otra coincidencia, sin duda, fueron todas esas experiencias de ayuda mutua que también en ese caso se dieron. Partiendo de esas experiencias, trazan lo que plantean como «respuesta anarquista» , que quizás sea lo más interesante, pues son su propuestas de cómo actuar en estas situaciones. El  primer consejo es obvio: «Empieza a prepararte ya – No hay mejor momento que el presente para organizarse». Aquí nos vienen a la memoria los grupos que ya se configuraron en casi todos los pueblos y ciudades con la pandemia, pero que luego se desarticularon.

La preorganización, la organización antes del desastre es por tanto el paso fundamental. Para ello, como dicen,  es también imprescindible el «romper el hechizo (…) de la normalidad en el que vivimos». Y viceversa, también plantean como canalizar ese estado experimentado por miles de personas, «la alegría de salir del caparazón del individualismo aislado y sumergirse en la euforia y el sentido de propósito que ofrece la acción colectiva», para continuar y plantear entre todas comunidades y sociedades realmente basadas en la solidaridad y la igualdad. Continúa: «De repente, la gente ve que estamos mejor cuando trabajamos en cooperación unas con otras, y que hay recursos suficientes para satisfacer las necesidades de todxs cuando colaboramos en lugar de competir».

Después de escribir esto, 12 días después de la DANA de Valencia (el 13 de noviembre otra golpeaba de nuevo!), el 11 de noviembre, fuertes lluvias provocaban inundaciones en Colombia. El gobierno de ese país ha declarado la situación de desastre nacional. Una de las zonas más castigadas es el Chocó, una de las zonas más abandonadas del país, donde al menos 30.000 familias están damnificadas. También La Guajira, en el Caribe y la capital Bogotá. El gobierno ya ha movilizado fondos de emergencia y asistencia para el desastre.

Porque esa parte del Planeta, el Caribe, como muchas otras, son golpeadas continuamente. Quizás se nos pase desapercebido el daño en países con una economía tan frágil como Haití, o como Cuba – sólo en 2022 se vio afectada simultáneamente por un ciclón tropical, el huracán Ian y por una sequía larguísima. Añadir aquí algo muy presente en las políticas climáticas globales desde que se iniciaron: a su vez, esos países, han contribuido en menor medida a la emergencia climática que los países industrializados. Y a siu vez, en estas situaciones, son siempre los sectores más vulnerables los más castigados

Puerto Rico es el país más afectado por eventos climáticos extremos, de acuerdo con el Índice de Riesgo Climático Global (IRC). Los ciclones, de origen atmosférico muy similar a los de la DANA, se repiten año tras año causando pérdidas multimillonarias, y, obviamente, impactos ambientales irreparables. Debido a la asiduidad y los resultados tan desbastadores. En esos países ya están desarrollando medidas para protegerse directa e indirectamente de estos fenómenos (leer “La Batalla Por El Paraiso: Puerto Rico y El Capitalismo del Desastre” de Naomi Klein – o verla).

Artículo del MAB en su web sobre las inundaciones en Valencia y expresando «Toda nossa solidariedade ao povo espanhol»

Brasil también ha sido golpeada e los últimos años por fuertes inundaciones. Algunas han tenido como efecto las roturas de embalses y de depósitos de relaves (lodos) de minería provocando grandes desastres. Los más duros, los de Brumadinho y Mariana, el primero en 2019 con 272 muertos y el segundo de 2015, con 19 muertos. Pero desde entonces las inundaciones se han sucedido haciéndose más frecuentes y más virulentas.

Las últimas, este mayo (2024) el estado de Río Grande do Sul, en el sur de Brasil, sufrió las peores inundaciones de su historia con más de 149 personas muertas, más de 100 desaparecidas, y dos millones de personas afectadas. Leyendo la crónica de aquellos días, además del número de muertos (seguramente fueron más), nos encontramos con otro paralelismo con lo vivido en Valencia: «El volumen de lluvia de los últimos día alcanzó los 800 milímetros». La otra coincidencia es la construcción y ocupación de las zonas de crecida de los ríos.

En Brasil, también se da la coincidencia de que uno de los mayores negacionistas climáticos, Jair Bolsonaro, gobernó por cuatro años (2019-2023). Éste también desmanteló muchas instituciones y servicios fundamentales para la crisis climática. Entonces también el climatólogo brasileño Carlos Nobre declaró que la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero no es una opción, ni una elección, sino que es «absolutamente obligatorio».

Al final de 2021 y al inicio de 2022, el período de lluvias en el sureste brasileño, y en partes del noreste provocaron grandes inundaciones. Entonces también, nuestro compañero del MAB (Movimiento de Afectados por Represas) Antônio Claret nos hablaba de la «gran solidaridad»23 para retirar a lama (el lodo), algo que nos recuerda lo ahora vivido en Valencia. Para Claret las inundaciones eran producto del «modelo de explotación de la naturaleza», o, como ya hemos dicho aquí, eran intensificadas por él, o éste modelo contribuía a que sus efectos fueran más graves.

El MAB, dada su articulación nacional y su experiencia, ha desplegado la solidaridad y la gestión de la ayuda en todos esos casos. Los llamamientos han sido internacionales, aunque, sin ánimo de reproche, aquí no me consta que hayan obtenido mucho eco ni mucha reciprocidad de otras organizaciones Ahora, sin embargo, el MAB sí se acordaba de las personas afectadas en Valencia: «Toda nossa solidariedade ao povo espanhol»24.

El pasado mayo, expertos de varios países, incluida España, trataron en la Convención Meteorología 2024 celebrada en La Habana (Cuba) el impacto de fenómenos hidrometeorológicos extremos.

9 de noviembre de 2024. Manifestantes con pancarta en la que se lee «Asesinos».

El poble sentencia

El sábado 9 de noviembre, tras días de trabajo limpiando lodo, tras días en luto, la gente se dio un respiro para exigir la dimisión de Carlos Mazón. Reproduciendo uno de los cartones que portaba una manifestante, «la indignación inundó la ciudad de Valencia». La delegada del Gobierno cifró la asistencia en 130.000 personas. Las imágenes no ofrecen espacio a la duda, la participación fue total. Y superó a la del 19 de octubre por el derecho a vivienda, la defensa del territorio y contra la turistificación. Y seguramente que todas las personas que estuvieron en aquella estarían de nuevo en ésta, porque ya predijeron el drama.

Mazón declaró el día siguiente (10 de noviembre) que respetaba la expresión social, pero rechazando la dimisión. Y dio una nueva fecha para su comparecencia en el parlamento: el 14 de noviembre (dos semanas desde la DANA). Mientras, una semana después (21 de noviembre) Mazón destituyó a la consellera de Justicia e Interior (responsable de emergencias), Salomé Pradas.

El mismo día (9 de noviembre) miles se manifestaron también en Málaga, Sevilla y Cádiz contra el turismo y por vivienda digna.

Manifestación multitudinaria en Valencia, 9 de noviembre 2024.

Costará restituir la normalidad en Valencia y superar el trauma, aunque, como decíamos en la crisis de la Covid, lo que debemos no superara es aquella normalidad que facilitó que todo esto ocurriera.

SEMPRE ENDAVANT!


https://cnt-sindikatua.org/eu/berriak/kutxa-solidarioa-valenciako-danak-kaltetutakoekin


Otros artículos:

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NOTAS

1Valencia, es tanto el nombre de la ciudad, como el de la provincia, como el de la región, que actualmente, en la división administrativa española se denomina Comunitat Valenciana. Su órgano administrativo principal es la Generalitat Valenciana.

L’Horta de València, es eso, la Huerta de Valencia. pero es el nombre con que se conoce a esta comarca en la que se sitúa la ciudad de Valencia y más de 40 municipios colindantes. Esta zona es también el último tramo del río Turia, con las zonas inundables de su vega. Aquí también se sitúa la Albufera, una laguna costera somera (profundidad media de 1 m) de 23,94 km², tradicionalmente dedicada al cultivo de arroz, hortalizas y cítricos. Actualmente se mantiene esa actividad hortícola, pero el uso de su suelo para esa actividad ha pasado a segundo plano. Actualmente l’Horta de València está fuertemente urbanizada e industrializada, albergando una población de 1,82 millones de habitantes (el 71,9% de la población de la provincia de Valencia y el 36,8% de la Comunidad Valenciana)

2Ni en Rebelión fuimos tan contundentes: «Aunque habrá que esperar a los estudios de atribución que establezcan qué grado de relación directa tiene el cambio climático» (No es solo una DANA: es una escalada de eventos extremos por una atmósfera «enloquecida» https://rebelion.org/no-es-solo-una-dana-es-una-escalada-de-eventos-extremos-por-una-atmosfera-enloquecida)

5«En mi país la lluvia no sabe llover/o llueve poco o llueve demasiado/si llueve poco es sequía/ si llueve demasiado es catástrofe».

7 Laurence Peter y Raymond Hull. El principio de Peter. Tribuna (Plaza janes Editores), 1996 (1969).

8El no construir más carriles bicis o desmantelarlos sería una propuesta aceptable si eso supusiera eliminar tráfico motorizado, y emplear las carreteras ya construidas para transporte no contaminante.

10En sólo 10 años, de 1996 a 2006 se construyó una superficie artificial equivalente a una tercera parte de toda lo construida a lo largo de la historia. («España, el ‘ladrillazo’ que nunca se fue» www.lavanguardia.com)

12l’Horta de València, es eso, la Huerta de Valencia. pero es el nombre con que se conoce a esta comarca en la que se sitúa la ciudad de Valencia y más de 40 municipios colindantes. Esta zona es también el último tramo del río Turia, con las zonas inundables de su vega. Aquí también se sitúa la Albufera, una laguna costera somera (profundidad media de 1 m) de 23,94 km², tradicionalmente dedicada al cultivo de arroz, hortalizas y cítricos. Actualmente se mantiene esa actividad hortícola, pero el suso de su suelo para ello ha pasado a segundo plano. Actualmente l’Horta de València está fuertemente urbanizada e industrializada, albergando una población de 1,82 millones de habitantes (el 71,9% de la población de la provincia de Valencia y el 36,8% de la Comunidad Valenciana)

15«Valencia 2024, Bienvenidos al nuevo clima». La Sexta Columna (8-11-2024). La Sexta.
https://www.lasexta.com/temas/lasexta_columna_valencia_dana_2024-1

16O podía ser una canción de Obrint Pas, o de Zoo, o de Aspencant, o de La Fúmiga, o de El Diluvi, o de Xavi Sarrià… o de Ovidi; o la genial de Dr. Calypso «Sempre Endavant!»

17Para saber más ver «Medio siglo del Plan Sur, la faraónica intervención franquista que cambió la fisonomía de la ciudad de Valencia» https://www.eldiario.es/comunitat-valenciana/valencia/plan-sur-faraonica-intervencion-valencia_1_1127194.html y la tesis de Iván Portugués: ‘La metamorfosis del río Túria en València (1897-2016): de cauce torrencial urbano a corredor verde metropolitano’.

18Ver el artículo de Laura Escartí «El Parc Alcosa: l’autoorganització com a única manera de sobreviure»

https://www.vilaweb.cat/noticies/parc-alcosa-autoorganitzacio-unica-manera-sobreviure

20 Según Germanwatch, Entre 1999 y 2018 murieron 495.000 personas como consecuencia directa de más de 12.000 fenómenos meteorológicos extremos y las pérdidas económicas ascendieron a unos $3,540 millones.

21A este respecto, interesante también lo que plantea la autora Cara Judea Alhadeff en «Apocalipsis en los Apalaches – Mi hijo atrapado por el ojo de la tormenta»: «Hemos confundido Apocalipsis con Armagedón. A diferencia del Armagedón, una batalla decisiva (aunque ilusoria) entre el bien y el mal, Apocalipsis se refiere a revelación o desvelamiento».

22Esa forma de transmitir, también planteada aquí «Apocalipsis en los Apalaches – Mi hijo atrapado por el ojo de la tormenta»

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